Medidas contra la pedofilia entre el clero alemán
27 de septiembre de 2002Sobre la sexualidad de los laicos, el Vaticano ha dictaminado y escrito mucho en los últimos decenios. No así sobre la sexualidad de sus miembros obligados, por voto de castidad, al celibato. Que esto último nunca haya funcionado como consta en el reglamento, no asombra a nadie. Pero que la Iglesia haya hecho oídos sordos a las protestas, sí que ha sublevado a muchos. Y al parecer, la medida se colmó a principios del año 2002: el Papa Juan Pablo II decretó que todo caso de pedofilia, en el cual intervenga alguien del clero, debe ser reportado inmediatamente al Vaticano.
Comenzó en Estados Unidos
A comienzos de año, la última ola de protestas se agigantó en los Estados Unidos, también debido a las altas sumas por daños y perjuicios que una víctima puede exigir ante los tribunales. No pocas diócesis, por ello, cayeron casi en bancarrota. 200 clérigos cesaron en sus funciones, obispos entre ellos. Más de mil juicios fueron presentados. En junio, los obispos norteamericanos concordaron–después de haber sido convocados por Roma y estar en el foco de atención de los medios- en un cierto lineamiento para tratar a sus ovejas negras. Además, acordaron organizar comisiones de laicos que se encarguen de cuidar de que el lineamiento sea seguido.
La reacción alemana
En la opinión de los obispos alemanes, tales medidas no eran necesarias en este país. Sin embargo, un artículo del influyente semanario "Spiegel", en el cual se contaba historias sobre sacerdotes pedófilos, logró hacer subir la marea de la indignación. La Iglesia declaró, al fin, que "probablemente había subestimado el problema".
"Con la vara que midas..."
El lineamiento redactado y aprobado por la Conferencia Episcopal en su sesión de otoño contempla que a cada demanda, la diócesis en cuestión encargue inmediatamente a alguien externo de investigar el caso. Acto seguido hay que informar a la fiscalía y reforzar la protección a la víctima. El tiempo dirá si el lineamiento da resultado. Sin embargo, el terreno ha sufrido mucho durante el temporal: la Iglesia ha perdido credibilidad, tanto por los hechos en sí, puesto que se trata de abusos sexuales de niños, como porque la reacción se hizo esperar demasiado. Y es que, en la opinión general, quien predica la moral, debe empezar por exigirla en sus propias filas, más aún tomando en cuenta que "con la vara que midas, serás medido".