Merkel y Hollande hablan con Putin sobre Siria y Ucrania
19 de octubre de 2016
Por primera vez en cuatro años, la canciller alemana Angela Merkel recibió al presidente ruso, Vladimir Putin, en Berlín, en busca de lograr avances en la crisis en Siria y el conflicto en Ucrania.
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Antes de mantener la conversación con Putin sobre Siria, Merkel y Hollande buscaron junto con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, volver a revivir el proceso de paz en el este de Ucrania, estancado desde hace tiempo. En la antesala del encuentro, el Gobierno alemán trató de rebajar las expectativas de que arroje resultados concretos.
Ante la Cancillería protestaron activistas en favor de los derechos humanos con unos 100 osos de peluche con vendajes empapados de rojo, contra la muerte de niños en Alepo. En otra acción de protesta fueron ondeadas banderas ucranianas. Antes de su viaje a Berlín, Hollande dijo en París tras un encuentro con el jefe de la organización civil siria "Cascos Blancos" Raed al Saleh que, junto con Merkel, intentarían conseguir una prolongación del alto el fuego en Alepo. El objetivo es conseguir un "acceso humanitario" a la ciudad, explicó el Palacio del Elíseo.
Por segundo día consecutivo, y antes del encuentro en Berlín, los aviones rusos y del Ejército sirio cesaron hoy los bombardeos sobre Alepo. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y activistas desde zonas rebeldes en Alepo reportaron solamente combates en el frente.
Dos guerras propiciadas o mantenidas por Rusia: Ucrania y Siria
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, señaló que espera solo pequeños avances de la cumbre. Se trata de que el alto el fuego pactado para Ucrania sea más seguro y estable. "A veces ya es un éxito en sí mismo no dejar que se produzca una escalada", consideró.
La anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y el respaldo de Moscú a los separatistas en la guerra civil en el este de Ucrania condujeron posteriormente a un enfriamiento de las relaciones con Occidente.
Por su parte, en el este de Alepo se encuentran atrapados entre 250.000 y 300.000 civiles que sufren escasez de alimentos y muy escasa atención médica, sobre todo después de que varios hospitales fueran bombardeados en las últimas semanas.
JOV (dpa, n-tv)
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.