Un vuelo desde Alemania a las Maldivas (8.000 km por trayecto) tiene un gran impacto en el medioambiente, equivalente a la liberación de más de cinco toneladas de dióxido de carbono por persona, dice la Agencia Federal Alemana de Medioambiente (UBA). Un automóvil de categoría media liberaría la misma cantidad de dióxido de carbono en un recorrido de 25.000 kilómetros.

Al volar a grandes altitudes no solo se libera dióxido de carbono. Las estelas de condensación se convierten en nubes delgadas, que, dependiendo de la posición del sol y de la superficie de la tierra, pueden enfriar o calentar el suelo. Las emisiones de óxidos de nitrógeno, liberadas por los aviones, también contribuyen al efecto invernadero.

Nuestra vida cotidiana también calienta el planeta. La calefacción, la electricidad, la ropa y los alimentos forman parte de nuestra huella de carbono. Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, UBA recomienda que cada alemán emita alrededor de una tonelada de dióxido de carbono en total, independientemente de que lo haga volando o comiendo salchichas.

El tráfico aéreo no solo tiene un impacto en el medio ambiente, sino también afecta a los lugareños. Por ejemplo, el sonido de los aviones que vuelan a baja altitud hace que las personas estén más expuestas a sufrir un ataque cardíaco. Los niños que viven cerca de los aeropuertos tienen dificultades para concentrarse. Y el aire se contamina debido a los óxidos de nitrógeno.

En comparación con otros medios de transporte, las empresas aeronáuticas tienen una mayor subvención. El querosene que utilizan los aviones no está sujeto a impuestos en la UE. En Alemania, los vuelos trasfronterizos están exentos de IVA. El Estado ha dejado de percibir más de 4.700 millones de euros en ingresos fiscales por esta razón en 2012, según las últimas cifras de UBA.

El transporte aéreo también está subvencionado en tierra. El dinero recolectado por concepto de impuestos es utilizado para construir nuevos aeropuertos, una forma indirecta de subvención. Las compañías aéreas de bajo coste han sido fuertemente criticadas al exponer a sus empleados a malas condiciones laborales para poder ahorrar dinero.

Alrededor del 20 por ciento de la población mundial ha volado alguna vez. El 70 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero es causado por una pequeña minoría de “gran movilidad”con altos ingresos y buen nivel educativo, según el movimiento de justicia climática Stay Grounded.