Mediterráneo acumula cerca de 1.455 toneladas de plástico
28 de septiembre de 2016
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La superficie del mar Mediterráneo, sobre todo en zonas costeras, alberga alrededor de 1.455 toneladas de residuos plásticos que suponen una grave amenaza para las especies marinas, la salud y la economía. Esta es la principal conclusión de un estudio que se publica en la revista Marine Environmental Research, en el que sus autores advierten de que "en menos de 100 años estos residuos plásticos han pasado a formar parte del ecosistema marino".
Los resultados, obtenidos por un equipo de científicos liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español en el marco del proyecto de investigación NIXE III, revelan la presencia de residuos plásticos en todas las muestras marinas tomadas. "El 97 por ciento de los residuos marinos encontrados en estas muestras fueron plásticos", concluye el estudio.
Durante varios viajes realizados en 2011 y 2013, los investigadores repitieron por el Mediterráneo los recorridos históricos que el archiduque Luis Salvador de Austria realizó hace 100 años, con el fin de comparar resultados. La primera de las expediciones se realizó desde las islas Baleares hasta el mar Adriático, mientras que la segunda fue desde las Baleares al mar Jónico.
Se analizaron 70 muestras de la superficie marina y los datos arrojaron, que de media, contenían unas 147.500 partículas de plástico por kilómetro cuadrado. Estos resultados extrapolados a la superficie de todo el Mediterráneo arrojarían una cifra cercana a las 1.455 toneladas de plástico.
"Estas partículas suponen una grave amenaza para el ecosistema marino y podrían tener importantes consecuencias en la salud humana y en las actividades económicas", explica Luis F. Ruiz-Orejón, investigador del CSIC. (EFE)
El ciclo de vida de una botella de plástico
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Contaminación por etapas
La mayoría de las botellas de plástico está hecha a base de tereftalato de polietileno (PET), derivado del petróleo crudo. Por sí sola, la extracción de petróleo genera gases contaminantes y daña el medio ambiente; pero el plástico libera toxinas adicionales. El petróleo es llevado a refinerías como ésta en Colonia (foto), la planta procesadora más grande de Alemania.
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Cuentas de plástico
El petróleo destilado es enviado a las empresas que fabrican pequeñas cuentas de plástico como las de la imagen. Los productores de botellas derriten estas cuentas y les dan formas similares a las de un tubo de ensayo. Las compañías embotelladoras de agua calientan esos tubos y le dan el contorno deseado. Al ser recicladas, las botellas son convertidas de nuevo en pequeñas cuentas de plástico.
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Producción masiva
En la planta de embotellamiento, a las unidades de plástico preformado se les da el contorno deseado, se les esteriliza y se les llena de agua antes de ser selladas, etiquetadas y empacadas para su distribución. En esta planta de embotellamiento de Sajonia, Alemania, 1,5 millones de litros de agua y refrescos son embotellados todos los días.
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Opciones libres de petróleo
Las botellas también pueden ser fabricadas con plástico biológico, producido a base de plantas como el maíz o la caña de azúcar en lugar del petróleo. Pero, aunque esos plásticos son biodegradables, su producción tiene un aspecto muy negativo: ella demanda grandes cantidades de agua y tierra que podría ser usada para sembrar productos comestibles.
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Oneroso transporte
El transporte del agua embotellada también agota recursos valiosos: en algunos casos, más de un litro de gasolina por botella. Se estima que una de cada cuatro botellas de agua cruza al menos una frontera nacional por barco, tren o camión antes de ser consumida. Todos estos transportes emiten dióxido de carbono y contribuyen al calentamiento global.
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Fuga de recursos
El Pacific Institute calcula que en el proceso para producir una botella de agua de un litro se utilizan tres litros de agua. En las áreas donde están asentadas las plantas embotelladoras, la constante extracción de agua puede conducir a un descenso en la tabla del agua, haciendo que las comunidades locales padezcan la escasez del preciado líquido.
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Embotellando un problema
Algunos estudios estiman que alrededor de 60 millones de botellas de agua fueron recicladas en Europa en 2013. Más de la mitad de todas las botellas usadas. El resto terminó como desecho en depósitos de basura o en las aguas, en donde tardan cientos de años en descomponerse.
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Estimulando el reciclaje
En Alemania, el precio de las botellas plásticas reciclables contienen un aporte retornable. La gente lleva las botellas vacías a los supermercados y las deposita en máquinas como la de la foto para recuperar ese aporte retornable: 25 céntimos de euro por botella o un recibo con constancia de pago para ser canjeado en la caja del supermercado.
Imagen: picture-alliance/dpa
La vida después de la vida de una botella...
Las botellas recicladas son destruidas, derretidas y convertidas en pequeñas cuentas de plástico. Éstas son vendidas a las empresas que fabrican objetos a base de plástico reciclado. De entre los productos derivados del plástico, uno de los más populares es el forro o vellón polar, una tela sintética usada para la elaboración de chaquetas y cobijas.