Merkel pide dialogar con talibanes para evacuar a más gente
5 de septiembre de 2021
La canciller de Alemania insistió en la necesidad sacar a todos quienes “precisan protección” y exigir condiciones de seguridad que permitan a las organizaciones humanitarias realizar su trabajo.
Publicidad
La canciller de Alemania, la cristianodemócrata Angela Merkel, insistió este domingo (05.09.2021) en la necesidad de dialogar con los talibanes, ya que de otro modo no se logrará sacar de Afganistán "a las personas que precisan protección", entre los que destacó a colaboradores de organizaciones humanitarias y a quienes trabajaron con entidades alemanas.
"Por supuesto tenemos que hablar con ellos, porque ellos son ahora a quienes debemos remitirnos", afirmó la líder alemana, interpelada sobre esa cuestión en una visita a Hagen, una de las regiones afectadas por las recientes inundaciones del oeste del país. Hay que lograr "sacar del país a las personas que han trabajado por nuestras organizaciones de ayuda al desarrollo y que ahora se sienten en peligro", dijo.
El diálogo es necesario, además, para lograr unas condiciones de seguridad que hagan posible el trabajo sobre el terreno de las organizaciones humanitarias, añadió. Merkel ha afirmado reiteradamente en estos días que, tras la retirada de EE.UU. de Afganistán, es preciso abrir vías civiles para la evacuación tanto de nacionales alemanes como de personal afgano y sus familiares.
UE exige derechos, talibanes dinero
En su operativo de evacuaciones, el Ejército alemán logró sacar del país a unas 4.600 personas, entre ellas 3.850 afganos y unos 400 alemanes, mientras que el resto corresponde a otras nacionalidades. De estos 3.850 afganos apenas unos 640 habían sido colaboradores locales propios de Alemania o sus familiares directos. Berlín estima en unos 40.000 el número de afganos legitimados para ser rescatados, entre colaboradores de ONG, activistas o periodistas, así como sus familiares.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron el viernes una serie de condiciones para cooperar de forma limitada con los talibanes. Estos primero deben garantizar que Afganistán no se convertirá en un centro de acogida a grupos terroristas, como en el pasado, y además los radicales islamistas deben respetar los derechos humanos, especialmente de las mujeres; constituir un gobierno inclusivo; permitir el libro acceso a la ayuda humanitaria; y permitir que los extranjeros y afganos que quieran salir del país lo puedan hacer.
Por parte de los talibanes, su portavoz principal, Zabihulla Mujahid, advirtió a través del dominical del diario Die Welt, que su país quiere de Alemania "relaciones diplomáticas fuertes y oficiales", así como apoyo financiero y ayuda humanitaria.
DZC (EFE, AFP,dpa)
Las numerosas prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres
Durante el primer gobierno talibán, mostrar los tobillos, reírse o salir solas de casa eran motivo suficiente para que las mujeres fueran castigadas. Los matrimonios forzados son un peligro latente para las niñas.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
Combatientes talibanes en Afganistán
RAWA (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) es una organización fundada en 1977 para promover los derechos de las mujeres en Afganistán. Su papel cobra especial importancia ahora que los talibanes volvieron al poder. Estos reducen el rol de las mujeres hasta casi convertirlas en meros objetos. RAWA recopiló algunas de las prohibiciones impuestas por los radicales.
Imagen: Mohammad Asif Khan/dpa/AP/picture alliance
Borradas de la esfera pública
Esta fotografía se ha convertido en un símbolo del cambio de gobierno. Para los talibanes, las mujeres no juegan ningún rol en la esfera pública. Si bien hoy se presentan como moderados ante los ojos del mundo, la represión contra estudiantes y trabajadoras ha comenzado en algunas provincias. Una de las prohibiciones impuestas es que no puede haber imágenes de mujeres ni en revistas ni en tiendas.
Imagen: Kyodo/dpa/picture alliance
Las mujeres no se educan
En mayo de 2012, los talibanes tirotearon a Malala Yousafzai en Pakistán por pelear por el derecho de las niñas a recibir educación. A estos integristas les parece innecesario que las mujeres se eduquen, y a partir de los 10 años tienen prohibido ir a la escuela. No hablemos ya de la universidad. Durante el primer gobierno talibán (1996-2001), muchas escuelas se convirtieron en seminarios.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
¿Modelos? Ni soñarlo
Los pantalones acampanados o los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer. Las mujeres tampoco pueden usar vestimentas coloridas, porque para los talibanes los tonos vistosos son "sexualmente atractivos". Es decir, una escena como la de la foto, de un desfile de modas en Kabul en agosto de 2017, sería imposible hoy por hoy en Afganistán.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Nada de uñas pintadas ni maquillaje
Según RAWA, durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas. Ellas tampoco pueden maquillarse o usar cosméticos, y si no se atienen a las estrictas normas de vestir de los talibanes, corren el riesgo de ser azotadas en público, como ocurrió ya en el pasado y como muchas temen que vuelva a ocurrir.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Conway
Nada de TV y nada de tobillos
Todas las prohibiciones descritas fueron impuestas por los talibanes entre 1996 y 2001, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder. Según el criterio de los radicales, las mujeres no tienen derecho a tener presencia en radio, TV ni en reuniones públicas. De hecho, no pueden siquiera escuchar música. En la foto, la presentadora Karishma Naz, que comete otro pecado: muestra los tobillos.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Maqbool
Adiós a las bicicletas
En el primer régimen talibán, las mujeres tenían prohibido montar en bicicleta o en motocicleta. Si querían viajar en bus, debía ser en buses solo para ellas, pues no tenían permitido mezclarse con varones en el transporte público. Y si por alguna razón necesitaban un taxi, debían tomarlo en compañía de su mahram, una suerte de cuidador que debe ser un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
Imagen: DW/A. Akramy
A los talibanes no les gustan las deportistas
Por cierto, las mujeres tampoco tienen derecho a participar en actividades deportivas o pertenecer a un club. Incluso hubo épocas durante el régimen talibán en que las castigaban por asomarse a la ventana o salir al balcón. Actividades como el montañismo practicado por Fatima Sultani (en la foto) probablemente dejarán de ser posibles ahora en Afganistán.
Imagen: Mohammad Ismail/Reuters
¿Podrán seguir trabajando fuera de casa?
Salvo algunas doctoras para atender a mujeres (pues ellas no pueden ser tratadas por médicos varones), los talibanes prefieren no ver a nadie del sexo femenino trabajando. Y si bien el 17 de agosto de 2021 llamaron a las funcionarias a presentarse en sus puestos, está por verse cuántos derechos les van a reconocer en ese campo. En la foto, la periodista Anisa Shaheed.
Imagen: Mortaza Behboudi/DW
Reducidas a la invisibilidad
La lista de prohibiciones es larga y los castigos son palizas públicas. Las mujeres deben usar un velo que las cubra completamente, no pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón. Las lapidaciones por adulterio eran pan de cada día. Las mujeres incluso tenían vedado reír fuerte o ser fotografiadas. Además, muchas veces eran forzadas a casarse, incluso siendo niñas.
Imagen: Mary Evans Arichive/imago images
Mujeres de armas tomar
A la luz de la vida miserable a la que se vieron sometidas por los talibanes, muchas mujeres tomaron las armas para enfrentarlos. En la provincia de Ghor se montó una milicia femenina para frenar a los integristas, mientras que en Charkint, la gobernadora (una de las tres de Afganistán) Salima Mazari formó milicias que contuvieron a los talibanes hasta después de la caída de Kabul.
Imagen: Presseabteilung des Gouverneurs der Provinz Ghor