Marcel Claude y presidenciales en Chile: “Creemos que pudo haber fraude”
10 de enero de 2014 La agenda que tiene el excandidato presidencial chileno Marcel Claude en Europa es apretadísima. Casi un día por ciudad durante tres semanas para reunirse con sus seguidores en trece urbes de siete países. Un panorama que puede sonar cansador, pero que para el hombre que representó a diversos movimientos sociales bajo el lema “Todos a La Moneda” en las elecciones del 17 de noviembre de 2013 es un esfuerzo que vale la pena. Se trata de una forma de agradecer a quienes dieron respaldo a su campaña desde lugares lejanos.
Claude se moviliza en autos de amigos o de seguidores, los hoteles los pagan sus partidarios y los traslados entre ciudades quedan a merced de cuánto dinero se reúna. De Colonia a Hamburgo, por ejemplo, viajará en auto. Sus adherentes valoran a viva voz esa sencillez, al tiempo que ponen a la salida de sus presentaciones una caja para reunir donaciones. En Colonia no fue la excepción. Cada uno de los 30 asistentes a la conversación con Claude metió su mano al bolsillo.
“Lo que buscamos con esta gira es establecer un vínculo humano, afectivo, con quienes se organizaron durante la campaña. Queríamos hacerlo ahora porque tenemos más tiempo y porque era importante”, dice Claude, quien obtuvo el 2,8 por ciento de los votos en la primera vuelta de las presidenciales chilenas, a DW. “Los comandos europeos fueron fundamentales por el aporte económico, moral y político que nos entregaron. Y otro de los objetivos de este viaje es tomar la diáspora chilena y organizarla políticamente. Nuestra tarea ahora es conseguir el derecho a voto de los chilenos en el extranjero”, explica el economista, quien estudió en Bélgica.
¿Puede entenderse también que se proyecta como candidato para las elecciones de 2017?
Mira, yo sé que no es fácil levantar una figura. Nosotros vamos a entrar en la arena política y vamos a participar en las elecciones municipales y en las próximas presidenciales. Y si no se levanta otro liderazgo más potente, más fuerte o más confiable que el que hemos levantado en esta candidatura, vamos a seguir.
¿Buscará convergencia con otras fuerzas de la izquierda?
Ya salimos de la estética de la derrota, donde la izquierda no superaba el 5 por ciento. Ahora estamos con más de dos dígitos y podemos incluso hablar de un 20 por ciento. Vamos a trabajar por la unidad política y vamos a hablar desde ya de una primaria. Esa es la vía que debemos usar para designar al candidato del sector.
En las pasadas elecciones hubo cuatro candidatos de izquierda y los votos se dispersaron. ¿Hay espacio para el diálogo ahora?
Sí, ahora sí. Antes era un diálogo de imposiblidades. Como la izquierda extraparlamentaria siempre ha perdido en los últimos cuarenta años y nunca ha logrado una votación superior al 5 por ciento, no tenía mucho sentido la unidad de un grupo que no alcanzaría el poder. Pero hoy puede ser, por lo tanto la reflexión política ya no es a quién vamos a apoyar en segunda vuelta, sino que nosotros podemos pasar a segunda vuelta. La unidad es posible hoy, tiene sentido y razón, porque podemos ganar. Eso redefine el escenario político y si tú sabes que puedes ganar con la unidad, no te vas a restar.
Usted obtuvo en la votación simbólica de los chilenos en el extranjero un 16 por ciento, lejos del 2,8 que sacó en Chile. ¿Ha analizado las razones de ello?
Sí, claro. Porque los chilenos que viven fuera del país están mucho más politizados. Además, están en contacto con una realidad que les permite abrigar en su imaginario la posibilidad del cambio.
¿Cómo?
Saben que es posible una educación y una salud gratuita porque la han visto, porque van a un hospital y es una clínica como las privadas que tenemos en Chile. Y porque no pagan millones por una buena atención médica. Están más desarrollados políticamente, tienen más estudios, saben que lo que nosotros planteamos no es una locura, sino una realidad posible. Por eso yo creo que tuvimos mucho éxito afuera, porque nuestra candidatura no hizo mercadeo, no vendió detergentes, sino que hicimos política. El chileno en el extranjero está más politizado y entendió ese mensaje.
Algunos de sus adherentes hablan de un posible fraude en las elecciones, debido a su baja votación. ¿Usted comparte eso?
Sí, hemos barajado esa posibilidad. Nosotros creemos que pudo haber existido fraude. Ahora, no un fraude donde nos hayan quitado las elecciones o nos hayan dejado fuera de la segunda vuelta. Pero creo que es perfectamente posible que haya existido fraude, porque no hubo observadores internacionales y el Servicio Electoral tiene 180 funcionarios, por lo que el conteo de votos estaba en mano de una empresa externa.
¿Qué tipo de fraude?
Sabiendo que Chile es un país corrupto y conociendo que podía ser peligroso que una candidatura como ésta se acercara al 10 por ciento, y nosotros creemos que habría llegado a esa cifra, a lo mejor alguien se interesó en que no subiéramos del 3 por ciento. Yo creo que se habla de eso y hay sentido y razón, sobre todo cuando tienes una candidatura que cierra con 50 mil personas en la calle, mientras que la que gana no lleva ni a cinco mil. Ahí uno dice “acá hay algo que no cuadra”. Y eso que no cuadra va a permanecer por siempre porque no tenemos ningún elemento para poder demostrar y chequear que efectivamente hubo fraude o no. Pero la sospecha está y los datos permiten pensarlo.