Doce meses de duras pruebas. Así fue descrito 2016 en el discurso de fin de año de la canciller de Alemania, la demócrata cristiana Angela Merkel. Y el terrorismo fue, "sin duda, la más dura de las pruebas” a las que fueron sometidos los habitantes del país: islamistas radicales atentaron contra la paz social en Wurzburgo, en Ansbach y, a mediados de diciembre, también en la capital. Extremistas de otro talante lo hicieron a otra escala en otras ciudades germanas.

Doce vidas se perdieron en el mercadillo navideño de la Breitscheidplatz de Berlín, al pie de la Iglesia Memorial del káiser Wilhelm, cuando Anis Amri, un tunecino de 23 años que llegó a Alemania como refugiado, embistió a una muchedumbre con un camión de carga. Es "particularmente amargo y repugnante” que ataques de ese tipo sean perpetrados por personas "que supuestamente buscaban protección en nuestro país”, subayó Merkel. Este atentado se "burla” de la disposición al socorro de los habitantes de Alemania y también "de aquellos que realmente necesitan y merecen nuestra ayuda”, acotó la jefa del Gobierno.

Confianza y determinación

El duelo por los muertos y heridos que dejó el suceso de Berlín sigue siendo grande. Eso se hizo tangible durante la alocución de Merkel. No obstante, en medio del luto, la canciller dijo sentir también confianza "en la robusta determinación prevalente para responder al mundo del odio de los terroristas con nuestra humanidad y nuestra cohesión social”. Con la palabras que articuló para despedir el 2016, la presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ratificó las directrices de su política de asilo, no solamente entrelíneas. Como muestra, un botón: "También en el año que termina, de cara a las imágenes del bombardeo sobre Alepo, nosotros podemos decir cuán importante y correcto fue el hecho de acoger y ayudar a quienes realmente necesitaban protección”.

Para la "mujer fuerte” de Berlín, los terroristas no pasan de ser "asesinos llenos de odio”. El Estado de derecho y la democracia son la antítesis de los extremistas. "Nuestros valores serán más fuertes que el terrorismo”. También el Estado le hará frente a lo terroristas y le garantizará "seguridad con libertades” a la ciudadanía. "En 2017, cuando sea necesario implementar cambios políticos y legales, nosotros, como Gobierno, diseñaremos y aplicaremos medidas rápidamente”, prometió Merkel en el discurso que sus compatriotas verán en Nochevieja.

Servir a la democracia

Para 2017, la canciller dijo desear mayor cohesión y el reforzamiento de la democracia, admitiendo estar consciente de que, para muchos, el mundo dio la impresión de haberse descarrillado este año. Logros como la consolidación de la Unión Europea y de la democracia parlamentaria fueron puestos en duda bajo el argumento de que no se ocupaban de los intereses y las necesidades de los ciudadanos. Al respecto señaló Merkel: "Qué imagen tan distorsionada…” Sí, Europa se mueve lentamente y con dificultad, concedió. Pero "los alemanes no deberíamos dejarnos engañar nunca por la ilusión de que un futuro feliz radica en caminar solos como nación”.

Merkel hizo alusión también a los comicios de septiembre de 2017, en los que los alemanes elegirán a los nuevos miembros del Parlamento federal. A sus ojos, la democracia parlamentaria exige "oposición y participación”, pero siempre pacífica y con respeto. "Yo voy a defender un debate político en el que podamos discutir apasionadamente, pero siempre recordando, como demócratas que somos, que es un honor servir a la democracia y, en consecuencia, a la gente”.  

Autora: Sabine Kinkartz