Durante la ceremonia de inauguración del monumento en recuerdo de las víctimas gitanas de los nacionalsocialistas, Merkel hizo un llamamiento para entenderlo como un "recordatorio" del genocidio de miles de gitanos durante la Segunda Guerra Mundial.

"Se lo debemos a los muertos y a los supervivientes", declaró la canciller alemana, que asistió al acto acompañada del presidente del país, Joachim Gauck, y de numerosos representantes de etnia gitana, con los que guardó un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas.

“Lugar para la esperanza”

El monumento, cuyo coste asciende a 2,8 millones de euros, es obra del escultor israelí Dani Karavan y consiste en una pila redonda de doce metros de ancho con una profundidad más marcada en el centro donde se encuentra una estela sobre la que cada día se depositará una flor fresca. En el borde se puede leer en alemán e inglés la poesía "Auschwitz" del poeta italiano-romaní Santino Spinelli.

"Este monumento es un lugar para la esperanza, para que un crimen horrible como éste no vuelva a repetirse", declaró Karavan.

“Nuevo racismo”

Por su parte, el presidente del órgano central que reúne a los gitanos, Romani Rose, advirtió ante los 1.000 invitados de la existencia de un nuevo y violento racismo contra su minoría.

Zoni Weisz, gitano holandés y superviviente del Holocausto, en el que murieron sus padres y hermanos, cree que "la sociedad no ha aprendido nada o casi nada. Ahora tenemos que hacer frente a otro tipo de racismo", criticó el florista de 75 años de edad.

Merkel compartió también esta opinión y recordó que los gitanos padecen hoy en día un nuevo tipo de marginación y rechazo.

Monumento contra el olvido

El monumento es el tercero en el barrio de gobierno de Berlín, en las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo y el Reichstag, en recuerdo de víctimas del Holocausto. Los otros dos están dedicados a los judíos y a los homosexuales muertos a manos de los nazis.

"Este monumento permite que no olvidemos el crimen cometido en aquella época contra los gitanos", comentó el ministro de Cultura, Bernd Neumann. Entre 1933 y 1945 medio millón de gitanos alemanes y de otras nacionalidades perdieron la vida a manos de los nazis. Sin embargo, no fue hasta principios de la década de los 80 cuando el entonces canciller alemán Helmut Schmidt (SPD) reconoció la responsabilidad de Alemania por este crimen y se refirió a él como "genocidio".

Romani Rose ve la inauguración del monumento como "una obligación" del Estado y de la sociedad alemana. "El racismo contra los gitanos debe tenerse en cuenta igual que el antisemitismo", afirmó.

Fuente: dpa

Editora: Emilia Rojas