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“Me cuesta imaginar a Guardiola de nuevo en el Camp Nou”

17 de noviembre de 2016

En su libro “Pep Guardiola – Das Deutschland-Tagebuch”, el periodista español Martí Perarnau analiza los cambios que sufrió el catalán durante su paso por Alemania. Y fueron muchos. Y profundos.

Imagen: Reuters/K. Pfaffenbach

Cuando el periodista español Martí Perarnau le dijo a Pep Guardiola que pensaba escribir un libro sobre su trabajo en el Bayern Múnich, el entrenador catalán le preguntó que para qué haría tal cosa, si el tema seguramente no le interesaría a nadie. Perarnau, que tuvo acceso a los camarines del equipo, conoció de primera mano el trabajo de Guardiola y estuvo a su lado en los momentos más importantes de su paso por Alemania, no le mintió: "Es que el libro está casi terminado”. ¿La respuesta de Guardiola? "Está bien, entonces haz lo que quieras”.

Perarnau, que tomó apuntes en cada momento (por eso el libro estaba casi terminado), cuenta en "Pep Guardiola – Das Deutschland-Tagebuch”, éste y otros detalles de su relación con el hombre que hizo que los bávaros ganaran siete títulos. Es un libro lleno de datos sabrosos, de entretelones desconocidos, de historias que permiten formarse una idea de lo que pasa por la cabeza del calvo estratega y de la transformación que, dice Perarnau, sufrió en su concepción del fútbol.

"Guardiola mantiene su esencia tanto en el ámbito personal como en el de entrenador, pero se han producido notables cambios, añadidos y modificaciones. En lo personal, ha vivido un proceso de maduración; podríamos decir que ha pasado de adolescente a adulto, usando una metáfora”, explica Perarnau a DW.

El periodista español Martí Perarnau.Imagen: Marti Perarnau

¿Se refleja eso en su concepción del fútbol?

En lo metodológico ha profundizado en la eficiencia: hoy dedica menos tiempo a la preparación de los entrenamientos, que deja a sus ayudantes, y más al análisis de los rivales. En lo futbolístico ha incorporado elementos del juego alemán que le otorgan una mayor riqueza táctica a su catálogo, a veces jugando con cinco delanteros, en otras ocasiones con cinco defensas y aplicando mucha importancia al juego de los extremos.

¿Y qué legado deja Guardiola al fútbol germano?

Es demasiado pronto para definirlo, pero resulta evidente que deja en el Bayern un importante legado en forma de modelo de juego. La directiva del Bayern temía que el equipo se desmovilizara tras su victoria en la Champions League de 2013 y después del triunfo alemán en el Mundial de Brasil. Pep se esforzó por evitar esos baches en la competitividad y lo consiguió, alcanzando tres Bundesligas consecutivas y dos Copas de Alemania. Respecto del fútbol alemán también es obvio que dejó sembradas muchas ideas del juego de posición. Hoy por hoy entiendo que hay tres grandes corrientes que conviven: el juego tradicional, el de presión de Jürgen Klopp y el de posición.

¿Cómo fue la relación de Guardiola con el alemán? Cuando recién llegó, la prensa lo alabó mucho por su manejo del idioma.

Guardiola y el entrenador de Borussia Dortmund, Thomas Tuchel. Imagen: Imago/Sven Simon

Estudió alemán durante su estancia en Nueva York para intentar tener un nivel que le permitiera hablar con sus jugadores. Hizo una inmersión lingüística intensiva durante seis o siete meses junto a una profesora, pero una vez metido en la dinámica diaria en el Bayern ya no le resultó sencillo seguir estudiando. Con su nivel podía hablar en alemán con los jugadores, pero también es evidente que durante los tres años no consiguió avanzar mucho más en el dominio del idioma y su manera de expresarse en las ruedas de prensa se mantuvo siempre en el mismo nivel.

En el libro se pregunta por qué Guardiola eligió al Manchester City como nuevo destino. ¿Cree usted que tenga que ver con romper una imagen de entrenador de plantillas perfectas?

No lo creo. En octubre de 2015, Pep entendió que su trabajo en el Bayern había alcanzado el objetivo de jugar de acuerdo al plan establecido entre él y los jugadores, así que para él la tarea ya estaba realizada. Eligió al City porque le ofrecía una propuesta global apetecible: podría trabajar con dos personas de su entera confianza, como son Txiki Begiristain y Ferran Soriano, tiene buenos recursos económicos, unas instalaciones magníficas y un proyecto deportivo que le estimula.

Usted revela una reunión de Guardiola con Thomas Tuchel, que se menciona como un posible "sucesor” del catalán. ¿Hay otros nombres? ¿Julian Nagelsmann, por ejemplo?

En el juego de posición, Thomas Tuchel y Joachim Löw son los más destacados, pero Julian Nagelsmann ha aparecido con muchísima fuerza, aunque también podríamos mencionar a André Schubert. Seguro que aparecerán pronto más entrenadores que apostarán por esta corriente, pero solo con Löw, Tuchel y Nagelsmann ya estamos hablando de tres nombres de mucho calado.

¿Cree usted que la carrera de Pep terminará en Barcelona? 

Es muy difícil afirmarlo porque, básicamente, Pep no tiene decidido qué hacer en el futuro. Vive atado al presente más rabioso, y no digo que esto sea necesariamente positivo. En ocasiones las personas necesitamos movernos en el recuerdo del pasado o en la esperanza del futuro, pero a él le gusta manejarse solo en el presente. Resulta imposible intuir cuánto tiempo estará en Manchester, dónde irá después, y si algún día volverá a Barcelona… Aunque, si le digo la verdad, me cuesta una barbaridad imaginarle de nuevo en el banquillo del Camp Nou.