La presión de la inmigración ilegal a través del Mediterráneo pone a África de nuevo en el centro de atención de la canciller alemana Angela Merkel, la primera jefa de un gobierno alemán en visitar Mali.
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Mali es un país bajo influencia francesa, lo que se refleja en su sistema escolar, en la administración y en el hecho de que al menos el 20% de los malienses habla francés. Pero Francia no puede sola con la gran carga que significan las operaciones militares en el norte de Mali, después de haber forzado el repliegue de los islamistas hace cuatro años. Por eso París es respaldado por Alemania que mantiene allí estacionados 540 soldados en Gao, en el marco de la misión MINUSMA, diseñada para ayudar a mantener la frágil paz. Desde hace tres años los europeos entrenan a los soldados malienses.
A mediados de julio de 2016, islamistas terroristas fuertemente armados se tomaron la guarnición de Nampala, sin que el Ejército pudiera ofrecer una resistencia significativa. "El reto ahora es hacer de la formación del Ejército maliense un proyecto sostenible y contribuir a que sus soldados también se vean como el Ejército de su país", dijo Angela Merkel en Bamako este fin de semana.
Trabajo y educación en lugar de emigración
La Unión Europea busca un "cambio fundamental de la cooperación al desarrollo”, con lo que se espera una mayor responsabilidad de los países afectados. Por primera vez se habla de que la falta de cooperación tendrá consecuencias negativas.
Sin el respaldo de las fuerzas internacionales, Mali estaría en peor situación. Se trata de uno de los países más pobres del mundo, aunque el número de malienses que buscan entrar a Europa es relativamente bajo: 6.500 hubo en todo 2015. A través de Malí se mueven mafias del contrabando, de drogas y de personas.
Presión migratoria
Ibrahim Boucabar Keïta, presidente de Mali, aseguró que su país ayudará a reducir el elevado número de personas que intentan emigrar a Europa. "Queremos que nuestros jóvenes se queden con nosotros y no se ahoguen en el Mediterráneo", dijo tras su reunión con Merkel.
Pero esto sólo funcionará si el país se estabiliza, y eso es exactamente a lo que el apoyo civil alemán apunta a mediano y largo plazo: expansión de la agricultura sostenible y reconstrucción de la red de carreteras. Un proyecto que no sólo mejorará la infraestructura sino que dará trabajo a miles de malienses.
También la expansión y mejoramiento del sector educativo busca asegurar que los jóvenes permanezcan. "Es muy importante que los países africanos no pierdan a sus mejores talentos", advirtió, por último, la canciller alemana, en Bamako.
Cuando la locura destruye la cultura
Bamiyan, Palmira y Timbuctú: lugares con monumentos milenarios, pero demasiada cultura e historia para los radicales islamistas. Las huellas de su destrucción van desde el Asia Central hasta el África Occidental.
Imagen: picture-alliance/dpa/N. Ahmed
Las ruinas de Timbuctú
Esta ciudad oasis que limita en el sur con el Sáhara se la conocía como la perla del desierto. En 2012, las milicias islamistas ocuparon la ciudad y destruyeron mausoleos de sabios islámicos por tratarse de "idolatría". Unos de los autores tendrá que comparecer en juicio en La Haya. Catorce de los mausoleos medievales ya fueron reconstruidos.
Imagen: Getty Images/AFP
Miedo a las letras
No solo se ensañaron con el Patrimonio de la Humanidad de piedra sino que también destrozaron, robaron y dañaron valiosos manuscritos. Se pudo recuperar una parte del tesoro escrito y ahora se está restaurando meticulosamente.
Imagen: DW/P. Breu
Antes y después
En Palmira, Siria, la milicia de la organización terrorista Estado Islámico parece que no soportaba el recuerdo de la diversidad cultural y la abundante historia del país. En 2015 dinamitaron el histórico templo de Baal.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumentos sacros
También las ruinas del templo de Baalshamin volaron por los aires, uno de los más relevantes monumentos antiguos sacros de todo el Oriente Próximo.
Imagen: Reuters/Stringer
Columnas convertidas en humo
Los terroristas de Estados Islámico usaron recipientes llenos de dinamita para destruir, captando en imágenes los hechos como parte de su propaganda. Así demuestran poder y fuerza. La diversidad cultural y religiosa es destruida ante los ojos de todo el mundo.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Visita de bárbáros a los museos
Los terroristas de Dáesh también filmaron el museo de Mosul en Irak mienras destruían su patrimonio cultural. Hay otro motivo por el que los museos están en peligro: con el robo y el tráfico ilegal de piezas antiguas, la organización terrorista Estado Islámico gana mucho dinero.
Imagen: picture-alliance/dpa/IS/Internet
A la sombra del Estado Islámico
Nínive, Hatra o la imagen Nimrud: donde rige el terrorismo asesino y destructor de Estado Islámico desaparece la memoria histórica y, por lo tanto, se pierde un patrimonio cultural incalculable e irreemplazable. Pero lo peor no son las pérdidas culturales, sino la pérdida de incontables vidas y los sufrimientos de personas torturadas y violadas.
Imagen: Militant video via AP
Los Budas de Bamiyan
Las estatuas de los Budas de Bamiyan medían más de 50 metros de altura, estaban ubicadas en un valle en el corazón de Afganistán y eran testimonio de la creencia budista de la época medieval. Las figuras pertenecían al Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO. En marzo de 2001, un grupo de talibanes las dinamitaron y hasta ahora solo se han encontrado una parte de las ruinas.