Merkel se disculpa por gestión del caso del jefe de espías
24 de septiembre de 2018
Angela Merkel se disculpó por la disputa de la semana pasada sobre el futuro profesional del exjefe de los servicios de inteligencia nacional, quien tras ser cesado de su cargo fue ascendido a un mejor puesto.
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La canciller alemana, Angela Merkel, admitió hoy (24.09.2018) que el Gobierno de coalición que dirige había cometido errores a la hora de gestionar el futuro profesional de exjefe de los servicios de inteligencia nacional, quien tras ser cesado de su cargo por unas declaraciones polémicas fue ascendido a un mejor puesto.
En una sesión con su grupo parlamentario celebrada este lunes por la mañana, la mandataria señaló que la cuestionada decisión de colocar a Hans-Georg Maaßen como secretario de Estado tras apartarlo de la dirección de los servicios secretos en el interior, no era convincente ni fácil de explicar a los ciudadanos.
"Lamento mucho que eso haya sucedido"
"Me concentré demasiado en la funcionalidad y los procesos en el Ministerio del Interior y no lo suficiente en lo que mueve a las personas, con razón, cuando se enteran de la promoción de alguien. Lamento mucho que eso haya sucedido", dijo Merkel. "Es importante que ahora resolvamos los problemas de las personas", añadió.
Merkel, asimismo, se mostró satisfecha por la solución acordada este domingo por la noche con sus socios en el Gobierno, la líder del Partido Socialdemócrata (SPD) y el barón de la Unión Cristianosocial de Baviera (CSU) y ministro del Interior, Horst Seehofer, de nombrar a Maaßen asesor especial en el Ministerio del Interior con responsabilidad en asuntos europeos e internacionales.
Polémicas declaraciones
El cuestionado ex responsable de los servicios secretos en el interior del país fue relevado hace una semana de su puesto tras dudar de la autenticidad de un video con escenas que parecen mostrar una cacería de inmigrantes por parte de extremistas de derecha, contradiciendo así a la propia Merkel.
La polémica surgió al conocerse que Maaßen, al que se decidió cesar de su cargo por sus polémicas declaraciones, pasaría a ser secretario de Estado en el Ministerio del Interior, lo que en la práctica suponía un ascenso.
FEW (dpa, Reuters)
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¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
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Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
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Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
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Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
Imagen: picture alliance/dpa/S. Willnow
El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.