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Merkel logra unidad contra cambio climático en cumbre de UE

Barbara Wesel
11 de diciembre de 2020

Un presupuesto comunitario histórico y una política climática conjunta: en esta cumbre maratónica, Angela Merkel resolvió dos de los grandes problemas de la UE.

La canciller alemana, Angela Merkel, en la cumbre de la UE en Bruselas.
La canciller alemana, Angela Merkel, en la cumbre de la UE en Bruselas.Imagen: Johanna Geron/REUTERS

Luego de que terminara la cumbre de la Unión Europea, este viernes (11.12.2020), la canciller alemana, Angela Merkel, irradiaba satisfacción: "Siento que un peso cayó de mi corazón”, admitió al acabar por fin la cumbre, que duró cerca de 22 horas. Merkel lideró durante los últimos seis meses la presidencia rotativa de la Unión Europea, y tuvo que poner todo su arte negociador sobre la mesa para, al menos, solucionar los grandes problemas que aquejan al bloque comunitario. "Eso no fue tan fácil”, reconoció.

Tal vez el éxito más significativo sea que los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE) se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 55%, como mínimo, hasta 2030. El hecho de que se haya logrado justo un día antes de la cumbre de las Naciones Unidas hace que "haya valido la pena no dormir una noche”, añadió la canciller. Una vez más, Angela Merkel demostró su resistencia ya legendaria.

La canciller alemana, Angela Merkel, saluda a los participantes de la cumbre de la Unión Europea, en Bruselas. (10.12.2020).Imagen: Olivier Matthys/REUTERS

Polonia frenaba las negociaciones

El mayor freno a estas conversaciones lo puso el primer ministro polaco, quien pedía garantías de que su país no sufriría ningún tipo de pérdida económica debido a las próximas medidas de protección climática. Mateusz Morawiecki les debía eso a los miembros de la línea dura de su partido gobernante, Ley y Justicia (PiS), dado que había retirado su veto del presupuesto, y por eso hizo todo para obtener la máxima compensación posible por la transformación económica de las regiones carboníferas y de otros sectores económicos afectados por la política contra el cambio climático.

El meollo de la disputa era el comercio de emisiones de CO2.Ante las previstas reformas y el endurecimiento de las condiciones, Polonia quería una serie de excepciones, así como la retención de una parte de los ingresos. Luego de arduas discusiones, ese país manifestó su conformidad con la garantía de que se equilibrarían las desigualdades existentes. Polonia recibirá más dinero de lo planeado, dijo Morawiecki, satisfecho.

Algunas organizaciones ecologistas criticaron, por el contrario, que la reducción del 55% acordada para la emisión de gases de efecto invernadero era demasiado baja. El jefe de Greenpeace Alemania, Martin Kaiser, exige una disminución del 65%.

La canciller alemana, por su parte, dijo que no quería imaginarse lo que hubiera sucedido si no se hubiera logrado el consenso de todos los países miembros de la Unión Europea, que se considera a sí misma pionera en protección del clima. Un fracaso de ese tipo hubiera sido un papelón también para Angela Merkel, presidenta del Consejo Europeo.

La presidenta de la Comisión Europea habla con el presidente francés, Emmanuel Macron (izqda.), y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, conversa con el primer ministro húngaro, Viktor Orban.Imagen: Olivier Matthys/Pool/REUTERS

Dura lucha por el presupuesto

Ya durante el forcejeo por el histórico presupuesto récord, Merkel se había esforzado por lograr un acuerdo entre las posiciones empantanadas de los países del bloque.

Hungría y Polonia habían insistido en el rechazo del nuevo mecanismo, y al principio lo vetaron, lo que planteaba una situación, aparentemente, sin salida.

Finalmente se logró una especie de compromiso formal que incluye ciertas garantías jurídicas, pero no modifica el presupuesto en su esencia. El llamado "mecanismo del Estado de derecho” apunta a impedir que, en el futuro, los fondos de la UE sean aprovechados para sus fines por países que actúan de forma cada vez más autocrática.

Angela Merkel y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.Imagen: Olivier HOSLET/AFP

Merkel: "fuerza, creatividad y capacidad de liderazgo"

Pero Angela Merkel admitió que tuvo que dejarle algo de trabajo a Portugal, que asume en enero la presidencia del Consejo Europeo. Añadió que le hubiera gustado llevar a cabo una cumbre UE-China en Alemania, pero el coronavirus y los sucesos políticos no lo permitieron.

La canciller manifestó, asimismo, su decepción en cuanto a Turquía: "Nos hubiera gustado ver algo más constructivo (…), pero seguimos acercándonos a Turquía, y queremos trabajar en una agenda constructiva”. Debido a que continúan las exploraciones de petróleo en el Mediterráneo Oriental, se incluyó a algunas personas y empresas turcas en la lista de sanciones.

En general, Merkel dijo sobre las relaciones de la UE con Turquía: "Nos habíamos propuesto lograr más”. Hasta ahora, la canciller intentó rescatar las relaciones diplomáticas con el país del Bósforo, y pudo frenar las exigencias de Grecia y Francia de sanciones más duras contra Turquía. Ese país siempre vuelve a figurar en la agenda política europea. A principios de 2021, la UE quiere ocuparse nuevamente de él, así como de la intervención turca en Libia, y del conflicto por Nagorno Karabaj.

Al final de la cumbre, los participantes se elogiaron a sí mismos. Charles Michel, el presidente fijo del Consejo Europeo, también rindió a un "homenaje a Merkel, que demostró en los últimos meses toda su fuerza, su creatividad y su capacidad de liderazgo”. Y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, agregó: "Sin su liderazgo constante, no hubiera sido posible llegar a estos acuerdos”.

(cp/ers)

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