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Merkel abre una nueva era

Eva Usi22 de noviembre de 2005

Angela Merkel se convertirá en la primera mujer canciller de Alemania, tras una larga ceremonia en el parlamento alemán. Con un estilo disciplinado y modesto abre una nueva era en la política alemana.

Con modestia y tenacidad logró imponerse en un mundo masculino.Imagen: AP


Angela Merkel tuvo que tragar sapos tras las elecciones hace tres meses cuando su partido obtuvo uno de los peores resultados de su historia. Evidentemente, en el bastión de la conservadora democracia cristiana alemana había dudas sobre su capacidad para ser canciller y escepticismo en torno a su programa. Pero Merkel demostró tener un temple a prueba de balas. Con la misma tranquilidad y disciplina con la que consolidó su liderazgo al frente de su partido, la líder cristianodemócrata ha aceptado las críticas tras la amarga derrota y seguido como si nada hubiera pasado. Éso dicen, es su mayor fortaleza.

Tenacidad y ambición

Merkel y el nuevo líder socialdemócrata, Matthias Platzeck.Imagen: AP

Esta tenacidad mezclada con ambición y hábil táctica, le han allanado el camino hacia la cancillería alemana. Angela Merkel se convierte en la primera mujer que gobernará la República Federal de Alemania. Cuenta una anécdota que en los años 80 su predecesor Gerhard Schröder, se trepó a las rejas de la cancillería alemana. El joven diputado venía de tomar unas copas con unos amigos y gritó: "quiero entrar ahí". Un acto semejante sería impensable en la biografía de la modesta Merkel, hija de un sacerdote protestante que creció en un nicho académico convencida en que las ciencias y la biología eran su destino. Lejos de la política, fue el colapso del comunismo lo que la catapultó en la política y la democracia cristiana, formación que eligió por su afinidad religiosa.

Angela Merkel cuando fue electa presidenta de la CDU en 1998.Imagen: dpa

Reunificación alemana

El golpe más afortunado en su biografía coincidió con la reunificación alemana. Fue entonces cuando inició su carrera política, aunque en primera instancia se tradujo en la misma vivencia que tuvieron millones de habitantes de la extinta RDA. De la noche a la mañana cayó un mundo conocido, una era y sus convicciones. En un discurso pronunciado el día de la reunificación alemana en el 2003, Merkel convocó la capacidad de cambio de los ciudadanos este alemanes y los exhortó a abrirse a las reformas.

Desde entonces, la pupila de Helmut Kohl se ha vuelto más cuidadosa, ahora sabe que la mayoría de los alemanes teme al cambio y desconfía de toda reforma. Su campaña electoral y la elección de un enigmático profesor Kirchhof de Heidelberg, estuvo a punto de provocarle un descalabro en las elecciones. Los alemanes temían que Merkel fuera aún más dura que la misma Margaret Thatcher. La llamada "Dama de Hierro" reformó sindicatos, privatizó, desreguló e introdujo dolorosas medidas que para críticos han sido divisivas en lo social y para defensores han sido los fundamentos de la reactivación económica del Reino Unido. Algo así necesita Alemania, reclaman unos, mientras que otros señalan que eso sería el fin del Estado de bienestar alemán.

Catalina la Grande

Merkel necesitará madurar en el cargo.Imagen: AP

En realidad el resto de Europa se frota los ojos. No sólo porque una mujer llegue a la cancillería alemana, sino porque llega en un momento en que es necesario hacer una transformación de fondo. Hace tiempo que Alemania ha dejado de ser la locomotora de Europa. Tal vez al frente de una gran coalición logre Merkel cosechar los esfuerzos de su predecesor Schröder, pero políticamente todavía tiene que madurar en el cargo. El diario sensacionalista Bild, el más leído de Europa, decía a sus 11 millones de lectores en Alemania que Merkel colgará en la cancillería alemana la imagen de una figura histórica que admira: el retrato de Catalina la Grande.

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