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Medios en Venezuela: la lucha por sobrevivir para informar

José Ospina-Valencia
12 de enero de 2021

Tras la instalación de la Asamblea Nacional oficialista, arrecian los ataques a la prensa. El chavismo busca la “hegemonía comunicacional”, dice experto. ¿La esperanza? El ciudadano informado e informador.

Protesta contra el cierre de RCTV, en mayo de 2017.
Protesta contra el cierre de RCTV, en mayo de 2017. Imagen: picture-alliance/Zuma Press/J.C. Hernandez

El canal de televisión digital VPITV, un medio internacional con corresponsal en Venezuela, cesó su trabajo "temporalmente” tras la confiscación de sus equipos, el 8 de enero. "El régimen acusó, además, a Efecto Cocuyo, Caraota Digital, El Pitazo y a Radio Fe y Alegría, de ser ‘mercenarios del periodismo' y de recibir financiamiento del extranjero para derrocar al gobierno", denunció Jorge Canahuati, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Cubrir la escasez de gasolina en Venezuela, como en el caso de VPITV, puede acarrear el cierre por supuesta incitación al odio. "La Ley contra el Odio es muy perjudicial para los medios en Venezuela”, dice a DW Gabriela González, vicepresidenta de la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera (APEX), y explica la arbitrariedad: "Quién califica qué es odio o incitación al odio, y qué no: eso afecta el margen de acción del trabajo de los medios, los periodistas y corresponsales en Venezuela”, plantea González.

Con "leyes mordaza" contra la prensa

La Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, aprobada por la Asamblea Nacional, bajo la presidencia de Delcy Rodríguez, está en vigor desde 2017. Su contravención puede significar 20 años de prisión.

Una ley convertida hoy en efectiva "mordaza”. Aparte de la denuncia en Twitter de VPITV, ninguno de los medios atacados aceptó hablar con DW para explicar su situación. Tampoco el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) respondió a la solicitud de este medio público alemán.

Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera en Venezuela, APEXImagen: apexven.org

La APEX rechazó igualmente "los ataques cibernéticos contra Tal Cual y el cierre de Panorama, un medio tradicional de Maracaibo”.Atacar a los medios base para evitar que las noticias que produce la Venezuela de hoy no trasciendan, parece ser la fórmula: "Estos medios no son solo referencia para los venezolanos dentro de Venezuela sino también para el exterior”, agrega la vicepresidenta de APEX, una organización fundada en 1960 y que congrega a 80 corresponsales de 50 organizaciones.

La APEX se abstiene de "interpretar” e insiste en rechazar "el impedimento al trabajo de los medios de comunicación, como la negación de la visa de entrada al corresponsal de DW para cubrir las recientes elecciones parlamentarias, y exige el respeto a la legítima defensa de todo medio o periodista que sea acusado de infringir alguna ley”.

El imperio de las armas contra la palabra

Los ataques a la prensa en Venezuela son diarios, y pasan de la negación de visas a la prensa extranjera a disparos a quemarropa contra reporteros que informan sobre corrupción, hasta las amenazas públicas a mano armada, como las del alcalde de Tinaco, José Rivas, quien -escoltado por sicarios-, dice estar "con Maduro” y obligó al cierre de Rumbera 94.7 FM, en 2019.

Y en Caracas, una charla sobre periodismo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, en la embajada de Gran Bretaña en Venezuela, le bastó al régimen para protestar contra el Gobierno de Boris Johnson por supuesta "financiación ilegal” de organizaciones que buscan "derrocarlo”. 

Fuerza Latina - La información como antídoto

26:05

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"Ningún medio aquí busca derrocar al Gobierno. Lo que pasa es que en Venezuela la prensa no puede hacer lo que hacen los medios en un país normal: informar”, aclara a DW Miguel Otero, director de El Nacional, otrora uno de los diarios en papel más importantes de América Latina, que emigró a la versión digital, como todos los medios independientes, para no desaparecer del todo ante los recortes de papel periódico.

Los acosan y los acusan, hasta que se van

El régimen venezolano siempre ha combatido a la prensa independiente. En solo 6 años, el chavismo ha clausurado 84 medios de prensa escrita, radio y televisión, según la SIP.  "A los medios los confiscan, los cierran, a los periodistas los meten presos, los asustan, estos se autocensuran y terminan yéndose del país”. Eso es, según Otero, lo que busca el régimen. Así, "Maduro está logrando la ‘hegemonía comunicacional', que se propuso el chavismo”, dice el director de El Nacional.

¿Creen los venezolanos en lo que dicen los medios del gobierno? ¿Cómo se informan? "Ni le creen, ni se informan”, es la respuesta de Miguel Otero, quien recuerda que "en una dictadura, el predominio de la información la tiene el régimen; por eso en Venezuela es imposible hacer oposición política, porque se le niega el espacio institucional a quienes buscan exponer otras ideas. Y los medios que las publican son atacados”.

El ciudadano informado e informador

"La gran mayoría no se informa, porque, sencillamente, prima la lucha por  sobrevivencia diaria: la lucha con la falta de energía eléctrica, de agua, la búsqueda de medicamentos, de gasolina. Un pueblo con hambre no puede salir a protestar", advierte Miguel Otero.

La desinformación oficial es poderosa y "la mayoría de medios digitales independientes que aún existen solo se pueden leer en el exterior, no en donde más se necesitan: en Venezuela misma”, indica a DW, por su parte, Patricia Rodríguez, directora de Reporte Ya, un proyecto pionero de Periodismo Ciudadano y alfabetización digital en Venezuela.

La idea de dicho proyecto es esta: si el régimen desinforma y no permite informar, la alternativa son los mismos ciudadanos. "En los 10 años de trabajo hemos formado a 8.000 personas en manejo de redes sociales y seguridad digital, con el objetivo de que la ciudadanía aprenda a informarse y a informar”, cuenta Patricia Rodríguez.

Ante la omnipresencia de los medios oficialistas y la desconexión de la oposición, Reporte Ya surge como la alternativa para el 80% de la población que no se siente ni representada ni informada por nadie. Lo que está en juego no es solo la libertad de expresión, sino la supervivencia física para poder describir la realidad de lo que está pasando en Venezuela.

(cp)

 

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