Marido de Isabel II sale del hospital tras 28 días ingresado
16 de marzo de 2021
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El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, recibió este martes (16.03.2021) el alta médica y abandonó el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, tras haber permanecido ingresado durante veintiocho días.
El duque de Edimburgo, de 99 años, abandonó en un coche privado el centro hospitalario, después de que decenas de agentes de Policía bloqueasen las calles adyacentes para preparar la salida del convoy en el que viaja el consorte de la reina.
Felipe, que desde 2017 está retirado de la vida pública, fue hospitalizado el pasado 16 de febrero para tratarse por una infección y dos semanas más tarde fue trasladado al centro médico de St Bartholomew, también en la capital británica, donde permaneció varios días para ser operado con éxito de un problema cardíaco. (EFE, AFP)
El álbum alemán de Isabel II
La reina de Inglaterra es bienvenida en Alemania. Ya era así en 1965, cuando tuvo lugar su primera visita a este país. Después hubo otras tres, en 1978, 1992 y 2004. En junio de 2015 llega por quinta vez.
Imagen: picture alliance/Wolf-Dieter Pfeiffer
Visita a Alemania en 1965
"La visita del siglo", tituló el diario "Spiegel" en 1965. Veinte años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la reina Isabel, que entonces tenía 39 años, visitó Alemania durante 11 días. Normalmente nunca pasaba tanto tiempo fuera de su Imperio. En Soest, la monarca saludó a un guardia canadiense. El simbolismo es claro: el encuentro entre la Alemania de postguerra y la Commonwealth.
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Paseo por Berlín
El alcalde de Berlín, Willy Brandt (a la derecha), escolta a Isabel II durante un recorrido por las calles de la capital alemana. Los berlineses convirtieron la imagen de la monarca en un símbolo para su ciudad, como después lo fueron John F. Kennedy y Charles de Gaulle. Esta foto muestra al canciller de Alemania occidental, Ludwig Erhard, a la izquierda.
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No sin mi Rolls Royce
In 1978, Isabel II visitó de nuevo Alemania. Las fuerzas de seguridad se mantuvieron alertas por la amenaza del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán). En esta segunda visita de Estado, Isabel II trajo consigo su propio auto oficial.
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Bienvenida improvisada
Los niños quiebran siempre los esfuerzos de los expertos en seguridad durante las visitas al extranjero de la Reina. En 1978, dos pequeños se las arreglan para llegar hasta la monarca dentro del puerto de Kiel y darle la bienvenida con flores. A la izquierda, el presidente del Estado federado de Schleswig-Holstein, Gerhard Stoltenberg.
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Velada estrategia política
El socialdemócrata Helmut Schmidt era canciller de Alemania en 1978. La Reina debe ser neutral en cuestiones políticas, pero esta vez se permitió preparar un discurso de alabanza hacia la "Ostpolitik" iniciada por el también socialdemócrata Willy Brandt. Naturalmente, sin mencionar su nombre. Eso podría haber sido interpretado como injerencia poco antes de las elecciones parlamentarias alemanas.
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Elección de vestuario
Cuestión candente en todas las visitas de Estado, también entonces, es la del vestuario: ¿qué ponerse a la llegada, en el encuentro con el Presidente y con el canciller? Lo que pocos saben es que la Reina cuenta desde finales de los 90 con su propio sastre alemán: Karl-Ludwig Rehse, de Essen.
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Alabanzas a los alemanes del este
La visita de la monarca a Alemania en 1992 fue una de las más políticas. Dos años después de la unidad alemana, Isabel II reparte elogios sobre todo a los alemanes del este por haber llevado a cabo una revolución pacífica. Helmut Kohl los escucha encantado, sobre todo tras las duras reacciones que mostró Margaret Thatcher hasta la primavera de 1990.
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Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel
Anécdota de la tercera visita de Estado, en 1992: Irma Oettinger, fundadora del Museo Reina Isabel en Alemania, ofrece flores a su ídolo ante la Villa Hammerschmidt, en Bonn. A la izquierda, el entonces presidente alemán, Richard von Weizsäcker, con su esposa.
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Biografías disímiles
Gerhard Schröder fue anfitrión de Isabel II durante su cuarta visita de Estado a Alemania, en 2004. Sus biografías no pueden diferir más: Schröder tuvo que trabajar durante su infancia, mientras que Isabel II pertenece a la más alta nobleza.
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Sin miedo al contacto
A las fuerzas de seguridad no les gustan las desviaciones en el protocolo. Sin embargo, a la Reina le gusta estar en contacto con el pueblo. En noviembre de 2004 mantuvo un encuentro con los niños de la escuela Charles Dickens de Berlín.