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Merkel y Gauck: dos alemanes del este en la cúspide

Bernd Gräßler (ER/CP)28 de septiembre de 2015

En los puestos directivos de Alemania no figuran muchos alemanes orientales. Pero nada menos que la canciller y el presidente federal provienen del este. A veces se nota.

Imagen: picture-alliance/dpa/O. Spata

Durante largo tiempo, Angela Merkel guardó silencio en torno a la crisis de los refugiados. Pero más adelante habló claro sobre los disturbios en la localidad de Heidenau, visitó por primera vez un alojamiento de refugiados y poco después decidió sorpresivamente abrir las fronteras alemanas para una “acción humanitaria extraordinaria”.

Hay situaciones en las que uno cree reconocer el origen germano oriental de la “mujer más poderosa del mundo”. Cautelosos y desconfiados suelen ser sobre todo los alemanes del este, señala el psicoanalista Hans Joachim Maaz. Merkel encaja en ese molde. En su gobierno prevalece la cautela sobre el valor para impulsar cambios. Maaz trabajó como neurólogo en la RDA y en 1990 publicó un libro sobre las secuelas de la represión en la psique germano oriental. A su juicio, Merkel es lo contrario de lo que se espera de un político varón occidental y carece de “ínfulas narcisistas de dominio”.

La estrategia del silencio

“Es una gran ventaja de la época de la RDA haber aprendido a guardar silencio. Esa era una de las estrategias de supervivencia”. Es una cita de Angela Merkel recogida por uno de sus múltiples biógrafos. La editora conservadora Gertrud Höhler advierte que nadie sabe con precisión qué impulsa a la canciller.

No es solo el estilo recatado de hacer política lo que diferencia a Merkel de sus antecesores. Se dice que no se sabe realmente qué es lo que postula. Incluso el presidente Joachim Gauck, también oriundo del este, ha dicho: “La respeto, pero no puedo conocerla bien”.

Joachim Gauck, en 1989Imagen: picture-alliance/dpa/S. Wittenburg

En el caso de Gauck eso resulta más sencillo. El deriva su autoridad de su historia personal. Su padre fue deportado en los años 50 de la RDA a un campo de trabajos forzados estalinista. Eso supuso la ruptura de la familia con el Estado germano oriental. Gauck encontró su hogar en la Iglesia, como pastor, el servicio de inteligencia de la RDA lo catalogó de “anticomunista incorregible”. La apertura de los archivos de la Stasi está ligada estrechamente a su nombre.

Personificación de la Alemania unida

El as de Merkel, por otra parte, es su popularidad en amplias capas de la población, que aprecia que no sea pretenciosa. La clase política, en cambio, echa de menos en ella un claro perfil. Aunque proviene de una familia en la que se veía televisión occidental y se sostenían discusiones críticas sobre el régimen de la RDA, le faltó valor para oponerse, como ella misma admite.

La revolución pacífica arrastró a científicos, religiosos, ingenieros y muchos más a la política en las postrimerías de la RDA. Merkel, física de profesión, se convirtió en ministra del primer gabinete ministerial de la Alemania unificada. Reconoce que en 1990 también evaluó la posibilidad de entrar al Partido socialdemócrata, antes de optar por la Unión Cristianodemócrata. Eso encaja con el reproche de que se adueña de ideas socialdemócratas.

Angela Merkel, de camping en su juventud en Brandeburgo.Imagen: picture-alliance/dpa/B. Gurlt

En 2005, Merkel aseguró a su más conocido biógrafo, Gerd Langguth, que aunque su juventud se vio marcada por la RDA, se sentía plenamente parte de la Alemania integrada. Langguth consideraba ya entonces que era la figura política más representativa de Alemania en su conjunto: “En Alemania occidental, mucho ven en ella a una alemana-oriental. Y en el este, muchos la consideran ya una alemana occidental”.

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