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Merkel: "Me atengo a esta declaración"

17 de febrero de 2017

"No está bien espiarse entre amigos“, dijo la canciller sobre el espionaje estadounidense en Alemania. Incluso tras su intervención de hoy en la comisión que lo investiga, es difícil determinar si lo decía de verdad.

Deutschland Merkel vor dem NSA Untersuchungsausschuss
Imagen: picture alliance/AP Photo/M. Sohn

Angela Merkel, que bien podría ser el último testigo de la comisión que investiga el espionaje de la agencia de inteligencia estadounidense NSA, no deja nada al azar. Antes de que los diputados pudieran formular sus muchas preguntas este jueves (16.02.2017) en Berlín, la canciller leyó una declaración de más de media hora en la que advirtió de la fragilidad de la memoria humana y dijo, por tanto, que prefería ofrecer su perspectiva en forma de cita extraídas de reportes de prensa, conferencias de prensa y entrevistas.

Según esas evidencias, la canciller conoció los programas de espionaje de la NSA en junio de 2013 a través de reportes, es decir, se enteró al mismo tiempo que el resto de la opinión pública. Las revelaciones de Snowden determinaron la agenda de la cancillería en los días, semanas y meses posteriores. El interlocutor más importante de Merkel era el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que visitó poco después Berlín. Según la canciller, en aquella ocasión y en diversas llamadas telefónicas, habló con él sobre "internet” y el programa "Prisma” de espionaje. Y le dejó claro la importancia de tener una "relación adecuada”

"Ya no estamos en la Guerra Fría"

"Espiarse entre amigos no está bien”. Esta frase de Merkel se hizo famosa en julio de 2013. Otra afirmación fue: "Ya no estamos en la Guerra Fría”. La canciller también recuerda eso durante la comisión que investiga el espionaje.  Y menciona su aparición en una rueda de prensa a la que acudieron cientos de periodistas de la capital. Merkel se cita a sí misma: "El fin no justifica los medios. No se puede hacer todo lo que técnicamente es posible hacer. En Alemania hay que atenerse a las leyes alemanas”.

Merkel resta de esta manera impulso a los miembros de la comisión con su extensa presentación sobre su forma de actuar en los primeros momentos del escándalo que supuso el espionaje de la NSA. Lo mismo sucede con su manejo de las supuestas escuchas a su celular. El medio alemán Der Spiegel informó sobre las mismas en octubre de 2013, es decir, cuatro meses después de las revelaciones de Snowden. Según ella, le dijo a Obama que eso era algo "totalmente inaceptable”. "No se trata exclusivamente de mí, sino de todos los ciudadanos y ciudadanos de Alemania”, añade Merkel, quien al mismo tiempo recalca que no hay pruebas de que se hubieran producido escuchas sobre su celular.

Merkel: plena confianza en su mano derecha

Cuando finalmente los diputados de la comisión parlamentaria pueden tomar la palabra, el presidente de la comisión, Patrick Sensburg, de los democristianos de la CDU, pregunta cuál fue la "primera sensación” de la canciller tras las revelaciones de Snowden. Tras una breve pausa meditativa, Merkel responde que como "una situación trascendente que iba a ocupar cierto tiempo al Gobierno”. Al parecer, pidió a su entonces ministro de la cancillería, Ronald Pofalla, que esclareciera los hechos. Pofalla dio por terminado el asunto de la NSA después de una sesión del grupo de control parlamentario para los servicios secretos a mediados de agosto de 2013.

Ronald Pofalla fue jefe de la cancillería alemana. Imagen: picture-alliance/dpa/K-D.Gabbert

Un mes después, tuvieron lugar las elecciones parlamentarias. Por ese motivo, la oposición de Verdes e Izquierda creen que la mano derecha de Merkel, Pofalla, quiso mantener el espionaje de la NSA al margen de la batalla electoral. Tanto si fue intencionada como si no, la táctica funcionó. La comisión para la investigación del caso NSA se reunió por primera vez en abril de 2014. En ese momento, gobernaba de nuevo la coalición de democristianos y socialdemócratas liderada por Merkel. Pofalla ya no estaba en el Gobierno, pero compareció como testigo. A las preguntas que hoy se le hicieron a la canciller sobre el papel de Pofalla en el caso NSA, la canciller dijo varias veces: "Tento y tuve confianza en mi entonces ministro de la cancillería”.

Ningún dato nuevo

Todos los intentos de los diputados de obtener algún dato nuevo de su prominente testigo cayeron en saco roto. Hay cuestiones sobre un supuesto "acuerdo de no espionaje” entre Alemania y Estados Unidos, sobre el espionaje de socios europeos a través del BND, los servicios alemanes de inteligencia y sobre el vuelo de drones estadounidenses sobre Ramstein, en Renania Palatinado. Merkel remite a sus expertos en la cancillería. Hasta 2013, Pofalla, desde 2014 Peter Altmeier y el responsable de servicios secretos, Klaus-Dieter Fritsche. Todos ellos fueron testigos de la comisión antes que Merkel.

La testigo Merkel no puede o no quiere decir nada más allá de lo que aquellos en su entorno más cercano dijeron. Los miembros de la comisión parlamentaria también le preguntan sobre su famosa frase: "Espiarse entre amigos no está bien”. Tankred Schipanski quiere saber si también la hubiera dicho en relación con el espionaje de la inteligencia alemana a estados aliados que se conoció más tarde. "Me atengo a esta declaración”, responde Merkel.

Llegados a este punto, la reunión pública de la comisión de espionaje de la NSA dura ya más de dos horas y media. Después de más de cuatro horas, hay una primera pausa. Después de ella, el interrogatorio de la canciller prosigue de forma circular. La tribuna para el público, que al principio del día está a rebosar, se ha reducido en un tercio. La reunión concluye después de siete horas.

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