El diario berlinés Die Welt alaba a Angela Merkel: "Con agradable parquedad la canciller alemana le puso un acento de claridad a su alocución diferente a las señales disonantes emitidas durante la negociación del programa de coalición. Bajo el lema de 'Atrevámonos a crear más libertad', orientado en el socialdemócrata Willy Brandt, la canciller mostró estar convencida de que el rumbo es correcto.

Su aparición (en el Bundestag) fue libre de adornos retóricos, inteligente y suficientemente moderada para no sobresaltar a su socio de coalición, hasta hace poco su enemigo político. El primer discurso de Merkel fue una declaración de buena voluntad. Una presentación que da gusto".

Un pueblo difícil de satisfacer

El periódico ruso Nesawissimaja Gaseta escribe: "El discurso de Merkel fue más que el resumen del Acuerdo de Gran Coalición de 190 páginas. La canciller trató de aclararle a los alemanes que el inmenso déficit presupuestario obliga a tomar medidas que no son populares. Su Gobierno empero, no logrará satisfacer a la población con el incremento del IVA a 19%, recorte de subvenciones y ventajas en el pago de impuestos".

Ambicioso liderazgo

El abc, de Madrid nota una diferencia: "Los alemanes ya saben a qué atenerse. Tienen por delante años de sacrificio, responsabilidad y confianza en las posibilidades de su país. Angela Merkel ha fijado las coordenadas de su proyecto y ha dicho lo que muchos esperaban: que Alemania tiene ante sí la oportunidad de reencontrarse con ella misma, dedicando sus energías nacionales a construir su futuro. Y lo ha hecho apelando al consenso por encima de intereses partidistas.

Al hacer esto ha puesto las cartas sobre la mesa y ha dicho sin tapujos que quiere liderar el cambio que necesitan. Ha hablado con sencillez y claridad. Ha combinado registros en los que está la impronta enérgica de Thatcher, aunque con el tono amable e ilusionante de Kennedy. De este modo, la nueva canciller exhibe las maneras de un liderazgo ambicioso, pero responsable, tarea a la que ha contribuido también la socialdemocracia, sin cuya labor habría sido imposible encontrar espacios de consenso ante la nueva etapa política que ahora comienza.

Su primera declaración de Gobierno es, en este sentido, una fotografía en negativo de lo que dice y hace entre nosotros el Gobierno de Zapatero. De hecho, ha marcado notables diferencias con su homólogo español, tanto en la percepción de cómo debe dirigirse la política nacional como en la forma en que ha de proyectarse internacionalmente su país".

"Los Verdes dan clase de oposición"

El rotativo muniqués Süddeutsche Zeitung observa la oposición: "Guido Westerwelle del FDP (Liberales) estuvo por debajo de su nivel. No fue al grano. Por parte, Gregor Gysi, del partido de disidentes de izquierda, habló como si estuviera en la plaza de mercado de Köpenick, vívido y con humor, pero sin la concentración necesaria que requiere hacer oposición con contra un gobierno de amplía mayoría.

Teniendo en cuenta los cortísimos tiempos que los partidos pequeños pueden dirigirse al parlamento, los minutos son capital político. El único que logró aprovecharlo fue el líder de Los Verdes, Fritz Kuhn, cuestionando el lema de Merkel. Los Verdes demostraron cómo es que se practica la oposición parlamentaria".