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Merkel: pragmatismo en las relaciones transatlánticas

10 de enero de 2006

El claro lenguaje de la canciller Angela Merkel al cuestionar la legalidad de Guantánamo no es un giro que suponga un daño para las relaciones trasatlánticas. Mucho más está en juego, afirma Uta Thofern.

Merkel recibió a Bush durante su última visita en febrero pasado.Imagen: AP


La crítica postura de Merkel fue acogida positivamente por todos los partidos políticos alemanes y la prensa europea, que reaccionó sorprendida. Merkel misma había calificado que el mejorar las relaciones trasatlánticas sería prioridad de su política exterior. Merkel fue duramente criticada cuando viajó a Washington siendo presidenta de la Unión Demócrata Cristiana CDU, poco antes de la guerra de Irak, para expresar su solidaridad con Estados Unidos.

Lo que en apariencia podría ser interpretado como un giro en la orientación de Merkel no supone una nueva ruptura con Washington. En todo caso, si el presidente Bush pensó que tendría en Merkel una interlocutora más fácil que su predecesor Schröder, habrá sido una impresión prematura. La canciller no será ningún socio fácil, como lo demostró con su demanda de cerrar la prisión de Guantánamo, pero sí será un socio confiable, que piensa de manera estratégica y no táctica, como lo reflejan sus declaraciones.

Crítica constructiva

Condoleezza Rice y Angela Merkel.Imagen: AP

La canciller no modifica la línea de su política exterior en plazas públicas ni critica a sus aliados durante campañas electorales (como lo hizo su predecesor), sino en conversaciones a cuatro ojos como lo hizo con la Secretaria de Estado Condoleezza Rice. Durante su encuentro con Rice a principios de diciembre, Merkel no dejó en duda que en la lucha contra el terrorismo también hay que acatar los principios del Estado de derecho. Su crítica a Guantánamo, entonces, probablemente no sorprende ni al mismo Bush.

Las declaraciones de Merkel reflejan el sentir de Europa, pero es la primera jefa de gobierno en hacer demandas concretas, ya sea en el tratamiento de prisioneros en Guantánamo, el secuestro de sospechosos o la creación de cárceles secretas de la CIA. Se trata de demandas concretas en vez de crítica general -lo que seguramente el mismo Bush prefiere- en el marco de un reconocimiento de la alianza estratégica con Estados Unidos.

Schröder y Bush, enfriamiento en las relaciones bilaterales.Imagen: AP

Los conflictos se resuelven en la cooperación

Mientras que la crítica del gobierno de Gerhard Schröder a la intervención en Irak estuvo acompañada de distanciamiento respecto a Washington, Merkel actúa de manera pragmática. La crítica de puntos concretos no significa que ambos gobiernos dejen de respaldarse mutuamente, al contrario, los conflictos sólo se resuelven en el marco de la cooperación bilateral.

En todo caso, su crítica en vísperas de su visita a Washington le ha dado margen de maniobra, toda vez que Merkel viaja con un fuerte respaldo de la opinión pública. Nadie espera que la Casa Blanca responda a sus demandas, muy probablemente ni la misma Merkel. Pero Bush encontrará en la nueva jefa de gobierno a una socia que no será sumisa, cuya postura está fuertemente anclada en Europa, con el respaldo de una mayoría gubernamental y de la opinión pública.

Poner en claro los límites

Buena química entre Condoleeza Rice y Angela Merkel.Imagen: AP

Eso le abre a Merkel la posibilidad de ser tomada en cuenta más que a su predecesor. Y eso no es de despreciar. Alemania dejó de figurar en la lista de prioridades y con Schröder bajaba aún más. En la lucha contra el terrorismo, bajo el Estado de derecho, en las relaciones con una Rusia que todavía muestra deficiencias democráticas, o para enfrentar el conflicto en torno al programa nuclear iraní, en todas estas cuestiones Alemania y Europa tiene mejores perspectivas si actúa junto con Estados Unidos, que si lo hace en solitario o incluso dando la espalda a Washington.

Por su parte el gobierno estadounidense espera de sus socios, si no apoyo militar, por lo menos respaldo político o económico en los esfuerzos en el país musulmán. Consciente de ello, Merkel ha dejado en claro sus condiciones y límites, para que el mejoramiento de las relaciones bilaterales no tenga un alto precio.

La periodista alemana Uta Thofern, es la nueva redactora en Jefe de DW-WORLD y sucede en el cargo a Guido Baumhauer, designado Director de Distribución de la Deutsche Welle. Previamente Thofern dirigió los programas de radio en alemán y en inglés, y fue redactora Jefe del programa de radio sobre Europa y proyectos especiales de la Unión Europea.

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