Merz y la economía de Alemania bajo presión
25 de septiembre de 2025
La frustración crece en la economía alemana. Tras el cambio de gobierno, los empresarios esperaban que el canciller Friedrich Merz (CDU) cumpliera rápidamente las promesas económicas que había hecho durante la campaña electoral. El objetivo: volver a hacer competitiva a Alemania. Pero ahora crece el temor de que las reformas profundas se hagan esperar.
El canciller siente de cerca toda esta frustración: "En los últimos días he mantenido numerosas conversaciones: con comités de empresas, con sindicatos, con asociaciones patronales, con asociaciones industriales, con el sector artesanal", declaró Merz en el Bundestag. "Todos ellos están profundamente preocupados por las perspectivas de futuro de sus empresas".
"Tenemos que mejorar"
La Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK) afirma: "Esperamos que el Gobierno se decida por fin a adoptar una política económica clara y a largo plazo que introduzca rápidamente medidas tangibles de alivio en materia de impuestos, costos energéticos y burocracia", según la directora general de ese organismo, Helena Melnikov.
La DIHK es una de las cuatro grandes asociaciones económicas de Alemania. Merz recibió recientemente a sus dirigentes en la Cancillería. De la conversación se llevó la impresión de que "no son las doce menos cinco, sino las doce y un minuto", según el presidente de la conservdora CDU, quien concluye: "Tenemos que ponernos al día, tenemos que ser más rápidos, tenemos que mejorar".
Los expertos económicos también están insatisfechos
Así lo ven también los principales investigadores económicos en su informe de otoño, presentado el 25 de septiembre en Berlín. En él se afirma que no se están llevando a cabo reformas fundamentales para fortalecer la economía, lo que empeora las perspectivas del país. "Los elevados costos energéticos y salariales en comparación con otros países, la escasez de personal cualificado y la continua disminución de la competitividad siguen frenando las perspectivas de crecimiento a largo plazo".
Los investigadores recomiendan al Gobierno alemán una docena de medidas para este "otoño de las reformas", anunciado en varias ocasiones por el canciller Merz. Entre ellas se incluyen una mayor eficiencia en todos los niveles estatales, una reducción del personal administrativo y un aumento de la productividad mediante la digitalización, así como una mayor eficiencia en el sistema sanitario.
Las pensiones deberían aumentar más lentamente que los salarios. Deberían eliminarse los incentivos para la jubilación anticipada. En el mercado laboral es necesario simplificar y ampliar el reconocimiento de los títulos extranjeros para atraer a trabajadores cualificados. Pero lo que los investigadores exigen, sobre todo, es una política presupuestaria más estricta con menos deuda. Los recortes en el gasto público son más sensatos que las subidas de impuestos. La infraestructura pública debería financiarse en mayor medida por los usuarios.
Perspectiva complicada para Alemania
"La economía alemana sigue en terreno inestable", advirtió Geraldine Dany-Knedlik, del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlin), una de las autoras del informe de este otoño boreal. Solo se aprecia una ligera recuperación a corto plazo. Tras dos años de recesión, se prevé que el producto interior bruto crezca un 0,2 % en el año en curso. En 2026, el crecimiento debería ser del 1,3 % y en 2027, del 1,4 %.
El crecimiento se verá impulsado por el elevado endeudamiento que el Gobierno tiene previsto para los próximos años. Se invertirán 500.000 millones de euros en la deteriorada infraestructura y en la protección del clima. Los economistas dejan clara su opinión al respecto con el título de su informe: "La política fiscal expansiva oculta la debilidad del crecimiento".
Stefan Kooths, del Instituto de Economía Mundial de Kiel, alerta sobre que no se vislumbra una recuperación autosuficiente con muchas inversiones privadas y recurre a una comparación drástica: cuando a un drogadicto se le administra una dosis, este se siente mejor al principio, dice, "pero a nadie se le ocurriría, y mucho menos a un médico, decir que el paciente se ha recuperado".
Alemania pierde terreno
La economía alemana depende en gran medida del comercio exterior. Casi uno de cada cuatro puestos de trabajo depende de las exportaciones. La agresiva política comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, agrava los problemas. Desde el punto de vista de los investigadores económicos, esta política amenaza con convertirse en un freno para la economía mundial, según señalan en su estudio. El elevado nivel de los aranceles se está consolidando.
La demanda extranjera de productos alemanes ha continuado debilitándose. Sin embargo, según un estudio del Instituto de Núremberg para Decisiones de Mercado, los productos con el sello de origen Made in Germany gozan de la máxima reputación a nivel internacional.
Sin embargo, los investigadores advierten que, aunque Alemania tiene una buena imagen, sigue siendo sinónimo de productos como el motor de combustión. En cambio, Estados Unidos y Japón obtienen mejores resultados en productos orientados al futuro, como la inteligencia artificial, los coches eléctricos o la electrónica.
Advertencia del canciller al SPD
El canciller Merz quiere ahora debatir exclusivamente sobre los temas de la competitividad y la modernización del Estado en una reunión a puertas cerradas del Gabinete del Gobierno federal, que se celebrará los días 30 de septiembre y 1.º de octubre. Allí se tomarán "decisiones muy concretas", prometió el político de la CDU.
Dirigiéndose al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), advierte: "El objetivo de las reformas no es acabar con el Estado de bienestar, sino preservarlo tal y como realmente lo necesitamos. Quienes se oponen a estas reformas están, en realidad, socavando los cimientos de nuestra política social y de nuestro Estado social".
(gg/cp)