En su libro “Pep Guardiola – Das Deutschland-Tagebuch”, el periodista español Martí Perarnau analiza los cambios que sufrió el catalán durante su paso por Alemania. Y fueron muchos. Y profundos.
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Cuando el periodista español Martí Perarnau le dijo a Pep Guardiola que pensaba escribir un libro sobre su trabajo en el Bayern Múnich, el entrenador catalán le preguntó que para qué haría tal cosa, si el tema seguramente no le interesaría a nadie. Perarnau, que tuvo acceso a los camarines del equipo, conoció de primera mano el trabajo de Guardiola y estuvo a su lado en los momentos más importantes de su paso por Alemania, no le mintió: "Es que el libro está casi terminado”. ¿La respuesta de Guardiola? "Está bien, entonces haz lo que quieras”.
Perarnau, que tomó apuntes en cada momento (por eso el libro estaba casi terminado), cuenta en "Pep Guardiola – Das Deutschland-Tagebuch”, éste y otros detalles de su relación con el hombre que hizo que los bávaros ganaran siete títulos. Es un libro lleno de datos sabrosos, de entretelones desconocidos, de historias que permiten formarse una idea de lo que pasa por la cabeza del calvo estratega y de la transformación que, dice Perarnau, sufrió en su concepción del fútbol.
"Guardiola mantiene su esencia tanto en el ámbito personal como en el de entrenador, pero se han producido notables cambios, añadidos y modificaciones. En lo personal, ha vivido un proceso de maduración; podríamos decir que ha pasado de adolescente a adulto, usando una metáfora”, explica Perarnau a DW.
¿Se refleja eso en su concepción del fútbol?
En lo metodológico ha profundizado en la eficiencia: hoy dedica menos tiempo a la preparación de los entrenamientos, que deja a sus ayudantes, y más al análisis de los rivales. En lo futbolístico ha incorporado elementos del juego alemán que le otorgan una mayor riqueza táctica a su catálogo, a veces jugando con cinco delanteros, en otras ocasiones con cinco defensas y aplicando mucha importancia al juego de los extremos.
¿Y qué legado deja Guardiola al fútbol germano?
Es demasiado pronto para definirlo, pero resulta evidente que deja en el Bayern un importante legado en forma de modelo de juego. La directiva del Bayern temía que el equipo se desmovilizara tras su victoria en la Champions League de 2013 y después del triunfo alemán en el Mundial de Brasil. Pep se esforzó por evitar esos baches en la competitividad y lo consiguió, alcanzando tres Bundesligas consecutivas y dos Copas de Alemania. Respecto del fútbol alemán también es obvio que dejó sembradas muchas ideas del juego de posición. Hoy por hoy entiendo que hay tres grandes corrientes que conviven: el juego tradicional, el de presión de Jürgen Klopp y el de posición.
¿Cómo fue la relación de Guardiola con el alemán? Cuando recién llegó, la prensa lo alabó mucho por su manejo del idioma.
Estudió alemán durante su estancia en Nueva York para intentar tener un nivel que le permitiera hablar con sus jugadores. Hizo una inmersión lingüística intensiva durante seis o siete meses junto a una profesora, pero una vez metido en la dinámica diaria en el Bayern ya no le resultó sencillo seguir estudiando. Con su nivel podía hablar en alemán con los jugadores, pero también es evidente que durante los tres años no consiguió avanzar mucho más en el dominio del idioma y su manera de expresarse en las ruedas de prensa se mantuvo siempre en el mismo nivel.
En el libro se pregunta por qué Guardiola eligió al Manchester City como nuevo destino. ¿Cree usted que tenga que ver con romper una imagen de entrenador de plantillas perfectas?
No lo creo. En octubre de 2015, Pep entendió que su trabajo en el Bayern había alcanzado el objetivo de jugar de acuerdo al plan establecido entre él y los jugadores, así que para él la tarea ya estaba realizada. Eligió al City porque le ofrecía una propuesta global apetecible: podría trabajar con dos personas de su entera confianza, como son Txiki Begiristain y Ferran Soriano, tiene buenos recursos económicos, unas instalaciones magníficas y un proyecto deportivo que le estimula.
Usted revela una reunión de Guardiola con Thomas Tuchel, que se menciona como un posible "sucesor” del catalán. ¿Hay otros nombres? ¿Julian Nagelsmann, por ejemplo?
En el juego de posición, Thomas Tuchel y Joachim Löw son los más destacados, pero Julian Nagelsmann ha aparecido con muchísima fuerza, aunque también podríamos mencionar a André Schubert. Seguro que aparecerán pronto más entrenadores que apostarán por esta corriente, pero solo con Löw, Tuchel y Nagelsmann ya estamos hablando de tres nombres de mucho calado.
¿Cree usted que la carrera de Pep terminará en Barcelona?
Es muy difícil afirmarlo porque, básicamente, Pep no tiene decidido qué hacer en el futuro. Vive atado al presente más rabioso, y no digo que esto sea necesariamente positivo. En ocasiones las personas necesitamos movernos en el recuerdo del pasado o en la esperanza del futuro, pero a él le gusta manejarse solo en el presente. Resulta imposible intuir cuánto tiempo estará en Manchester, dónde irá después, y si algún día volverá a Barcelona… Aunque, si le digo la verdad, me cuesta una barbaridad imaginarle de nuevo en el banquillo del Camp Nou.
La era Guardiola en el Bayern
Los 3 años como entrenador del Bayern se acaban para Pep Guardiola sin título de la Champions League. En la próxima temporada, entrenará al Manchester City. Se irá del Bayern sin haber conseguido la triple coronación.
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Admirado, pero no querido
Tras quedar otra vez eliminado en la semifinal de la Champions League, Pep Guardiola se va de Múnich sin haber logrado su meta. Perdió tres veces contra equipos españoles en semifinales. Para este ambicioso catalán, que se pone el listón muy alto, es una derrota dolorosa. Su labor en Múnich es exitosa, pero no es sobresaliente, por no haber logrado el título del "principal campeonato" de clubes.
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Hurra, Hurra, Pep
En enero de 2013, la euforia domina todos los medios de comunicación. Es verdad, el entrenador estrella Pep Guardiola no se va a la Premier League, sino a la Bundeliga y firma por el FC Bayern. Todo un éxito por parte de los muniqueses, que causa furor en el mundo futbolístico. En su primera rueda de prensa, Guardiola impresiona por sus conocimientos de alemán.
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Un campeonato solo no es suficiente
En su primera temporada en el Bayern, el catalán logra en un tiempo récord el título de la primera división alemana. El trofeo, sin embargo, se hace esperar hasta la jornada 34. Por primera vez, Guardiola celebra con los seguidores del Bayern en la Marienplatz. Pero él no vino al Bayern para ganar solo la Bundesliga, sino también para coronarse en la Champions.
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Sin la Champions
Pero no pudo ser. Es uno sus de los momentos más amargos en el equipo. El Bayern pierde contra el Real Madrid en semifinal de 2014 y tras dos derrotas. Su club no consigue dar en el clavo: 0:1 en Madrid y 0:4 en casa. El antiguo entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti (drcha.), será a partir de la próxima temporada el nuevo técnico del Bayern.
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¡O Thiago o nada!
A la hora de elegir a sus jugadores, a Guardiola se le puede tildar con razón de quisquilloso. No todos los jugadores titulares pasan el control de calidad de Pep. Con una persona no está dispuesto a transigir: Thiago Alcántara, su discípulo preferido del Barcelona. "O Thiago, o nada", exigió Guardiola y se le cumplió el deseo.
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Mandzukic, "la vícitima de Pep"
Otros jugadores no lo tienen fácil bajo el mando de Guardiola. En 2014, Mario Mandzukic abandonó el Bayern tras dos años y 48 goles. Con el entrenador Jupp Heynckes era uno de los indispensables, pero en el sistema Guardiola, el croata no cuadra. "No me gusta su estilo de juego", dijo el entrenador. Poco tiempo después, Mandyukic se fue y desde entonces juega el goleador Robert Lewandowski.
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Mario Götze: un talento en el banquillo
Tener talento no ayuda ante Guardiola. Mario Götze, exjugador del Dortmund, llegó con muchas esperanzas al Bayern en 2013, al principio de la era Guardiola. El entrenador hubiese preferido a Neymar. Con frecuencia, el talentoso Götze calentó la banca. Su permanencia en el Bayern dependerá del entrenador Ancelotti. Götze sigue en contacto con Jürgen Klopp, exentrenador del Dortmund.
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Desavenencias internas
La influencia del entrenador Pep Guardiola sobre el Bayern es mayor de lo que muchos se habían imaginado. Tras la derrota en la Champions League en Porto, el médico del equipo, Mueller Wohlfahrt (drcha.), dimitió frustrado, aparentemente por desavenencias con Guardiola, a quien culpó de la derrota. Guardiola comentó escuetamente: "Fue su decisión."
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Rivales afectuosos
El filósofo del fútbol y el motivador impulsivo. Cuando Pep Guardiola y Jürgen Klopp se encuentran, siempre se tratan con respeto. También fue así en su último partido entre el Bayern y el Dortmund, el 1 de noviembre de 2014, en Múnich. En la próxima temporada se volverán a ver las caras en la liga inglesa.
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Derrota contra el Barcelona
Noche dolorosa para Guardiola. Regresó a su casa, Camp Nou, pero con nefasto resultado para el Bayern que perdió 0:3 contra el Barcelona de Luis Enrique. Parecía que tras el partido de ida, el Bayern lo daría todo por seguir en la Champions, pero en casa solo logró 3:2. Así, el sueño de la Champions League se evaporó y Luis Enrique tuvo que consolar a Pep Guardiola.
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Por tercera vez sin la Champions
Guardiola se vuelve hacia el público, se despide con un beso de los seguidores del club y se va a los vestuarios cabizbajo. El sueño del triplete se desvanece en un encuentro dramático contra el Atlético de Madrid, 2:1. Por tercera vez abandona la Champions en semifinales y sin haber llevado a cabo su objetivo, el título máximo de la liga de campeones.
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Nuevas perspectivas
El cuarto título nacional en serie, el tercero en tres años de Pep, debía ser solo una formalidad. En la final de la Copa de la DFB en Berlín sería incluso un doblete. Guardiola habría sumado entonces tres títulos y dos copas a la de por sí rica colección de trofeos de Múnich. Después, con el Manchester, Pep empezará otro capítulo deportivo.