Manipulando una proteína se multiplica la fibra muscular
5 de noviembre de 2008De Kiel a Heidelberg, Norbert Frey y Derk Frank están haciendo correr a sus ratones. No es que los roedores solventen a pie la distancia que separa a ambas ciudades, equivalente a cruzar Alemania de norte a sur, sino que se trata de un experimento coordinado entre los departamentos de cardiología de sendas clínicas universitarias, y de él han nacido ratoncillos extremadamente resistentes al esfuerzo físico.
Frey y su equipo han descubierto que a menos proteína calsarcina 2, más fibra lenta produce el músculo. La fibra lenta carece de la velocidad de la rápida, como bien indica su nombre, pero se cansa menos. Y así, manipulando las dosis proteínicas, se consiguen roedores que quizás no lleguen corriendo de Kiel a Heidelberg, pero siguen girando la ruedita mucho después de que al resto de sus congéneres hayan sido vencidos por el agotamiento.
Interacción de proteínas
En el interior de los músculos, explica la Universidad de Heidelberg en un comunicado, interaccionan las proteínas calsarcina 2 y calceurina para que la dotación de fibras sea la precisa y necesaria. “La calsarcina 2 se une con la calceurina y regula de este modo dicha actividad”, explica Frey, que dirige la Clínica Universitaria de Cardiología y Angiología de Kiel.
Si la calsarcina 2 escasea, la disfunción resultante hace que el músculo produzca una cantidad desproporcionada de fibra, y así, se vuelve atlético y maratoniano. Pero el objetivo de los doctores Frey y Frank no es crear el ratón más deportista del mundo, sino descubrir si existen similitudes entre la musculatura ósea y la cardiaca y si lo descubierto podría servir para contrarrestar enfermedades del corazón.
Posibles aplicaciones
“Sabemos que los músculos cardíacos se debilitan por los mismos factores por los que se debilita el resto de la musculatura”, dijo Frey en entrevista a DW-WORLD. De este modo, el resultado de sus investigaciones con los ratoncillos corredores podría servirle a la medicina para conocer y combatir ciertos problemas cardiacos. “Pero aquí hay que ser prudentes. De momento nos encontramos en una fase experimental y ya sabe como somos los científicos: no nos gusta hablar de posibles aplicaciones mientras no tengamos nada en la mano”, advierte el profesor.
Aún así, Frey pronostica posibilidades varias al trabajo con la calsarcina 2. “No sólo en el ámbito del corazón”, dice, “sino también en lo relacionado con otras enfermedades musculares. A través de la reproducción de animales con diferentes niveles de calsarcina podríamos descubrir mucho sobre la influencia de esta proteína a la hora de desarrollar o frenar algunos males”.
Y, hablando de un ratón que corre y no se cansa, de fibra que se reproduce en los músculos y de manipulación genética, cabe preguntarse por el mal uso de un procedimiento que recuerda mucho, al menos en la nomenclatura, a los modernos métodos de doping. “No descarto que pueda ser utilizado con estos fines”, comentó Frey, “pero de momento la reducción de la calsarcina 2 sólo se ha probado en ratones, nunca en humanos, y es mucho más complicada de llevar a cabo que las formas de doping genético que hoy se utilizan.”