Muchos piensan que toda Alemania es un país de cuentos de hadas, como el lugar que muestra esta foto. Eso es porque el castillo de Neuschwanstein es uno de los motivos más fotografiados. Sin duda, es un panorama de una belleza impactante. Los castillos románticos del rey bávaro Luis II siguen siendo un imán de turistas de todo el mundo, y se dice que inspiraron incluso a Walt Disney.

La Oktoberfest se celebra en Múnich desde 1810. Paradójicamente, no comienza en octubre, sino ya en septiembre, debido al mal tiempo típico del otoño boreal. Con cerca de seis millones de visitantes anuales, es la fiesta más grande del mundo, y también se la imita en otros países. En Quingdao, China, se celebra la mayor imitación: hasta allí peregrinan tres millones de visitantes año tras año.

Los bellos vestidos llamados "Dirndl" no son solo moda en Baviera, sino que marcan tendencia en toda Alemania y en varios lugares del mundo. Ningún traje típico alemán ha llegado tan lejos como los Dirndl y los pantalones de cuero bávaros. Los más asequibles son los trajes fabricados en serie, mientras los modelos únicos cuestan una fortuna y, por lo general, son una herencia familiar.

Otro éxito bávaro son las zapatillas. Dos zapateros de Herzogenaurach fundaron en 1924 la "Fabrica de Zapatos de los Hermanos Dassler". En 1936, el atleta estadounidense Jesse Owens usó sus zapatillas en los Juegos Olímpicos en Berlín, con gran éxito. Más tarde, los hermanos se distancian: uno funda la empresa Adidas, y el otro, Puma. Hoy, ambas son las dos mayores empresas del rubro en el mundo.

Otra compañía multinacional lleva el sello del Estado Libre de Baviera, incluso en su nombre. BMW (Bayerische Motoren Werke) tiene su sede en Múnich y sus automóviles se venden en todo el mundo. La bandera azul y blanca de Baviera en su logotipo, sobre el capó, es inconfundible.

Otro éxito bávaro: el club de fútbol que marcó el récord de títulos de la Liga de Campeones de la UEFA. "Mia san mia": "Nosotros somos nosotros", dicen los hinchas del Bayern de Múnich, y con eso se refieren a que son los mejores del fútbol alemán. Lo cual parece ser verdad, al menos a nivel nacional. Pero el club obtuvo su último título en la Champions Leage hace ya cinco años.

Las malas lenguas dicen que a los bávaros les gusta cocinar con restos de carne. Sin embargo, eso no se aplica en el caso de la salchica bávara, un embutido hecho bajo las más estrictas normas culinarias. Hay quien gusta de comerla entera, y algunos le quitan la piel o la cortan longitudinalmente. Es un plato tradicional que se acompaña con mostaza dulce, un brezel y una cerveza blanca.

En el siglo XIX, en Múnich se tomaba cerveza de baja fermentación, fabricada y almacenada en un lugar frío. Por ejemplo, en el sótano de las casas. En verano, los muniqueses la degustaban sentados en el jardín, a la sombra de los árboles: así nacieron los jardines de cerveza. Esa tradición perdura hasta hoy en numerosas cerveceías al aire libre, y no solo en esa ciudad, sino en toda Alemania.

Parece seco y ralo, pero es un bosque real. En el Parque Nacional del Bosque Bávaro, la naturaleza se muestra como realmente es: salvaje y sin arreglos artificiales. Allí, la mano del hombre no corrige las erosiones ni los daños provocados por tormentas o por plagas. El resultado es un verdadero bosque virgen. Es el primer parque nacional creado en Alemania, en 1970, y cuenta con 24.000 hectáreas.

Baviera es la Unión Cristiana Social (CSU), y la CSU es Baviera: eso piensa, al menos, la cúpula del partido que ha gobernado Baviera desde 1957. En la foto, el primer ministro bávaro, Markus Söder, y su predecesor, Horst Seehofer, quien es ahora ministro alemán del Interior en el gobierno de Angela Merkel, formado por la CSU y la Unión Demócrata Cristiana (CDU).