Merkel: antisemitismo, incompatible con valores alemanes
14 de junio de 2020
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La canciller alemana, Angela Merkel, condenó este domingo (14.06.2020) el racismo y el antisemitismo como incompatibles con los "valores fundamentales" en los que se basa el Estado alemán y con la "convivencia pacífica", comprometiéndose a actuar contra ellos "con toda fuerza".
Según declaró Merkel en un mensaje de saludo a los participantes de una conferencia virtual del Comité Judío-Americano, la "responsabilidad" de Alemania de actuar con decisión contra el antisemitismo "en todas sus manifestaciones" es parte de su "razón de estado".
Tanto el Gobierno como la sociedad alemana tienen el deber de actuar "contra el antisemitismo y el racismo, contra el odio y la incitación al odio, ya sea en las redes sociales o en las calles", señaló la mandataria. Sin embargo, en los últimos años se han vivido "contragolpes duros" en este sentido, como el atentado contra la sinagoga de la ciudad de Halle (este del país) que en 2019 se cobró la vida de dos transeúntes.
Dichos ataques "apuntan al corazón de la democracia", puesto que la sociedad alemana "vive de la diversidad religiosa y cultural y de la tolerancia" y cuenta con la responsabilidad conjunta de que las personas de confesión judía puedan sentirse seguras en el país.
La canciller señaló también que Alemania debe implicarse a favor de la seguridad de Israel, que "no es negociable", aunque subrayó su convencimiento de que "una paz duradera" en Oriente Próximo solo se puede alcanzar por medio "del diálogo entre los pueblos y una solución negociada de dos estados".
"Con el conocimiento de nuestra responsabilidad no queremos ni podemos permanecer neutrales y, en particular en vista de nuestra responsabilidad histórica, no podemos dejar de implicarnos a favor de la seguridad, de una democracia viva y de los derechos humanos", remató. (EFE)
Pogromo nazi: “La noche de los cristales rotos”
Entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, la Alemania nazi organizó un pogromo antisemita de grandes proporciones. La “Kristallnacht” ha pasado a la historia como un ejemplo de los alcances de la barbarie fascista.
Imagen: Aureliusz M. Pedziwol
En aquella terrible noche de noviembre...
Hordas de alemanes lideradas por paramilitares nazis dieron rienda suelta al racismo que cultivaban en su interior y tomaron las calles en todo el país para destruir las sinagogas y las propiedades de la población judía. Templos como el de esta foto, tomada en Chemnitz, ardieron mientras los judíos eran arrestados y sometidos a humillaciones públicas. Al menos 91 de ellos fueron asesinados.
Imagen: picture alliance
Un acto de barbarie con nombre
Aquellos actos de violencia dirigidos contra la comunidad judía son conocidos bajo nombres como “Kristallnacht” –es decir, “La noche de los cristales rotos”–, la “Noche de los pogromos” o “Pogromos de noviembre”. A ocho décadas de aquel suceso, muchos en Alemania se inquietan, y con razón, al ver arder mezquitas y albergues de refugiados. Tanto la islamofobia como el antisemitismo se intensifican.
Imagen: Getty Images
La excusa de los antisemitas
Se suele decir que los actos de violencia antisemita fueron catalizados por el asesinato en París del diplomático alemán Ernst vom Rath a manos de un judío polaco adolescente llamado Herschel Grynszpan. De ahí que en la Alemania contemporánea sean rechazados los discursos que pretenden juzgar a comunidades completas por los delitos atribuidos a alguno de sus miembros.
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Indicio de horrores por venir
Tras el anuncio del asesinato de Vom Rath en Francia, la violencia antisemita estalló en algunas ciudades. Al tanto de la situación, Adolf Hitler autorizó verbalmente a su ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, para que iniciara el pogromo. A las SS se les ordenó que permitieran “sólo aquellas medidas que no pusieran en peligro las vidas y las propiedades de los alemanes” que no eran judíos.
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¿Ignorancia o indiferencia?
Los nazis describieron los pogromos como la manifestación de una ira colectiva espontánea, no como una operación implementada sistemáticamente. Sigue sin estar claro cómo fueron percibidos los hechos por los alemanes no judíos de a pie. Aunque hay evidencias de que muchos rechazaron la violencia, son demasiados los testigos que guardan silencio o alegan nunca haberse enterado de lo que ocurría.
Los nazis pretendían intimidar a los judíos para que abandonaran Alemania voluntariamente. Apelando a teorías racistas, que hoy siguen teniendo adeptos en el mundo, los exponían al escarnio público mientras los señalaban como seres inferiores. Detrás de todo había también intereses económicos: a los judíos se les cobraba para permitirles salir del país; además, sus propiedades eran confiscadas.
Imagen: gemeinfrei
¿De qué les sirvieron los pogromos a los nazis?
Los judíos que podían abandonar el país de inmediato lo hicieron. Pero la violencia dejó a los nazis mal parados en la prensa mundial y repelió a los alemanes que querían “orden”, pero no a toda costa. Por eso, el antisemitismo estatal adquirió un talante más burocrático, aunque igualmente abominable. Por ejemplo, a los judíos se les obligó a llevar a la vista una estrella de David amarilla.
Imagen: gemeinfrei
Secuelas inmediatas
Después de los pogromos, la jerarquía nazi aplicó una serie de medidas contra los judíos que incluían el pago de tributos para pagar los daños perpetrados durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938. Incluso el segundo hombre más poderoso del Tercer Reich en aquel momento, Hermann Göring, comentó: “Yo no quisiera ser un judío en Alemania”.
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El lugar de la “Kristallnacht” en la historia
En 1938 faltaban todavía dos años para el comienzo del asesinato de judíos por parte del régimen nazi: el Holocausto. Pero hay una línea de continuidad evidente que une a los pogromos con el asesinato sistemático de millones de judíos europeos. En otras palabras, los pogromos fueron el preludio del genocidio.