En una declaración ofrecida este sábado (23.7.2016), la canciller de Alemania, Angela Merkel, se comprometió a descubrir los motivos que llevaron a un joven de 18 años a matar a nueve personas este 22 de julio en Múnich. “Descubriremos qué hay realmente detrás de este ataque”, dijo la mandataria al final de la reunión del Gabinete de seguridad, enfatizando que las fuerzas de seguridad de su país continuarían trabajando para seguir garantizando la seguridad de todos sus conciudadanos.

La Policía de Múnich apuntó a la posible influencia de Anders Behring Breivik –el terrorista de ultraderecha noruego que hace justo cinco años asesinó a 77 personas en su país– sobre el joven germano-iraní que ayer perpetró un tiroteo mortal en la capital de Baviera. Pero el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, sostuvo que era demasiado temprano para dar por cierta esa teoría, señalando que no hay nexo reconocible entre el suceso de este 22 de julio y el terrorismo internacional.

Merkel, consoladora

“Dejamos atrás, sobre todo los ciudadanos de Múnich, una tarde y una noche de terror. Todos nosotros estamos todavía impresionados por las imágenes y el relato de los testigos”, declaró al comienzo de su alocución para luego expresarle su pésame a los familiares de las víctimas mortales del ataque. “Todos, digo todos hablando también en nombre del Gobierno alemán, lamentamos profundamente esta pérdida”, dijo Merkel.

La canciller también se dirigió a las 16 personas que resultaron heridas por el ataque. “Tendrán todo el apoyo que necesiten”, subrayó Merkel, aprovechando la ocasión para agradecer desde Berlín la labor de las fuerzas de seguridad tras la activación de la alarma en la capital bávara y los mensajes de solidaridad que llegaron a Alemania de todas las partes del mundo.

La Policía investiga

Según la investigación de la Policía y la fiscalía alemanas, el autor de los asesinatos, nacido en Múnich, era un estudiante que mostraba un gran interés por la violencia y las matanzas. Las pesquisas apuntan a que actuó sin ninguna motivación ideológica concreta. El jefe de la Policía de Múnich, Hubertus Andrä, dijo que tras el registro de la habitación del joven, que vivía con su familia y presuntamente había sufrido episodios depresivos, no se ha hallado indicio alguno que lo relacione con la organización terrorista Estado Islámico (EI).

Tampoco hay nada que apunte a motivaciones políticas o religiosas pero sí recortes de periódico sobre grandes operaciones policiales y libros sobre prominentes actos de violencia y matanzas. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, confirmó que encontraron documentos sobre Anders Behring Breivik, el noruego que ayer hace justo cinco años asesinó a 77 personas, y sobre Tim Kretschmer, el joven de 17 años que en 2009 mató a quince personas en su antiguo colegio en de Winnenden (suroeste de Alemania) y luego se suicidó.

Estos documentos no desvelan los motivos del tirador de Múnich, según los investigadores, pero atestiguan su fijación con este tipo de matanzas. La policía asume que se trató de un caso “clásico” de “amok”, un término de origen malayo descrito por la Real Academia de la Lengua Española como un “ataque de locura homicida”. El joven, sin antecedentes penales, actuó solo y se investiga si pirateó una cuenta de Facebook de una tercera persona para invitar a conocidos a tomar algo en la filial de McDonald’s donde comenzó su ataque.

El joven fue grabado en una azotea profiriendo gritos y, según la transcripción del diario “Süddeutsche Zeitung”, afirmaba, entre otras cosas: “Por culpa de ustedes he sufrido acoso durante siete años. Tuve que comprarme un arma y matarlos a todos”. La Policía no ha confirmado la existencia de vínculos entre el asesino y alguna de las nueve víctimas mortales, habitantes de Múnich de distintas nacionalidades. Ocho de ellas tenían entre 14 y 20 años; la mayor tenía 45.

ERC ( dpa / EFE )