Merkel aboga por estándares ambientales de cara al G20
2 de julio de 2017
La canciller alemana, Angela Merkel, destacó la necesidad de promover el crecimiento sostenible en la cumbre del Grupo de los Veinte países industrializados y emergentes que se celebra el 7 y 8 de julio en Hamburgo.
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Los países industrializados de occidente no deben ser por fuerza un ejemplo para otras regiones del mundo, dio a entender Merkel en su mensaje semanal de video.
En los países emergentes, en especial en China e India, hay cada vez más conciencia "de que uno se daña a sí mismo si emprende el mismo camino de crecimiento que tomamos nosotros", dijo Merkel.
El desarrollo mundial "de seguro que no será sostenible e inclusivo si seguimos haciendo las cosas como las hicimos siempre", alertó. "Debemos abordar, y para ello el G20 brinda una ocasión muy buena, los distintos intereses y no enzarzarnos en luchas irreconciliables, sino aspirar a llegar a una situación en la que todos ganan", destacó la anfitriona del encuentro.
Defensa del Acuerdo de París
La líder alemana enumeró los temas que para ella deberán tener prioridad en las negociaciones de Hamburgo: "El acuerdo de protección del clima, los mercados abiertos, mejores tratados comerciales que contemplen la protección al consumidor, estándares sociales y ambientales".
El G20, cuya presidencia rotativa anual ejerce Alemania desde el pasado diciembre y al que pertenecen la Unión Europea y 19 países industrializados y emergentes, es un foro de cooperación de países que juntos representan dos tercios de la población mundial y tres cuartas partes del comercio mundial.
JOV (dpa, efe)
¡Lo que el carbón se llevó!
La explotación de carbón transforma dramáticamente los paisajes en Alemania.
Imagen: DW/K. Jäger
Rompiendo el corazón de la naturaleza
Gigantes excavadoras de rueda, de 240 metros de largo y unos 100 metros de alto, se abren paso a través de la tierra fértil para sacar el controvertido carbón mineral o lignito, utilizado para calmar la sed de energía de un país industrializado como Alemania.
Imagen: DW/K. Jäger
Obra en movimiento
El lignito es almacenado a cielo abierto en capas, como aquí en Hambach, por debajo de 400 metros de grava, arena y arcilla. Luego es transportado en cintas a las centrales eléctricas cercanas para generar electricidad. En el fondo, vemos una zona de recuperación del paisaje. Esta región renana produce el 13 por ciento de la electricidad de Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Becker
Mucha energía perdida
Vertedero de cenizas de la central eléctrica de lignito Weisweiler. Las centrales eléctricas de carbón solo alcanzan una eficiencia del 45 por ciento. El 55 por ciento de la energía se pierde durante la combustión. Expertos critican el mal balance de gases de efecto invernadero y las altas emisiones contaminantes de dióxido de carbono.
Imagen: DW/K. Jäger
Más contaminación, más empleos
Según datos de RWE, dicha empresa eléctrica da empleo a 11.000 trabajadores en esta zona minera de Renania. La industria del lignito en Alemania cuenta con unos 21.400 empleados.
Imagen: Imago/H.-G. Oed
Lo que quedó del pueblo...
Lohn, en cercanías de Eschweiler, fue dragado totalmente. Los 690 habitantes tuvieron que abandonar sus hogares debido a la explotación de lignito. Ellos fueron trasladados a unos pocos kilómetros de distancia a Nueva Lohn, un pueblo construido para los habitantes que perdieron su terruño.
Imagen: DW/K. Jäger
En defensa de la naturaleza y el medio ambiente
Ambientalistas exigen terminar gradualmente con la explotación de carbón mineral que se traga el paisaje y acelera la producción de gases invernadero. Pero RWE tiene una licencia para explotar lignito en la zona renana hasta el año 2045.
Imagen: Greenpeace/Clémentine Senicourt
Buscando recuperar los cultivos
Las tierras cultivables destruidas por la minería a cielo abierto son, en algunos casos, recuperadas con nuevas plantaciones. Tras un período de preparación de siete años RWE siembra allí plantas pioneras como la alfalfa. Estas plantas aflojan el suelo y lo enriquecen con nitrógeno.