Angela Merkel no se postulará para la presidencia del partido CDU y no aspira a otro mandato como canciller. Esto allana el camino para la renovación de la CDU. Eso es democracia, opina Rosalia Romaniec.
Publicidad
A pesar de la importancia de la noticia que la canciller de Alemania estaba dando, Angela Merkel parecía estar bastante en paz consigo misma. Con postura de ejecutiva, calmada y pragmática, Merkel anunció su decisión de comenzar su retirada política. Una jefa de gobierno que mantiene una cabeza sorprendentemente fría, incluso en este momento histórico.
Merkel como servidora pública
Es un procedimiento sin precedentes en la historia de la República Federal de Alemania. La canciller inicia voluntariamente su retirada, sin buscar culpables, o chivos expiatorios, como suele ser el caso. No reparte golpes, no culpa a los oponentes, sin rastros de nostalgia, sino con mucha responsabilidad y gratitud. Angela Merkel demuestra lo que significa la democracia viva. Muy pocos dominan este arte.
"La democracia vive de que sus funcionarios públicos hagan todo por la paz interna de su país", dijo la canciller. Angela Merkel explicó exhaustivamente cómo tomó la decisión: "Hice una breve reflexión", y luego tomé las consecuentes decisiones. "Soy responsable de todo, tanto de los éxitos, como de los fracasos". Una frase que muestra la dimensión política y humana de esta jefa de Gobierno. Como lo exige el cargo.
La emancipación del partido
Angela Merkel ha liderado el partido cristianodemócrata CDU a lo largo de 18 años. Un tiempo con momentos y giros felices y dramáticos. Ahora, a los 18 años, quiere emanciparse. No habrá un mejor momento para renunciar, y la canciller finalmente se dio cuenta de eso.
Esta era una decisión muy esperada por muchos. Más se tardó Merkel en anunciar su retirada, que en conocerse la candidatura de varios dispuestos a asumir su cargo de presidente del partido. En realidad, una buena cosa. De la elección del nuevo liderazgo de la CDU, a principios de diciembre en Hamburgo, depende el futuro cercano del partido, y probablemente de Alemania.
Esa elección no solo decide el nombre de una nueva figura política al frente del partido, con ella también se decide la orientación. La pregunta es: ¿Regresará el partido de Merkel a las premisas más conservadoras? O ¿continuará la democracia cristiana su camino hacia el centro?
Lucha por el rumbo
Algunos de la línea más conservadora tienen amigos entre los gobiernos de derecha de Europa. Viktor Orban, en Hungría, y Sebastian Kurz, en Austria están entre ellos. ¿Qué significa si el ala derecha del partido se impone? Es posible que el nuevo líder sea menos comprensivo que Merkel con los socios europeos. A su vez, puede expresar más complacencia con el EE.UU. de Trump, y ocasionalmente con Rusia.
Si llega un candidato que defienda la postura de Merkel como fuerza de centro, Europa respiraría en calma. A nivel nacional, no sería fácil. Entre más al centro se mueva la democracia-cristiana hacia el centro, menos espacio le queda al Partido Socialdemócrata (SPD), que podría abandonar la coalición de gobierno prematuramente. Merkel caería y la estabilidad en Alemania no aumentaría.
Angela Merkel deja claro que quiere irse con dignidad. Ella cree que con un retiro tranquilo, su partido puede abrir mejor un nuevo capítulo. La responsabilidad está ahora en las manos de los candidatos a sucederla. Alemania es un país que goza de estabilidad, y la aprecia. Un cambio de estafeta fortalecería la confianza en la democracia. El que interprete mejor este deseo de Merkel, tendrá buenas posibilidades de ganar.
(jov/er)
Merkel y los próceres de la CDU
Angela Merkel anunció que renunciará a la presidencia de la CDU. Fue la primera mujer que ocupó dicho cargo hace 18 años. ¿Quiénes fueron los antecesores de Merkel?
Imagen: picture-alliance/dpa
Konrad Adenauer, presidente de la CDU desde 1950 hasta 1966
Cuando Konrad Adenauer fue elegido presidente de la CDU, ya era canciller. El antiguo alcalde de Colonia había ayudado significativamente a construir la CDU en Alemania. La concentración de la presidencia del partido y la cancillería en una sola persona la mantuvieron otros sucesores. Merkel siempre ha estado a favor de que una sola persona dirija la cancillería y el partido.
Imagen: Imago/Zuma/Keystone
1966: Ludwig Erhard, sucesor de Konrad Adenauer
Durante 16 años, el primer presidente y cofundador de la CDU, Konrad Adenauer, dejó su propia huella en el partido. Cuando entregó la presidencia del partido a Ludwig Erhard el 23 de marzo de 1966, el "padre del milagro económico alemán" había sido canciller durante dos años y medio. Dadas las diversas intrigas de Adenauer contra su sucesor, la relación entre ambos era, digámoslo así, compleja.
Imagen: picture-alliance/dpa/W. Weihs
Cancillería, presidencia de la CDU y gran coalición
Después de que Erhard perdiera el respaldo en la CDU/CSU, Kurt-Georg Kiesinger se convirtió en canciller en 1966 y luego, en 1967, fue elegido presidente de la CDU. Fue el primero que consiguió ser líder del partido y gobernar una gran coalición con el SPD. Al final del experimento, la CDU/CSU pasó a formar parte de la oposición, tras las elecciones generales de 1969.
Imagen: Imago/Sven Simon
Rainer Barzel, de 1971 a 1977
Kiesinger fue presidente de la CDU hasta 1971. Rainer Barzel se convirtió entonces en el nuevo presidente del partido. En 1972 intentó, a través de una moción de censura contra el canciller Willy Brandt, convertirse en canciller. Sin embargo, a la CDU le faltaron dos votos para que pudiera llevarse a cabo el cambio.
Imagen: Imago/Sven Simon
1973: el comienzo de una nueva era
Barzel no se recuperó del todo del fracaso de la moción de censura contra Brandt: en 1973 renunció a la presidencia del partido. En la posterior convención del partido, un joven político de la CDU de Renania-Palatinado se presentó como sucesor: Helmut Kohl, quien se llamaba a sí mismo el "nieto de Adenauer".
Imagen: picture-alliance/dpa
Primer presidente de la CDU alemana, tras 1989
Helmut Kohl, elegido líder del partido en junio de 1973, dirigió el destino de los cristianodemócratas durante un cuarto de siglo. Especialmente desde su elección como canciller en 1982, lideró el partido con un estilo patriarcal. Conocido como el "canciller de la unificación", organizó, tras 1990, la integración de la CDU de la RDA y otros partidos democráticos.
Imagen: Imago/H. Feddersen
La hora del sucesor: Schäuble
Las elecciones generales en 1998 fueron una amarga derrota: no solo el final de la cancillería, sino también del patriarca del partido; Helmut Kohl. En noviembre, se presentó ante una reunión de la CDU con su designado sucesor,Wolfgang Schäuble y la futura secretaria general de la CDU, Angela Merkel.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Athenstädt
Schäuble renunció a sus cargos
Wolfgang Schäuble, considerado el hijo adoptivo político y el príncipe heredero de Kohl, finalmente se vio envuelto en el torbellino de la financiación ilegal de la CDU bajo Kohl. Schäuble dimitió de sus cargos como jefe de la fracción de la Unión y de presidente de la CDU. Angela Merkel era entonces secretaria general de la CDU.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Athenstädt
Todo comenzó en Essen
Schäuble se vio envuelto en el torbellino de la financiación ilegal de la CDU, lo que también contribuyó al ocaso de Kohl. Tras la retirada de Schäuble comenzó la lucha por el poder. La carrera por la presidencia, en la convención del partido en Essen en 2000, la ganó Angela Merkel, quien contó con el apoyo de las bases de la CDU y se convirtió en la primera mujer en liderar el partido.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gerten
Se acabó después de los resultados de Hesse
Durante más de 18 años, Angela Merkel dejó su huella en la CDU. Ahora anunció, como consecuencia de las fuertes pérdidas del partido en las elecciones en el Estado de Hesse, que no se postulará para la presidencia de la CDU ni aspirará a convertirse de nuevo en canciller tras 2021.