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Merkel y Calderón: estrechar la cooperación

Eva Usi26 de enero de 2007

El presidente de México, Felipe Calderón realizó en Berlín una visita relámpago que tuvo por objeto estrechar la cooperación entre México y la Unión Europea. Activistas pro-derechos humanos fueron detenidos.

La canciller alemana, Angela Merkel y el presidente mexicano, Felipe Calderón.Imagen: AP


De antemano se sabía la afinidad política existente entre ambos mandatarios. En ese sentido fueron las primeras palabras del presidente mexicano, Felipe Calderón, tras su encuentro con la Canciller alemana Angela Merkel. Calderón se congratuló de que su gestión coincida con la de su homóloga alemana, sobre todo en un momento en que ostenta la presidencia en turno de la Unión Europea y del G-8 (los 7 países más industrilizados del mundo y Rusia). Ambos jefes de gobierno se comprometieron a profundizar las relaciones económicas, políticas y comerciales e intensificar la cooperación medioambiental, ésta última, una de las prioridades alemanas. Merkel elogió las relaciones bilaterales y anunció que ambos gobiernos trabajarán en una declaración conjunta sobre dicha cooperación que será dada a conocer por el ministro alemán del Exterior Frank Walter Steinmeier, durante su próximo viaje a México en abril. Merkel invitó a Calderón a tomar parte en las conversaciones al margen de la Cumbre del G-8 a realizarse en la localidad alemana de Heiligendamm.

Por su parte Calderón se comprometió a ser un presidente de leyes. "En México hay leyes y haré que se cumplan", advirtió. También destacó que sólo un Estado donde hay seguridad jurídica puede ser atractivo para inversionistas. Dijo que la política exterior de México será reorientada y no otorgará más prioridad a la relación con Washington. El gobernante mexicano garantizó su absoluto compromiso con los derechos humanos en México y destacó que todas las observaciones en materia de derechos humanos serán investigadas. Mientras Calderón pronunciaba estas palabras, afuera de la cancillería, un puñado de activistas pro-derechos humanos fue detenido por un fuerte dispositivo policial.

Policías rodean a los manifestantes que irrumpieron intempestivamente en el jardín del Palacio de Bellevue, minutos antes de que llegara el presidente mexicano, Felipe Calderón.Imagen: DW

Alto a la represión

Los activistas, la mayoría alemanes, reclamaban un alto a la represión en Oaxaca y el esclarecimiento de los asesinatos y violaciones en Atenco. Fueron escenas que se repitieron desde el inicio de la visita del presidente mexicano que fue recibido con honores militares por el presidente alemán, Horst Kohler, con quien almorzó. La oficina presidencial confirmó que el presidente alemán hizo referencia durante el encuentro entre ambos, a la preocupación en Alemania por la situación de los derechos humanos en México. Según la misma fuente, el presidente de México señaló que la prioridad de su gobierno es el fortalecimiento de la seguridad pública, la lucha contra la pobreza y la creación de empleos.

Antes de su encuentro con Merkel, Calderón sostuvo un "encuentro privado" con representantes de la industria alemana. Originalmente tenía previsto pronunciar una conferencia sobre los objetivos y perspectivas de la economía mexicana en la Casa de la Economía alemana, lo que era considerado como el acto más importante de su visita, mismo que fue cancelado "por motivos de seguridad". Los organizadores argumentaron razones técnicas y de organización, pero la policía berlinesa confirmó que frente a la sede empresarial un grupo de manifestantes tenía previsto realizar un acto de protesta contra la visita del gobernante mexicano. Diplomáticos latinoamericanos y periodistas que habían sido invitados fueron cancelados en el último minuto.

Ambos jefes de Estado, saludaron a miembros de la comunidad mexicana que se reunieron en los jardines del Palacio de Bellevue.Imagen: DW

Calderón firmó el Libro de Oro de la oficina presidencial, mientras el presidente alemán, Horst Köhler lo observa.Imagen: DW
Con una cuidada caligrafía, el mandatario mexicano expresó el aprecio y respeto al pueblo y gobierno alemán.Imagen: DW

Encuentros privados

En el Hotel Adlon se instaló el presidente mexicano para recibir en audiencia privada al ministro alemán de Economía, Michael Gloss y a líderes industriales. Toda la información a los periodistas fue controlada, ni el personal diplomático mexicano se arriesgó a revelar la mínima información sobre el programa enmendado de la visita presidencial.

Fueron empresarios mexicanos los que revelaron que en dicho encuentro privado fue renovado el convenio de cooperación entre el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE) y la Confederación de la Industria alemana (BDI), pactado por primera vez en el 2000. "Es la primera vez que tenemos a un presidente firmando como testigo de honor en una iniciativa que busca tener mayor intercambio comercial, inversión e información", dijo Lorenzo Berho, presidente de la Asociación Mexicana de Parques Industriales, que apoya logísticamente el establecimiento de empresas alemanas en México.

Policías revisan la documentación de uno de los manifetantes.Imagen: DW

¿Qué está pasando en México?

Sólo dos empresarios, Valentín Diez Morodo, presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, y José Luis Barraza presidente del Consejo Coordinador Empresarial, acompañan a Calderón durante su gira completa en Europa que lo llevó el mismo día a Davos, Suiza y posteriormente a Londres y Madrid.

Calderón inició su visita en el Palacio Bellevue, residencia oficial del presidente alemán Horst Köhler. Poco antes de su llegada unos veinte manifestantes se aproximaron sorpresivamente a las inmediaciones del edificio e intentaron desplegar varias mantas con demandas de respeto a los derechos humanos y de repudio a la violencia y represión en Oaxaca. Tomaron desprevenida a la policía que acabó doblegándolos y arrinconándolos lejos de las cámaras de los periodistas. Los más sorprendidos por las protestas resultaron ser los policías mismos que al parecer tenían una visión romántica de México. ¿Qué está pasando en México?, dijo uno de ellos, visiblemente desconcertado, ¡un país tan hermoso!

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