Intelectuales alemanes criticaron la decisión de Merkel sobre el caso Böhmermann. En entrevista con DW, Klaus Staeck, expresidente de la Academia de Artes, acusó a la canciller de arrodillarse ante Erdogan.
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DW: La canciller ha autorizado el proceso penal a Jan Böhmermann. ¿Qué opina usted de esta decisión?
Klaus Staeck: Ya me temía esta decisión. La canciller ya había cometido un error, en su momento, al calificar la sátira de Böhmermann como “intencionalmente hiriente”. A dicho error, le añadió este nuevo gran error. Ella se vio en aprietos y tuvo que decidir entre Erdogan y la libertad de expresión. Y debido a que era evidente que se encontraba en una difícil situación, ella optó por Erdogan.
¿Cuál es el error de Merkel en concreto?
Aquí tenemos separación de poderes. Si un insulto se cometió o no, lo deciden los tribunales. Yo mismo he tenido decenas de veces el "placer" de ser sometido a juicio por una obra satírica. Por suerte, siempre he actuado correctamente y nunca he sido condenado. Por lo tanto, siempre he tenido una gran confianza en los tribunales. En el caso del señor Böhmermann, primero se tiene que llegar al juicio y la fiscalía tiene que imputar los cargos. Sin embargo, creo que Böhmermann tiene buenas posibilidades ante los tribunales alemanes. Estos siempre han sido muy protectores de la libertad de expresión, al menos hasta ahora.
Su pronóstico para Böhmermann, en caso sea demandado, suena optimista. Usted criticó incluso el poema satírico como algo que “sobrepasa los límites”…
La pregunta es si el poema fue una sátira buena o mala. No sé si este poema se ha ganado un lugar especial en el mundo de la sátira. Aún así, estoy del lado de Böhmermann, independiente de si el poema me parece bueno o malo. Lógicamente, la libertad de expresión pesa más. Y este es un derecho que tiene Böhmermann de todas formas.
¿Cree usted que la libertad de expresión y la de arte en Alemania se ven restringidas por esta decisión?
La decisión muestra, en primer lugar, la debilidad del gobierno y, sobre todo, la de la señora Merkel. Si la libertad de expresión se verá limitada por este caso, está aún por verse. Sería un desastre si alguien que atropella la libertad de expresión en su propio país ganara por este caso en un país democrático. Ese escenario sería terrible. Pero estoy seguro de que los jueces se decidirán por la libertad de expresión, que es el principal aspecto de este caso, y no el de la dependencia de Angela Merkel por el acuerdo con Turquía sobre los refugiados. Obviamente, ella se quiere doblegar para salvar el acuerdo. Ese es el verdadero trasfondo de la decisión de Merkel.
¿Se metió Merkel de este modo en un callejón sin salida?
Sí, y ella se encuentra todavía en ese callejón sin salida. La decisión la ha delegado a los tribunales, de los que ella, finalmente, también forma parte. Al haber realizado antes una calificación apresurada, Merkel dio a entender su diagnóstico sobre el caso. Esta calificación, sin duda, animó más a Erdogan para entablar una denuncia penal.
Usted ha sido sometido a juicios por sus obras provocadoras. ¿Qué le aconsejaría entonces a Böhmermann?
Que mantenga la calma y que no se le ocurra ponerse una soga más al cuello. Ese sería claramente el camino errado. No existe sátira sin riesgo. Todo aquel que trabaja en esta profesión lo sabe. Y además: la inmensa solidaridad que recibe ahora el señor Böhmermann, me hubiera gustado tenerla en mis procesos.
El alemán Klaus Staeck, nacido en 1938, es diseñador gráfico, caricaturista y abogado. Entre 2006 y 2015 fue presidente de la Academia de Artes de Berlín.
Políticos en la mira de la sátira
Trátese de Merkel, Putin, Trump o Bush: cada quien tiene su propio estilo de hacer política y también reacciona de forma diferente a la sátira.
Imagen: ZDF Neo Magazin Royale
Angela Merkel
Durante el apogeo de la crisis del euro, muchas revistas y periódicos griegos retrataron a la canciller alemana, Angela Merkel, con símbolos nazis. En la portada que se puede ver en la imagen, la revista satírica "Mystiki Ellada" mostró en 2012 a Merkel vestida con el uniforme de soldado del Ejército de la Alemania nazi. En ningún momento la canciller sopesó proceder legalmente contra el medio.
Imagen: picture-alliance/Rolf Haid
Vladímir Putin
Las fotos vacacionales del presidente ruso, Vladímir Putin, sirven de inspiración a humoristas satíricos de todo el mundo. Desde que el hombre fuerte del Kremlin se dejó fotografiar montando a caballo a pecho descubierto, el torso desnudo del presidente es un motivo muy popular, por ejemplo en el Carnaval de Colonia de 2015.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Donald Trump
El precandidato presidencial republicano Donald Trump es el blanco predilecto de muchos caricaturistas y humoristas. No obstante, el magnate es muy sensible a las críticas. El periódico Boston Globe publicó un encabezado ficticio, en el que hace parodia de las propuestas del precandidato en torno a la política de inmigración. Trump calificó al diario de “estúpido” y “despreciable”.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Boston Globe
Kim Jong-Un
El dirigente comunista de Corea del Norte no tiene mucho sentido del humor. Para impedir que la película satírica “La entrevista” se estrenara en 2012 en los cines estadounidenses, el régimen norcoreano lanzó una serie de ataques cibernéticos. Los estudios cinematográficos Sony fueron hackeados, y también se registraron muchas amenazas de atentados contra cines estadounidenses.
El expresidente estadounidense George W. Bush es uno de los políticos que más ha inspirado a los cómicos en Estados Unidos. La supuesta falta de intelecto del exmandatario de origen tejano ha sido motivo de burla por parte de los humoristas.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Jaroslaw Kaczynski
A principios de año, un carro alegórico del desfile del Carnaval de Dusseldorf provocó tensiones diplomáticas entre Alemania y Polonia. Esta es representada como una mujer maltratada y pisoteada por el líder del partido de los nacionalconservadores, Jaroslaw Kaczynski. El ministro de Relaciones Exteriores polaco dijo que el carro mostraba el “desprecio hacia Polonia y los políticos polacos”.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Benjamín Netanjahu
El primer ministro israelí suele ser objeto de burla del programa de televisión “Eretz Nehederet” (Un país hermoso). En esta escena, los cómicos hacen una parodia de las negociaciones entre el jefe de Estado de Israel y la organización palestina Hamás. No obstante, Netanyahu nunca se ha indignado. Al contrario, en 2013 visitó el programa como invitado estelar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Guez
Winston Churchill
La sátira política tiene una larga tradición: esta caricatura británica de 1915 muestra a Winston Churchill, que en aquel entonces era ministro de Marina, como un Aquiles desaliñado en la guerra de Troya. El dibujo que lleva el título “La lucha de los barcos” hace alusión a la guerra marítima por los Dardanelos, que perdió Churchill.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Hugo Chávez
El difunto expresidente venezolano Hugo Chávez tampoco se salvó de la sátira, como se puede apreciar en esta caricatura de 2012. Muchas personas cercanas al exmandatario aseguran que tenía un excelente sentido del humor y que sus bromas estaban cargadas de metáforas. Por ejemplo, se hizo famosa su frase “huele a azufre” con la que se refirió a George W. Bush.
Imagen: Roberto Weil
Jamenei y Carrell
En 1987 una sátira del líder de la revolución iraní, el ayatolá Jamenei, provocó un escándalo en la televisión alemana. El moderador Rudi Carrel había mostrado un montaje fotográfico de Jamenei: durante una visita de Estado a Alemania manifestantes supuestamente lanzan ropa interior contra el ayatolá. Como consecuencia, dos diplomáticos alemanes fueron expulsados de Teherán.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Erdogan y Böhmermann
Aún está por verse si el poema del cómico alemán Böhmermann sobre el presidente turco llevará a una crisis diplomática parecida a la de 1987. Está claro que no es la primera ni la última vez que la sátira política provoca tensiones diplomáticas a nivel internacional.