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Medios

Medios locales y comunitarios en tiempos de pandemia

Nils Brock | Vivienne Gager | Santiago García Gago
2 de junio de 2021

La pandemia debilitó a medios locales y comunitarios justo cuando más necesaria era su tarea de informar, pero muchos han transformado el golpe en oportunidad. DW Akademie recopila algunas de las lecciones aprendidas.

Guatemala Comunicares
Imagen: Comunicares

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la COVID-19 debía considerarse una pandemia. A partir de esa fecha, casi la totalidad del planeta se encerró en su casa para reducir el número de contagios y muertes. Mientras tanto, a pesar de las evidencias científicas, las corrientes negacionistas tomaron fuerza, alentadas por algunos mandatorios, escasos medios de comunicación y usuarios de las redes sociales.  

Frente a las informaciones falsas que proliferaron casi con la misma rapidez que el virus, el rol de los medios de alertar e informar de forma responsable y contrastada tomó especial relevancia. Sin embargo, muchos de los medios locales y comunitarios, con escasos recursos humanos y económicos para reaccionar ante la crisis, tuvieron que interrumpir sus transmisiones durante las primeras semanas de la crisis. Quedaron silenciados y sin posibilidad de informar a sus poblaciones, que a veces solo cuentan con ese único canal para enterarse de las noticias.  

Ese fue el caso de Radio Sayaxché, en el norte de Guatemala, cerca de la frontera con México, así como del programa de radio de la Unión de Mujeres Aymaras de Abya Yala (UMA), que informa en su lengua originaria a las poblaciones más alejadas de la ciudad de Puno, al sur de Perú. También tuvieron que suspender su programa las mujeres amazónicas del podcast Remando, que pertenecen a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana. "Se paralizó por unos dos meses, porque casi toda la comunidad donde está el estudio de la radio estaba contagiada. Buscamos la manera de trabajar por Internet, pero, aunque vivimos en lugares urbanos, no hay luz o no llega bien la cobertura celular", dijo Mariana Canelos, quien produce Remando junto a Rupay Sisa y Jiyun Ukunkar.  

Decenas de emisoras vivieron situaciones similares, no solo en América Latina, también en Asia o África, como relata Levi Katire, coordinador de Omaheke Radio de Namibia: "Al no poder comunicar como siempre, la comunidad estaba muy disgustada, llamaban y nos decían: “¿Qué está pasando con la emisora?”". 

Desde la Amazonia ecuatoriana, un equipo de mujeres produce el podcast Remando con el fin de informar a las comunidades locales Imagen: Remando

A pesar de estas dificultades, estos medios han demostrado una enorme capacidad de resiliencia, tal como ha comprobado DW Akademie en una investigación elaborada con radios comunitarias, redes regionales y medios digitales de África y América Latina. Dicha investigación es parte del esfuerzo de DW Akademie por paliar los efectos de la crisis sanitaria a través de diferentes proyectos que se enmarcan en la Krisen-Initiative (Iniciativa de Crisis). En concreto, forma parte del proyecto Sala de Redacción Virtual, que tiene como objetivo fortalecer la capacidad de reacción de los medios locales y comunitarios ante futuras crisis, con las TIC y la producción de contenidos locales como punto de partida. 
 
Las respuestas 

A través de 22 entrevistas en profundidad y 34 encuestas, se constató un incremento generalizado y masivo en el uso de tecnologías digitales de información y comunicación. Aunque la conectividad a Internet supone un reto, la mayoría de los participantes en las entrevistas, tanto en América Latina como en África, pudieron usar plataformas de videoconferencias como Zoom, Jitsi, BigBlueButton o Google Meet. Ahora bien, la conexión empeora a medida que se adentra en zonas rurales o muy apartadas, como la Amazonía o áreas rurales en África, que ni tan siquiera cuentan con electricidad.  

El incremento del uso del teléfono celular durante los meses más duros de la pandemia fue otra coincidencia entre los medios que participaron en la investigación. En gran parte, porque el personal de estos medios no cuenta con una computadora en su hogar y, ante la imposibilidad de desplazarse a la emisora por los confinamientos, el teléfono se convirtió en una herramienta indispensable para realizar su trabajo periodístico. Como apunta Mosley Njoga, de Gulf Radio, en Kenia, "casi todo el mundo tiene un dispositivo de grabación en el teléfono. Ayuda en la producción y no hace falta venir a la emisora, ya que desde el lugar se puede compartir con el mismo teléfono". "Ahora el móvil se está convirtiendo en una nueva normalidad", añade su compatriota Michelle Njeri, de Radio Amani

Además de la conexión a Internet y los dispositivos para trabajar, a los medios también les preocupó cómo seguir produciendo información de forma descentralizada y remota, y a través de qué plataformas y con qué software llevarlo a cabo: "No habíamos escuchado de Zoom y la posibilidad de reunirnos por estos espacios. ¿Cuándo fue el interés? Cuando no podíamos tener las reuniones presenciales, cuando ya no podíamos vernos y dijimos: podemos reunirnos a través de la pantalla”, cuenta Jenny Paucar, comunicadora de la Unión de Mujeres Aymaras de Abya Yala de Puno, Perú.    

La necesidad fue el estímulo principal. La pandemia obligó a los medios a explorar nuevas herramientas y autocapacitarse. Aprendieron a manejarlas viendo tutoriales, organizando talleres entre el equipo o preguntando a medios aliados. A pesar del drama humano y social que conlleva la COVID-19, la pandemia ha permitido perder el miedo a la tecnología. Así lo manifiesta Aldo Moro, director de Radio Sayaxché en Guatemala: "La pandemia nos permitió decir: tenemos tecnologías para entrevistar a quien queramos, aunque estén en la capital o en otro país. ¡Ya sabemos cómo hacerlo, no hay vuelta atrás!". Los desafíos 
No hay duda, las tecnologías han venido para quedarse. La mayoría de las prácticas y hábitos técnicos adquiridos durante la pandemia son irreversibles. Los medios perciben que aumenta su eficiencia, y ahorran tiempo y dinero.  

Las radios locales como Radio Amani, en Kenia, son a menudo la única fuente de información de la población y adquieren aún mayor importancia en tiempos de crisisImagen: Radio Amani

Aun así, el uso de estas tecnologías por parte de los medios es todavía muy limitado y se centra en plataformas de videoconferencias -Zoom o Jitsi, en su mayoría-, mensajería instantánea –WhatsApp y Telegram, principalmente– y transferencia de archivos –WeTransfer o Gdrive. De momento son pocos los que se pueden permitir editar documentos al mismo tiempo, gestionar calendarios comunes o paneles con tareas pendientes, ya que estas herramientas requieren de una conectividad alta a Internet.      

En cuanto a los problemas de privacidad y seguridad en Internet, no se ha detectado una preocupación masiva, aunque sí se percibe un aumento en la sensibilidad al respecto. Por ejemplo, el cambio de política de privacidad de WhatsApp fue un factor determinante para que algunos medios se pasaran a Telegram. Este tema cobra especial importancia en países como México, considerado uno de los países más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. 

La brújula 
Las respuestas recopiladas en esta investigación permiten extraer pistas para diseñar planes de reacción en situaciones de crisis, con especial énfasis en los medios locales y comunitarios. Por ejemplo, es necesario tener en cuenta que la conectividad no es estable ni continua fuera de las principales ciudades del Sur Global. Por lo tanto, las aplicaciones que permiten trabajar de forma local y se sincronizan una vez que se conectan a Internet son las indicadas para estos contextos. Asimismo, se debería garantizar que cualquier app o software funcione correctamente en dispositivos móviles, incluso en modelos antiguos. 

Javier Obregón, integrante de la Red de Radios Comunitarias y Software Libre y desarrollador principal de GNU/EterTICs en Bolivia, imparte un taller a medios locales Imagen: Red de Radios Comunitarias y Software Libre

Por otra parte, la mayoría de las plataformas digitales están diseñadas por empresas de Estados Unidos o Europa, que piensan en usuarios globales y no tienen en cuenta la diversidad cultural o social de cada contexto. Esto dificulta la apropiación integral de estas herramientas por parte de medios formados por minorías de cualquier índole - cultural, lingüística o de género, entre otras -, que pocas veces son tenidas en cuenta a la hora de diseñar las TIC.  

Por último, también cabe destacar la urgente necesidad de capacitación y acompañamiento. Muchos medios declaran conocer varias plataformas, incluso saben cómo funcionan, pero necesitan asesoría para incorporarlas a sus rutinas de producción. Orientar los proyectos hacia los flujos y las personas, más que hacia los software y las herramientas, sirve de brújula para guiar futuros procesos de apropiación tecnológica. 

Si las tecnologías digitales ya eran un instrumento necesario para los medios de comunicación locales y comunitarios, la pandemia las convirtió en imprescindibles. Ahora es necesario elaborar junto a dichos medios los procesos de apropiación de estas herramientas, así como averiguar sus necesidades concretas y en qué contexto las usarán. La investigación con los medios comunitarios y locales ha sido el primer paso para entender mejor sus necesidades y visiones. Ahora viene la parte del trabajo conjunto: la co-creación de una Sala de Redacción Virtual junto a los medios que ofrezca respuestas y soluciones, un proyecto que ya está en pleno desarrollo y que verá la luz a inicios de 2022. 
 

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