Mali: baja participación y violencia en segunda vuelta
13 de agosto de 2018
Los problemas de seguridad que afectan al país africano serán el principal desafío del próximo mandatario.
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La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Mali terminó este domingo (12.08.2018) con una baja participación de electores y con actos de violencia en el norte y centro del país. Cerca de 8,4 millones de malienses estaban llamados a las urnas para dirimir quién gobernará el país los próximos cinco años, si el actual presidente, Ibrahim Boubacar Keita, que obtuvo el 41,7 por ciento de los votos en la primera ronda, o el líder opositor Soumaila Cissé, que sumó el 17,7 por ciento.
Boubacar Keita aspira a un segundo mandato y es el favorito según todos los sondeos, algo que seguramente se confirmará cuando se conozcan los resultados de las votaciones, lo que debería ocurrir en una semana. Cissé, por su parte, fue incapaz de congregar tras de sí los apoyos de los otros candidatos opositores, lo que hace muy difícil que pueda superar al actual presidente.
Según las estimaciones, la afluencia de votantes ha sido menor que en la primera vuelta (que fue del 42,7 por ciento), debido a la inseguridad que reina en el país y a las lluvias que cayeron a lo largo del día y que dificultaron el desplazamiento de los electores a los colegios. Si bien en la capital, Bamako, la situación fue de normalidad, en el norte y centro del país hubo disturbios.
Problemas de seguridad
En Niafunké, hombres armados atacaron un local electoral, cuyo jefe fue asesinado y varias personas resultaron heridas, dio a conocer una organización civil. De momento se desconoce quién está detrás de este ataque. En tanto, en Tombuctú (norte), concretamente en Saraféré, fuentes locales y policiales informaron del asesinato del presidente de un colegio electoral por un hombre armado no identificado.
Restablecer la seguridad es uno de los mayores retos del próximo presidente de Mali, país que sufre una situación de crisis política desde el golpe de Estado militar de 2012. El desértico norte del país es una zona en la que se refugian numerosas organizaciones terroristas islámicas relacionadas con Al Qaeda. Una misión de paz de las Naciones Unidas (Minusma) con 14.000 efectivos sobre el terreno se esfuerza por mantener una cierta estabilidad.
DZC (EFE, dpa)
Los años sangrientos de Mali
Pese a la misión de la ONU y los acuerdos de paz, la violencia en Mali no cesa. Desde 2012, tuareg e islamistas luchan contra el Gobierno en Bamako. En varias ocasiones también extranjeros se han convertido en blanco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Ataque en el corazón de la capital
Los grupos terroristas Al Qaeda del Magreb Islámico y Al Murabitun reivindicaron el atentado contra el hotel Radisson Blu en Bamako, en el que los islamistas tomaron como rehenes a 170 personas. Decenas de huéspedes y empleados del hotel lograron escapar. 18 personas podrían haber muerto. El hotel alberga a muchos diplomáticos y periodistas de todo el mundo.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Traore
Islamistas en el norte
En el país existen muchos grupos armados. Por ejemplo, las milicias islamistas Ansar Dine, que se autodenominan “Defensores de la Fe” y que están bajo el mando de Iyad Ag Ghaly. Desde 2012, luchan por un Estado islámico en el norte de Mali.
Imagen: Romaric Hien/AFP/GettyImages
Terror y destrucción del patrimonio cultural
En 2012, Ansar Dine se hizo en poco tiempo con el control de amplias regiones del norte de Mali. Allí las milicias establecieron un régimen de terror, por ejemplo, cortaban las manos a presuntos ladrones y lapidaban a presuntos adúlteros. Ansar Dine llamó la atención mundial por la destrucción sistemática del valioso patrimonio cultural del país, como esta mezquita del siglo XV en Tombuctú.
Imagen: Getty Images
Bombas sobre Trípoli, con réplicas en Mali
También la guerra en Libia atizó el conflicto en Mali. Como consecuencia del caos y de los enfrentamientos armados tras el derrocamiento del dictador Gadafi, a partir de 2011 grandes cantidades de armas y numerosos combatientes cruzaron la frontera de Mali.
Imagen: picture alliance / dpa
¿Azawad o Estado islámico?
Después de haber luchado conjuntamente durante cierto tiempo, las milicias islamistas desplazaron también a los rebeldes tuareg más moderados. Por ejemplo al Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que lucha por un territorio independiente de la tribu tuareg en el norte de Mali.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bindra
Operación Serval
A principios de 2013, los islamistas amenazaban con entrar en la capital, Bamako, ante lo cual el presidente francés, François Hollande, ordenó una operación militar contra los rebeldes. Hasta el verano de ese año, los franceses lograron reconquistar, con el apoyo de tropas malíes y de África Occidental, las ciudades más importantes del norte de Mali, en el marco de la llamada Operación Serval.
Imagen: dapd
MINUSMA deberá garantizar estabilidad
Alrededor de 10.000 soldados de la ONU deberán preservar la frágil paz en Mali. También el Ejército alemán ha enviado a 200 soldados al sur del país. Además, en la capital de Bamako están estacionados otros 50 soldados germanos, en el marco de una misión europea de entrenamiento para el ejército local. En la imagen se puede ver a la ministra de Defensa alemana visitando a las tropas en Mali.
Imagen: Reuters
Un poco de paz
No obstante, rebeldes y delincuentes no dejan que el país recobre la tranquilidad. Las noticias sobre atentados y secuestros están a la orden del día. En años recientes, cientos de miles de malíes se han visto obligados a abandonar su país. Los niños en la imagen viven en un campamento de refugiados en el país vecino, Burkina Faso.
Imagen: DW/D. van der Linde
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