El misterio del metano en Marte, más cerca de ser resuelto
1 de julio de 2021
El metano es una molécula orgánica que se encuentra en la atmósfera terrestre y es producida principalmente por organismos vivos. Su detección en Marte, en cambio, ha sido un misterio para los científicos.
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La presencia de metano en Marte tiene intrigados a los científicos, pues algunos aparatos lo detectan y otros no. La solución estaría en el momento del día en que se hacen las mediciones, según un estudio que publica Astornomy y Astrophysics.
Desde que aterrizó en el cráter Gale del Planeta Rojo en 2012, el rover Curiosity de la NASA ha detectado repetidamente metano: un nivel de fondo de menos de 0,5 partes por billón (ppb) de moléculas de aire, con algunos aumentos desconcertantes de hasta 20 ppb, según reporta Space.com.
Estas mediciones, realizadas con el instrumento Espectrómetro Láser Sintonizable (TLS) en el laboratorio de química de Análisis de Muestras en Marte (SAM) de Curiosity, son intrigantes para los astrobiólogos, porque el metano es un posible gas de biofirma. Después de todo, la gran mayoría del metano en el aire de la Tierra es generado por microbios.
Sin embargo, según el medio científico, el gas también puede producirse de forma abiótica –a través de la interacción del agua caliente con ciertos tipos de roca, por ejemplo–, por lo que los científicos aún no están seguros de la procedencia del metano marciano.
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Dudas restantes
Aunque el estudio resuelve en parte el misterio, no lo dilucida del todo, pues queda por entender por qué el metano que debería haberse acumulado en la atmósfera en cantidad suficiente para ser detectado desde el espacio no puede medirse.
El rover Curiosity, que llegó a Marte en 2012, ha detectado repetidamente metano en la superficie del cráter Gale, pero el satélite Orbitador de Gases Traza (TGO), de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera desde 2016, no ha hallado metano en la atmósfera marciana.
Ambos equipamientos tienen una gran precisión en sus mediciones. Por eso, los científicos se sorprendieron al comprobar que los datos de uno y otro no coincidían, explica la NASA en su web.
En busca de una explicación, el equipo de Curiosity llegó incluso a considerar que fuera el rover el que produjera esas emisiones, por ejemplo, al aplastar rocas o por la degradación de las ruedas, aunque no era sí.
La atmósfera marciana
Finalmente, el equipo responsable del instrumento del Curiosity encargado del análisis de muestras en Marte consideró la hipótesis de que la discrepancia entre las mediciones de metano se debiera a la hora del día en que se toman.
Como necesita mucha energía, el espectómetro láser TLS del rover marciano funciona, sobre todo, por la noche, cuando no hay otros instrumentos en marcha.
La atmósfera marciana está en calma por la noche, por lo que el metano se filtra desde el suelo y se acumula cerca de la superficie, donde el rover puede detectarlo.
El TGO, sin embargo, necesita la luz solar para localizar el metano a unos cinco kilómetros por encima de la superficie, pero este gas cerca de la superficie durante la noche se mezcla con la atmósfera por el día, lo que lo diluye hasta niveles indetectables.
Los científicos hicieron mediciones con el TLS a lo largo de un día marciano, alternando una medición nocturna con dos diurnas, y las realizadas de día confirmaron que el metano bajaba a cero.
Científicos aún no han resuelto completamente el misterio
Aunque el estudio sugiere que las concentraciones de metano suben y bajan a lo largo del día en la superficie del cráter Gale, los científicos aún no han resuelto completamente el misterio.
El metano es una molécula estable que se espera que dure en el planeta unos 300 años antes de desaparecer por efecto de la radiación solar.
Si este gas se filtra constantemente desde el cráter Gale y otros similares, debería de haberse acumulado el suficiente en la atmósfera como para que el TGO lo detectara desde el espacio.
Los expertos sospechan que algo está destruyendo el metano en menos de 300 años y ya se realizan experimentos para comprobar si las descargas eléctricas de muy bajo nivel inducidas por el polvo de la atmósfera marciana podrían ser las responsables o si puede serlo el abundante oxígeno de la superficie marciana.
FEW (EFE, Astornomy y Astrophysics, Space.com)
Estas son las tareas que tendrá Perseverance en Marte
El rover Perseverance de la NASA es más grande y pesado que sus predecesores. Los expertos esperan que llegue al Planeta Rojo el 18 de febrero de 2021.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
Un nuevo rover para el Planeta Rojo
El vehículo de la NASA "Mars 2020 Perseverance" (que se ve en esta ilustración artística) es el rover más sofisticado que la agencia estadounidense ha enviado a Marte. Ingenuity,un verdadero experimento tecnológico, será la primera aeronave que intentará realizar un vuelo controlado en otro planeta. Perseverance amartizará en el cráter Jezero con Ingenuity atado al cinto.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
Todo preparado
Los ingenieros de la NASA cargaron el Perseverance en el cohete Atlas V en julio de 2020. El cohete fue lanzado al espacio el 30 de ese mismo mes desde Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.). Se espera que el rover llegue a Marte en febrero de 2021.
Imagen: NASA
Presentación al público
Así se veía el Perseverance cuando fue presentado al público en 2019. Su misión será apoyar al Curiosity, actualmente en funcionamiento, en su trabajo en el Planeta Rojo. El nuevo rover pesa un poco más de 1 tonelada y es, por lo tanto, 100 kg más pesado que su predecesor. Con 3 metros de longitud, también es 10 centímetros más largo, puede cargar más aparatos y su brazo es más fuerte.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
Un pequeño dron
Perseverance lleva consigo un helicóptero, algo nunca antes probado en una misión planetaria. Se trata de un desafío totalmente nuevo para los investigadores. Será la primera vez que experimenten y recojan datos desde un vuelo en condiciones atmosféricas distintas a las de la Tierra, y con una gravedad que es un tercio de la nuestra.
Imagen: NASA/Cory Huston
El robot gigante
Curiosity es el predecesor de "Marte 2020" y, hasta el momento, el mayor y más moderno de todos los exploradores de Marte, en donde ya ha recorrido más de 21 kilómetros y sigue activo, gracias a una batería de isótopo radiactivo. Su energía es prácticamente inagotable. Curiosity es un laboratorio sobre ruedas.
Curiosity tiene un espectrómetro especial que puede analizar muestras con rayos láser desde la distancia. Una estación meteorológica integrada mide la temperatura, la presión atmosférica, la humedad, la radiación y la velocidad del viento. Además, el robot tiene una unidad de análisis para la determinación de compuestos orgánicos, con la búsqueda de vida extraterrestre como meta.
Imagen: NASA/JPL-Caltech/MSSS
Más que arañar la superficie
Curiosity ha demostrado que, en teoría, es posible que exista vida en Marte. Pero no la ha descubierto... todavía. El brazo del robot está equipado con un taladro de máxima potencia. Aquí, por ejemplo, se lo ve tomando muestras en Yellowknife Bay, dentro de cráter Gale.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
Sistema de filtro
Toda muestra de suelo pasa por un sistema de filtro. Las partículas son luego ordenadas por vibración en diferentes tamaños de grano y distribuidas a los numerosos dispositivos de análisis.
Imagen: picture alliance/AP Photo/NASA
Pequeño predecesor
Los predecesores de Curiosity eran mucho más chicos. El 4 de julio de 1997 el pequeño rover marciano Sojourner dejó sus primeras huellas de neumáticos en la arena del Planeta Rojo. Era la primera vez que un robot móvil era dejado allí con sus propios equipos, como un espectómetro de rayos x para realizar análisis químicos, además de cámaras ópticas.
Imagen: NASA/JPL
Tamaños comparados
Tres generaciones de rover. El más pequeño es Sojourner. Con sus 10,6 kilos, no es mucho más grande que un automóvil de juguete. Su máxima velocidad: 1 centímetro por segundo. Opportunity pesa 185 kilos, casi como una silla de ruedas eléctrica. Curiosity, con sus 900 kilos, es como un auto pequeño. Los dos más grandes avanzan hasta 5 centímetros por segundo.
Imagen: NASA/JPL-Caltech
Casi cuatro meses de servicio
Sojourner avanzó unos 100 metros durante su vida y entregó información y fotografías hasta el 27 de septiembre de 1997. Esta es una de sus últimas imágenes, tomada nueve días antes de que la conexión radial se perdiera. Sojourner probablemente murió porque la batería no pudo soportar las gélidas noches marcianas.
Imagen: NASA/JPL
Tecnología de punta
Sin la experiencia de Sojourner, las siguientes tres misiones en Marte hubieran sido impensables. La NASA envió en 2014 dos robots idénticos, Spirit y Opportunity. Spirit logró recorrer 7,7 km en seis años. Este robot subió montañas, tomó muestras de suelo y sobrevivió al invierno y tormentas de arena. Opportunity sigue operando.
Imagen: picture alliance/dpa
Muchos refinamientos técnicos
Opportunity hizo un maratón de 42 kilómetros en 2015 y, a la fecha, ha recorrido mucho màs que Curiosity. Este robot tiene tres espectrómetros diferentes y cámaras 3D. En este momento se encuentra en el Valle de la Perseverancia. El mismo robot, después de más de 13 años de trabajo, ha demostrado ser perseverante, pues incluso sobrevivió a una tormenta de arena.
Imagen: picture-alliance/dpa
Paisajes marcianos similares a los terrestres
Esta imagen fue obtenida con una de las cámaras de Curiosity, un rover que -se espera- siga operando unos cinco años más, e incluso puede ser que más tiempo. La superficie de Marte no se ve tan inusual, pues trae a la memoria los desiertos de nuestro propio planeta. Quizás sea tiempo de ir personalmente hasta allá, ¿o mejor dejamos Marte alos robots?