Mariscal Hafter visita Atenas antes de llegar a Berlín
17 de enero de 2020
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El jefe del Ejército Nacional Libio (LNA), el mariscal Jalifa Hafter, llegó la noche del jueves a Atenas, donde se reunirá este viernes (17.01.2020) con el ministro de Exteriores, Nikos Dendias, y según fuentes gubernamentales, con el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis.
Su visita ocurre dos días antes de la conferencia internacional sobre Libia en Berlín, convocada por el Gobierno alemán bajo los auspicios del secretario general de la ONU, António Guterres, a la cual Grecia, a pesar de su insistencia, no está invitada.
A la conferencia, además de Hafter y del jefe del Gobierno de Libia reconocido por la ONU, Fayed al Serraj, han sido invitados a participar Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, Italia, China, Turquía, República del Congo, la Unión Europea (UE), la Liga Árabe, la Unión Africana, Argelia, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.
Hafter ha mostrado su descontento por la ausencia de Grecia y su visita se ve como un intento diplomático de preservar los intereses helenos durante la conferencia. El rechazo de Alemania a la solicitud del Gobierno griego ha provocado nerviosismo en el país.
Mitsotakis anunció en una entrevista a la televisión privada Alpha que "vetará en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores toda solución política que no prevea la revocación del memorando sobre la delimitación de las supuestas zonas marítimas entre Turquía y Libia".
Se refería al memorando bilateral firmado el 27 de noviembre en Estambul entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Fayed al Serraj, que delimitó las zonas económicas exclusivas (ZEE) de ambos países muy cerca de las islas griegas de Rodas y Creta.
Para Turquía las islas cercanas al continente, incluso si son del tamaño de Chipre o Creta, no pueden contar con plataforma continental ni ZEE propia. Según Grecia, esta posición contraviene el derecho marítimo internacional. Grecia considera que dicho acuerdo viola su soberanía y reaccionó con la expulsión, a comienzos de diciembre, del embajador libio en Atenas. (EFE)
El inimaginable horror de los campamentos en Libia
Pobreza, violencia y ataques aéreos. En Libia viven miles de migrantes en campamentos donde las condiciones son miserables. Salir de ellos es exponerse a más peligros.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Turkia
Por fin en tierra firme
El alivio fue grande cuando los 83 migrantes que permanecían a bordo del barco humanitario Open Arms pudieron desembarcar en Lampedusa, tras haber sido rescatados, tres semanas antes, en el Mediterráneo. Algunos sufrían ataques de llanto y fueron atendidos por psicólogos. Muchos habían vivido durante años en campamentos en Libia, donde en medio de la guerra civil sufrieron toda clase de apremios.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/S. Cavalli
Miseria y violencia
Miles de inmigrantes de distintos países de África están detenidos en campamentos de internamiento en Libia, para evitar que puedan seguir rumbo a Europa. En un reporte de Naciones Unidas se denunció el "inimaginable horror" que enfrentan los refugiados. Se habla de torturas, asesinatos, violaciones, esclavitud y trabajo forzoso, entre otros abusos.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Turkia
Pedido de ayuda
En el reporte de la ONU se asegura que estas gravísimas violaciones a los derechos humanos son cometidas tanto por actores estatales como por milicias y otros grupos similares. Pero también en los campamentos que están bajo el control del gobierno de unidad se producen graves violaciones a los derechos humanos. Los migrantes piden más ayuda para evitar estas situaciones.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Turkia
En medio de la guerra civil
Los campamentos están cada vez más amenazados por el fuego cruzado de los bandos armados que luchan por el control de la capital, Trípoli. Por un lado están las tropas del oeste del país, bajo el control del gobierno de unidad del primer ministro Fayez Sarradsch. Por el otro, las organizaciones armadas lideradas por el general Khalifa Haftar, que tiene bajo su égida el este y el sur del país.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Turkia
La muerte viene del cielo
En julio, al menos 50 inmigrantes murieron tras un ataque aéreo contra un centro de internamiento en Tajura, un suburbio al oriente de Trípoli. El recinto se encuentra solo a pocos metros de un almacén de armas de una milicia local. Las bombas también caen sin cesar cerca de los campamentos en Misrata.
Imagen: Reuters/I. Zitouny
La ONU exige el fin de los campamento
Tanto la ONU como la Unión Europea han exigido en reiteradas ocasiones el cierre de estos campamentos. El Ministerio de Exteriores de Alemania también criticó recientemente la situación de estos recintos, para lo que usó un tono inusualmente duro. La UE, sin embargo, está en el centro de las críticas, porque apoya financieramente a la Guardia Costera de Libia.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Turkia
Atrapados por la Guardia Costera
Luego de que la misión de rescate "Sophia", de la Unión Europea, fuera suspendida debido a desacuerdos sobre quién recibiría a los inmigrantes, se ha reforzado la presencia de barcos de la Guardia Costera libia. Los inmigrantes capturados en el Mediterráneo son enviados de vuelta a Libia y llevados a campos de internamiento, donde se enfrentan a condiciones de detención inhumanas.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Paduano
Rutas peligrosas
En vista de las condiciones en las que se encuentra Libia por la guerra civil, el Consejo de Europa pidió a la UE que cese su cooperación con la Guardia Costera del país africano. La misma idea propusieron ACNUR y la Organización Internacional para la Migración. Temerosos de la acción de la Guardia Costera, los migrantes usan rutas cada vez más peligrosas. Solo en 2018 se ahogaron 2.300 persosas.
Imagen: Reuters/Courtesy of Sea-eye
Cierre anunciado
El ministro del Interior de Libia anunció que los campamentos de Misrata, Tajura y Chums serían cerrados. Sin embargo, no se sabe si esto se llevó ya a efecto. Tampoco hay planes concretos para aquellos que sean liberados del yugo de esos campamentos. ACNUR ha ofrecido ayuda. Los migrantes dejados a su suerte correrán nuevos peligros en un país que está en guerra.