Merkel y Macron: cumbre en marzo para reformar la eurozona
15 de diciembre de 2017
Aunque prosiguen las divisiones entre los llamados halcones de la disciplina fiscal, como Alemania, Holanda o los bálticos, y los defensores de mayor integración, como Francia, Italia y otros países del sur.
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Los países del euro se proponen avanzar en la profundización de su unión económica y monetaria en una cumbre que se celebrará en marzo. Así lo anunció este viernes (15.12.2017) el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "Acordamos que, en los próximos seis meses, el trabajo de nuestros ministros de Finanzas se concentre en los aspectos en los que hay mayor acuerdo", explicó Tusk tras el final de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas.
En la cumbre de marzo los jefes de Estado y de Gobierno abordarán la cuestión y se espera poder alcanzar un acuerdo en junio. Según Tusk, hay que ir paso a paso en temas como completación de la Unión Bancaria o la transformación del actual Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en un auténtico fondo monetario europeo. Uno de los aspectos más controvertidos es la creación de un sistema conjunto de depósitos bancarios, que despierta recelos a nivel político en Alemania. Se trata del último paso que falta en la Unión Bancaria.
Presupuesto común para la eurozona
"Nuestros ministros de Finanzas establecerán los próximos pasos", señaló hoy la canciller alemana, Angela Merkel. La mandataria anunció su intención de llegar a un acuerdo antes de marzo sobre el futuro de la unión económica y monetaria con su homológo francés, Emmanuel Macron.
El mandatario galo propone la creación de un presupuesto común para los 19 países que comparten el euro. La Comisión Europea propone además la creación de un ministro de Finanzas, que sea al mismo tiempo presidente del Eurogrupo y vicepresidente de la Comisión, algo a lo que se opone el presidente del banco central alemán.
MS (dpa/efe)
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La nueva casa de Macron
Es hora de que el nuevo presidente haga las maletas para mudarse al Palacio del Elíseo. DW echa un vistado a la lujosa residencia en la que vivirán Emmanuel Macron y su esposa Brigitte.
Imagen: AFP/Getty Images
Residencia presidencial
El Palacio del Elíseo, situado en el distrito octavo de París, es una de las muchas joyas arquitectónicas de la capital francesa. Las puertas del 55 Rue du Faubourg Saint-Honoré protegen el palacio presidencial del ajetreo y el bullicio de las calles de París, a pesar de estar situado en el corazón de la ciudad.
En el interior, el gran edificio también cumple con todos los estándares esperados de un palacio presidencial. El ostentoso comedor es convenientemente lujoso, desde sus lámparas de araña hasta sus cortinas de brocado. Acentuado todo con acabados en oro alrededor de sus bordes. Dignatarios de todo el mundo han cenado aquí, saboreando lo mejor de la cocina francesa.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Guillot
Cocina francesa
De hecho, el palacio presidencial es famoso por su alta cocina. Se rumorea que la canciller alemana Angela Merkel envió a su chef personal allí para aprender una lección o dos de los franceses. Ser chef en el Palacio del Elíseo, sin embargo, es un trabajo duro: se estima que el equipo de cocina produce 95.000 comidas al año, que van desde simples bocadillos a cenas de Estado.
Imagen: picture-alliance/abaca/D. Allard
Un trozo de pastel
Uno de los muchos manjares preparados el Palacio del Elíseo es la "Galette des Rois", que significa "torta del rey". La tradición es que en el Día de los Reyes Magos cada año se haga una gran torta con una pequeña estatuilla dentro. Y se corona al niño que lo encuentra. Si el presidente es al que le toca en su trozo, se le puede considerar rey de Francia, aunque sea sólo por un día.
Imagen: Imago/Xinhua
Cubiertos de oro
Un antiguo cocinero del Elíseo dijo una vez a los periodistas que los cubiertos y la vajilla utilizados en la casa presidencial son tan valiosos que se mantienen bajo llave dentro de una cámara. Sin embargo, a quienes se concede una visita con el presidente, consiguen llevarse a menudo, aparentemente, algún recuerdo. Por lo general, una cucharilla.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Guillot
La propiedad viene con jardín
Todavía no sabemos si los Macrons son aficionados a la jardinería, pero sitio para plantar tendrán, si quieren. Los jardines son más bien un parque, con un montón de rincones para un huerto de verduras o un jardín de rosas. Cuentan que, por ejemplo, la ex primera dama estadounidense Michelle Obama, disfrutó mucho con la jardinería en la Casa Blanca.
Imagen: Getty Images/AFP/B. Langlois
Más de una habitación para cada día
Con 369 habitaciones y salas en total, es poco probable que haya una escasez de espacio en el Palacio del Elíseo. Después de todo, las cámaras personales del presidente sólo forman el ala este del edificio, dejando mucho espacio con el que jugar. Podría, sin embargo, no encontrar todo a su gusto el presidente. Para eso hay un equipo dedicado a que todo esté a su máxima satisfacción.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Guillot
Adiós al pasado
Antes de que Macron pueda trasladarse al Palacio del Elíseo, su predecesor, François Hollande, tendrá que desalojar los aposentos presidenciales. Decir adiós a tan espectaculares vistas puede ser difícil, pero tal vez el presidente saliente encuentre consuelo pensando que muchos han ido y venido antes que él. Y un día, también será el turno de Macron de decir "au revoir" al Palacio del Elíseo.
Imagen: picture-alliance/MAXPPP/L. Vu
El corazón de la República Francesa
El palacio ha sido el hogar de los jefes de Estado franceses desde 1873. La mayoría de los presidentes han elegido residir en sus lujosos aposentos. Durante los próximos cinco años, Emmanuel Macron se sumarala a la lista (quién sabe si por más tiempo). Le deseamos a Macron ya la primera dama lo mejor en su nuevo hogar. ¡Vive la France!