"El acuerdo del Mercosur no ha avanzado tanto. Eso demuestra por qué el acercamiento a Sudamérica no será tan fácil como se desea en Bruselas”, escribe el diario suizo Neue Zürcher Zeitung, que titula su artículo "Pelea por carne barata e incendios en el Amazonas”. 

Así continúa el Neue Zürcher Zeitung su análisis:

"En el verano de 2019, la Unión Europea y los países del  Mercosur-Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay- lograron un entendimiento sobre el acuerdo de libre comercio.Pero esa empresa está estancada.

Greenpeace colocó una pancarta de protesta en un edificio de la Unión Europea a fines de mayo. El acuerdo es un 'contrato venenoso', escribió la organización de protección ambiental, porque permite a las empresas químicas europeas exportar plaguicidas prohibidos en la UE a los países del Mercosur. Otra acusación es que, con el fin de producir más soja forrajera y carne de res para Europa, la selva tropical tiene que ser talada.

En 2019, los incendios en la selva amazónica de Brasil atrajeron la atención internacional y las críticas en la UE. Los agricultores locales primero cortan árboles para obtener nuevas tierras para la agricultura y limpian el área incendiándola. Las prácticas ilegales de tala y quema de este tipo están fuera de control una y otra vez.

También los agricultores están contraatacando. La Asociación de Agricultores Alemanes quiere que se renegocie la parte agrícola del acuerdo. Los agricultores sudamericanos tendrían que cumplir con requisitos mínimos comparables para la protección del clima, el medioambiente y los animales, exigen. De lo contrario, las importaciones (baratas) desplazarían a los productos nacionales, que son mucho más caros de producir debido a las estrictas regulaciones de la UE.

El comisario de Economía de la UE, Valdis Dombrovskis, se pronunció el miércoles en contra de renegociar ciertas partes del acuerdo. Tal deseo existe por ambos lados. Pero eso pondría en peligro el equilibrio del tratado, al que se ha llegado tras años de negociaciones".

"Una amistad bastante complicada”

El matutino alemán Zeit Online se enfoca en la estrategia diplomática de la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, ante la postura del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, respecto de la guerra en Ucrania y sobre las negociaciones del acuerdo con el Mercosur. Así comenta el diario estos temas: 

"El amigo brasileño es complicado. Eso se hace más evidente en la cuestión sobre cómo lograr la paz en Ucrania. Lula también quiere lograrla, según dice. Pero, hasta ahora, no ha pedido la retirada de las tropas rusas, y aboga por un ‘club de la paz' con la participación de China. Envió a su asesor de política exterior, Celso Amorim, a Moscú para reunirse con Vladimir Putin. Amorim también se reunió con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Pero Lula, que tuvo la oportunidad de un encuentro durante la cumbre del G7 en Hiroshima el mes pasado, se saltó una reunión bilateral. La delegación brasileña dijo que el presidente sentía que estaba siendo demasiado presionado. (…).

Baerbock explica estos días en Brasil la posición alemana y muestra una sorprendente buena voluntad hacia la perspectiva brasileña. Se trata de la diplomacia de los pequeños pasos y de las invitaciones. Porque las cuestiones democráticas ya no pueden separarse de las cuestiones económicas.

El énfasis en la amistad y los valores democráticos comunes también debería ayudar a reducir la influencia de China en la región -que ha crecido enormemente en los últimos años y ha convertido al país en el socio comercial más importante de Brasil-, y a fortalecer la posición alemana y europea. Esto también encaja bien con la estrategia del G7 de una mayor diversificación para reducir su propia dependencia de China. El canciller alemán, Olaf Scholz, también se preocupó durante su visita por los contratos de suministro de materias primas.

Baerbock está impulsando ahora el acuerdo con el Mercosur, que se negocia desde hace años, el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y la Unión Aduanera del Mercosur -compuesta por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y países asociados-, para ampliar y luego ratificar criterios sociales y de sostenibilidad. Como casi todos los acuerdos comerciales, es controvertido.

Baerbock argumenta en su viaje que existe la posibilidad de establecer estándares ecológicos y sociales, y de crear compromisos vinculantes. Allí  resuena el hecho de que la protección del clima y los bosques, tan vital para la supervivencia en Brasil, también debe sobrevivir a los futuros gobiernos. Porque la confiabilidad de los gobiernos democráticos, como se muestra, no solo en Brasil, sino también en Estados Unidos, se ha vuelto volátil. Y no todo lo que prometió Lula durante su campaña electoral se ha implementado ya". (ms)