Primero fue Argentina la que se opuso a Mercosur, y ahora que su nuevo gobierno quiere impulsarlo, es Brasil el que podría frenar esta débil unión de libre comercio en América del Sur.
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Hace 24 años, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fundaron en Asunción el Mercado Común del Sur (Mercosur). La idea era reducir aranceles y subsidios, así como eliminar, o por lo menos, homologar cuotas y otras barreras comerciales.
Pero el balance es decepcionante. En un tratado que parece tener más excepciones que reglas son pocas las barreras comerciales abolidas. Es más, la firma de tratados de libre comercio con terceros es una excepción, porque ningún miembro del Mercosur tiene derecho a sellar esos acuerdos sin el aval de los demás.
¿Reanimación en el lugar del nacimiento?
Este lunes, los presidentes de los cuatro miembros fundadores se reúnen de nuevo en la capital paraguaya. Lo que hace germinar una tierna esperanza de que el Mercosur, al fin, se comprometa en serio con sus objetivos formulados.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que considera el capitalismo como obra del diablo, no ha confirmado su participación; su país se unió al grupo en 2006 sin haber ratificado ni un solo acuerdo, hasta ahora. Paraguay y Uruguay presionan, por su parte, una apertura de Mercosur hacia el mundo industrializado. Y Argentina, que hasta ahora ha impedido cualquier liberalización, tiene un nuevo presidente.
Mauricio Macri quiere regresar a Argentina a la comunidad internacional, de la que la mantuvieron alejada los tres gobiernos de los Kirchner. Cristina Fernández frenó, insistentemente, las negociaciones con la Unión Europea.
"Todos los ojos están puestos en el ímpetu reformador de Macri", dice Juan Carlos Hidalgo, experto en América Latina del Instituto Cato de Washington. Reformas sobre las que busca convencer a Brasil. "Si a Brasil le va mejor, también le irá mejor a la Argentina”, dijo Macri durante su temprana visita a Rousseff.
Un gigante tambaleante
Brasil es, a pesar de todo el proteccionismo, el mayor socio comercial de la Argentina. El problema es que la economía de Brasil tambalea. La mayor economía de América Latina se redujo en 2015 en un 3,5%. Las tímidas reformas introducidas por Rousseff no han sido respaldadas ni por su propio Partido de los Trabajadores. Un apoyo más necesario que nunca, justo cuando la presidenta enfrenta diversas acusaciones que podrían llevar a su destitución.
Por ello, Hidalgo cree que Rousseff se dedicará más a buscar respaldo en su partido que a promover un acuerdo comercial con la UE, como lo prometió en marzo en Bruselas. Una prueba de ello es que frenó a su ministro de Economía, Joaquim Levy, la cabeza reformista de su gabinete.
Dudas sobre el progreso de Mercosur
Martin Häusling, del partido Alianza 90/Los Verdes y miembro del Comité para América Latina del Parlamento Europeo, tampoco cree en un rápido avance de las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur. Häusling cree que “la debilidad de Rousseff tampoco favorece a Mercosur”. El escepticismo ciudadano frente a los TLC, tanto en Europa como en los países del Mercosur, es también un factor social que cuenta.
Häusling, sin embargo, no lamentaría que las barreras de importación de ciertos productos del Mercosur se sigan manteniendo, en bien de la protección de los consumidores europeos. Häusling teme que el Mercosur pueda inundar los mercados de la UE con soja manipulada genéticamente, por ejemplo. Y agrega, que “un tratado con Mercosur favorecería a los grandes productores, en detrimento de los pequeños cultivadores”. El lado positivo sería la reducción de costos, más seguridad jurídica y mayor intercambio comercial a ambos lados del Atlántico.
El gabinete de Macri (dic. 2015)
Mauricio Macri definió como “el mejor equipo en los últimos 50 años” al grupo de ministros que eligió y al que la prensa atribuyó un fuerte corte empresarial. Aquí les presentamos a algunas de las principales figuras.
Imagen: picture-alliance/Zuma/P. Murphy
El "dreamteam" de Macri
Antes de asumir la presidencia de Argentina, Mauricio Macri presentó al que definió como “el mejor equipo en los últimos 50 años”. Macri pidió al grupo de ministros, al que la prensa atribuye un fuerte corte empresarial, “dedicación (…), trabajo en equipo (…) y honestidad”, asegurando que no aceptará ningún asomo de corrupción en su Gobierno. “No hay impunidad para nadie”, subrayó.
Imagen: picture-alliance/Zuma/P. Murphy
Marcos Peña
Se lo considera la mano derecha de Macri y uno de los principales cerebros de su partido, PRO, del que es miembro fundador. Marcos Peña, jefe del nuevo gabinete ministerial, demostró su habilidad al timón de la campaña electoral y se espera que sea una figura clave del Gobierno. El diario La Nación lo definió como “el encargado del shock de medidas” que se propone aplicar la nueva administración.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Fernandez
Susana Malcorra
A cargo de las relaciones exteriores, fue la primera ministra que designó Macri, lo que se interpretó como signo de la importancia que el nuevo presidente da al tema. Susana Malcorra llega a la Cancillería con gran experiencia internacional, tras haber sido Jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. También fue directora ejecutiva adjunta del Programa Mundial de Alimentos.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Fernandez
Alfonso Prat Gay
Macri decidió que en su Gobierno no "habrá ministro de Economía, sino de Hacienda y Finanzas". El cargo quedó en manos de Alfonso Prat Gay, quien fuera presidente del Banco Central durante los Gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Su gestión será clave para superar los problemas económicos del país. La primera meta que trazó Macri es reducir la inflación “a un dígito en un par de años”.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Abramovich
Rogelio Frigerio
Un economista al mando del Ministerio del Interior. El primer anuncio de Rogelio Frigerio se refirió al aumento del monto mínimo sobre el que se aplica el impuesto de Ganancias. El deseo del nuevo Gobierno de tener buenas relaciones con los sindicatos también quedó de manifiesto con el nombramiento de Jorge Triaca, hijo de un dirigente sindical, como ministro del Trabajo.
Imagen: picture-alliance/Xinhua/M. Zabala
Patricia Bullrich
La cartera de Seguridad fue encomendada a Patricia Bullrich, quien conoce bien la materia en su calidad de exsecretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios. Fue la primera mujer en desempeñar ese cargo, durante el Gobierno de Fernando de la Rúa. También fue ministra de Seguridad Social y del Trabajo.
Imagen: picture-alliance/Zuma/P. Murphy
Esteban Bullrich
No es casualidad que compartan apellidos. Esteban Bullrich es sobrino de Patricia Bullrich y comparte con ella un puesto en el gabinete, al frente del Ministerio de Educación. Ya se había desempeñado como titular de Educación en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Una cita de hace unos meses: "Esto lo decía Sarmiento: todos los problemas de la Argentina son problemas de la educación".
Imagen: picture-alliance/Xinhua/M. Zabala
Sergio Bergman
El rabino Sergio Bergman, un conocido opositor del memorándum de Entendimiento Argentina-Irán, se ocupará de un tema cada vez más relevante: Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Admitió en radio El Mundo no tener “conocimiento técnico” en el área. Pero sí tiene opiniones al respecto. Por ejemplo, dijo que "la cuestión sobre la mega minería a cielo abierto tiene que estar mucho más regulada".
Imagen: picture-alliance/demotix/C. Santisteban
Lino Barañao
El Ministerio de Ciencia y Tecnología es el único que conservará el mismo titular, heredado del Gobierno de Cristina Kirchner: Lino Barañao. El ministro considera que la decisión de Macri de mantenerlo en el cargo “apunta a una continuidad de una política de Estado” en la materia y la atribuyó en buena medida al apoyo de la comunidad científica a su gestión.