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Hungría: un desastre anunciado

8 de octubre de 2010

Los residuos tóxicos de la marea roja en Hungría se disuelven en el Danubio; la situación está controlada, dice el Gobierno. Organizaciones medioambientalistas son de otra opinión basados en experiencia anteriores.

La marea roja ha destruido todo a su pasoImagen: AP

Los residuos tóxicos provenientes de un embalse roto de una fábrica de aluminio en Hungría se disuelven en las aguas del Danubio; según el ministerio de Medio Ambiente húngaro esto supone que ya el riesgo de contaminación en una de las vías fluviales más importantes de Europa ha pasado. A primera hora del 8 de octubre, las muestras de ph (acidez o alcalinidad) recogidas en la desembocadura del río Raba al Danubio eran de entre 8,4 y 8,3 en distintos brazos del río. De una escala de 14, el valor 7 supone neutralidad, mientras que más allá de 8,5 la calidad del agua es mortal.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, asegura hoy que la crisis desencadenada por el grave vertido de lodo rojo contaminante por una fábrica de aluminio en el oeste del país está bajo control.

"Estamos luchando por reducir la amenaza para el medio ambiente y logramos tomar el control de la situación en el río Danubio", dijo Orban en Sofía tras reunirse con su homólogo búlgaro, Bojko Borissov, que ofrece ayuda para paliar las consecuencias de la catástrofe. La Unión Europea, por su parte, ha activado el mecanismo de protección civil y tiene un equipo en la zona.

La marea roja

El alud de fango rojo proveniente de una mina de bauxita en Ajka, perteneciente a la fábrica de aluminio, sorprendió hace 5 días a la región. Un millón de metros cúbicos escaparon del embalse y se esparcieron por una área de 40 kilómetros cuadrados. Siete pueblos han quedado sepultados, la vegetación destruida. A por lo menos seis ascienden ya los muertos y se han contabilizado 150 heridos con quemaduras graves.

La organización medioambientalista Greenpeace ha hecho público que según sus análisis realizados en la zona, el nivel de arsénico y de mercurio actuales son altamente peligrosos, mucho más de lo aceptado hasta el momento. El gobierno húngaro se encuentra especialmente bajo el foco de las críticas, pues a todas luces ha escondido y tergiversado los hechos. Miles de hectáreas de tierra, así Greenpeace, quedarán inutilizadas por años. El estado del río está en investigación.

Baia Mare

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) afirma que la catástrofe pudo ser evitada. Hace diez años cuando ocurrió la catástrofe de Baia Mare en Rumania–en donde después de fuertes lluvias se rompió el dique de una mina de oro llevando 140 toneladas de residuos altamente tóxicos a arroyos afluentes del Danubio-, la organización conservacionista realizó un informe que enumeraba los errores cometidos. La consecuencia debió haber sido, así el WWF, que se revisaran todas las plantas, se insistiese y controlase sus medidas de seguridad. Pero nada de eso ocurrió. Y aunque la actual marea tóxica tiene componentes diferentes, el marco en el que se ha producido es exactamente el mismo, lamenta WWF.

Aznalcóllar

Esta nueva catástrofe ecológica recuerda otra más, también similar, en España: en 1998 la ruptura de un dique en un embalse de residuos tóxicos en la mina de Aznalcóllar llevó al río Guadiamar –afluente del Guadalquivir- seis millones de toneladas de barro tóxico y aguas ácidas. Una empresa sueco-canadiense fue responsable del accidente. “Y no es que no hubiese habido informes previos”, informa Greenpeace de España: la seguridad de la mina dejaba que desear, el embalse tenía grietas.

Los agricultores de la zona perdieron sus cosechas y fueron indemnizados por ese año. Pero los terrenos quedaron inútiles y fueron expropiados. Para paliar la catástrofe el corredor en torno al río se convirtió en zona de protección natural en el que está prohibido pescar, cazar, pastorear y recolectar. Cuando de determinó su responsabilidad en el año 2004, la empresa minera Boliden-Apirsa fue condenada a pagar 45 millones de euros de indemnización por los daños causados. A pesar de la experiencia –y de los cientos de millones gastados en limpiar de tóxicos el río y la zona-, en este momento hay cientos de embalses con residuos tóxicos en España, dicen medios locales que ven en Hungría una copia de Aznalcóllar.

Un dejá vue

De Chernóbil húngaro lo califican los habitantes de la región; de un apocalipsis para Kolontar habla el WWF que hace responsable, en primera línea, a la empresa minera: el dique no podía resistir las cantidades –posiblemente mayores a las permitidas- almacenadas allí. Y, en su opinión, responsable también es la UE: los estándares de seguridad para la industria minera son muy bajos; la industria ha logrado imponer sus intereses. Según WWF, claro está que los simples diques de tierra que se emplean no pueden aguantar temporadas de lluvias intensas.

La pregunta es ahora si esta Kolontar servirá para al fin exigir de las empresas invertir en mayor seguridad o si vendrán más catástrofes de este tipo. Aunque nadie sabe todavía cómo seguirán los trabajos de rescate, al parecer los habitantes de la región se enfrentan ya a la idea de tener que abandonarla.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

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