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Masacre de Napalpí en Argentina: justicia un siglo más tarde

18 de mayo de 2022

Inédito proceso casi 100 años después de los hechos. “No se pudo hacer justicia antes porque el mismo Estado que ordenó la represión, fue quien se encargó de silenciar los hechos”, dijo el Fiscal Carniel a DW.

"Juicio por la Verdad" en Argentina por la "Masacre de Napalpí"
El "Juicio por la Verdad" recoge por primera vez la voz de los pueblos originarios sobre la "Masacre de Napalpí".Imagen: Pablo Caprarulo

"Arrasaron con todo. Murieron ancianos, niños, mujeres embarazadas que querían trabajar y estar en paz”, sostuvo en su testimonio grabado poco antes de morir Melitona Enrique, del pueblo qom y sobreviviente de la masacre.

"No les dejaron enterrar cristianamente a sus seres queridos. Bajaban pájaros que se comían los cadáveres. Es algo muy triste esta historia, por eso no quiero ni hablar. A los caciques les sacaron los testículos, las orejas y los hicieron trofeo”, sostuvo luego Mario Irigoyen, descendiente directo de las víctimas.

Los hechos ocurrieron hace casi 100 años, y hoy, por fin, están siendo juzgados. Se trata de un proceso sin precedentes en el país: el Juicio por la Verdad, que busca determinar las responsabilidades en torno a una de las mayores matanzas cometidas contra pueblos originarios en la región.

"Los acontecimientos fueron declarados como constitutivos de delitos de lesa humanidad y, por lo tanto, imprescriptibles”, explicó el fiscal general federal de Resistencia, Federico Carniel, en entrevista exclusiva con DW.

El Fiscal General Federal de Resistencia, Chaco, Federico Carniel, toma testimonio en la audiencia por la "Masacre de Napalpí".Imagen: Pablo Caprarulo

"Lo que se busca no es una decisión punitiva contra alguien, ya que (los perpetradores) están todos muertos, sino una decisión jurídico-penal que fije las responsabilidades de esta masacre: quiénes dieron las órdenes, quiénes las ejecutaron, y, fundamentalmente, quienes fueron las víctimas”, indicó a este medio el fiscal a cargo de la acusación.

La masacre

El 19 de julio de 1924, en la norteña provincia argentina de Chaco, fuerzas de seguridad del Estado asesinaron a varios centenares de indígenas de los pueblos qom (tobas) y moqoit (mocovíes), que pedían mejores condiciones de vida y reclamaban por el maltrato laboral.

"Los pueblos indígenas, que ancestralmente tenían un estilo de vida nómade, y se proveían de sus alimentos de la caza y de la pesca y la recolección de frutos, fueron encerrados en lo que se llamaban 'reducciones', y obligados a trabajar la tierra recibiendo una compensación miserable. Ante lo cual, frente al reclamo, la respuesta estatal fue una masacre”, describió los hechos el fiscal.

El "Jucio por la Verdad" es seguido con gran atención por el público en las pantallas gigantes instaladas con tal fin.Imagen: Pablo Caprarulo

"Cuando los indígenas ingresaban a la reducción, se les entregaban instrumentos de labranza, ropa, y automáticamente eso les generaba una deuda con el almacén y con la administración, que generaba una gran presión sobre las familias indígenas”, explicó durante el Juicio el historiador Marcelo Musante, integrante de la "Red de investigadores en genocidio y política indígena".

"Todo lo que producían se lo entregaban al administrador. También se les descontaba la comida. Solamente podían gastar en el almacén de la reducción”, agregó el investigador. "Las reducciones fueron un sistema de explotación laboral”, indicó.

Recuerdos traumáticos: caramelos hacia la muerte

Rosa Grilo, integrante del pueblo qom y de 114 años en la actualidad, es la única sobreviviente de la masacre aún viva, y su testimonio, grabado hace ya algún tiempo en el patio de su casa, ha sido parte fundamental en el actual proceso.

"Yo era niña, pero no tan chica, por eso recuerdo. Cuando la reducción, mi abuelo cazaba cualquier bichito para rebuscarse. Es muy triste para mí, porque mataron a mi papá y casi no me quiero acordar, porque me hace doler el corazón”, dijo en su testimonio.

Audiencia del "Juicio por la Verdad" por la "Masacre de Napalpí".Imagen: Luis Robayo/AFP/Getty Images

"Un avión de arriba tiraba bolsas y caían al piso y ahí los mataban. Mi abuelo y mi mamá gritaban. No sé por qué mataron a muchos niños y grandes, fue mucho el sufrimiento", compartió emocionada.

Efectivamente, el relato de sobrevivientes y numerosos investigadores, da cuenta de la participación en la matanza de un avión que sobrevolaba la zona y desde el cual eran arrojados caramelos, para que los niños salieran a buscarlos, y revelaran así dónde se hallaban sus familias.

De acuerdo con los relevamientos recabados por la fiscalía,durante 45 minutos la Policía descargó más de 5 mil balas de fusil sobre la población de Napalpí. Las víctimas fueron estimadas en 400. Unos 38 niños lograron escapar de la matanza, pero luego al menos la mitad fueron entregados como sirvientes, mientras que el resto murió en el camino. Solo quince adultos lograron sobrevivir.

¿Por qué recién ahora?

"No se pudo hacer justicia antes porque el mismo Estado que ordenó la represión, fue quien se encargó de silenciar los hechos, a través del terror para con las comunidades indígenas y a través del silencio ante el resto de la sociedad”, indicó Carniel.

Dra. en Historia Mariana Giordano, testigo de conocimiento en la causa.Imagen: privat

"Los testimonios de los sobrevivientes y sus descendientes revelan que en la comunidad no se hablaba de este tema y que en las familias se les enseñaba a los niños a no hablar de estos hechos”, apuntó en el mismo sentido la doctora en Historia Mariana Giordano, experta en el tema, en diálogo con DW.

"Fueron las generaciones más jóvenes, quienes comenzaron a romper con esa barrera del miedo e iniciaron procesos de construcción de memorias locales, visibilizando el tema”, indicó Giordano, testigo de conocimiento del caso.

En especial, fue el historiador qom Juan Chico (fallecido por Covid en 2021 y cuyo testimonio grabado se escuchó en la sesión de apertura) quien, a partir de los relatos de su abuela, empezó a investigar los hechos y recolectó testimonios y evidencias, que permitieron empezar a romper el silencio histórico sobre lo ocurrido.

"Se trata de conocer la verdad de lo acontecido para la reivindicación de la memoria de los pueblos, para calmar las heridas, para reparar, como una forma de acción positiva. Pero también para activar la memoria y generar conciencia colectiva (en el sentido) de que las grandes violaciones a derechos humanos no deben volver a repetirse”, señaló la jueza Zunilda Niremperger, al dar formalmente inicio al Juicio el pasado de 19 de abril.

Con la etapa de recolección de testimonios finalizada, este jueves 19 de mayo se conocerá el veredicto. (ms)

 

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