Afectados por el derribo del vuelo MH17 en el Este de Ucrania recuerdan a las víctimas tres años después. Tanto los autores como los responsables políticos deberían ser llevados ante los tribunales, opina Bernd Johann.
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Familiares y amigos de las víctimas del MH17 recordarán durante toda su vida este vuelo del 17 de julio de 2014. Aquel día, un misil antiaéreo provocó la muerte de los 298 pasajeros de este Boeing de Malaysia Airlines, que volaba sobre el este de Ucrania. 298 árboles plantados recuerdan a las víctimas cerca del aeropuerto de Schipol (Amsterdam) como un bosque de la memoria. Cada árbol representa a uno de los fallecidos y está rodeado de girasoles en recuerdo del paisaje sobre el que fue derribado el avión y la guerra en el este de Ucrania.
Guerra, no tragedia
La catástrofe del MH17 no fue un trágico accidente aéreo. No fue un error técnico ni humano. Tampoco fueron las condiciones meteorológicas. Tanto la tripulación como los pasajeros se convirtieron en víctimas de guerra. Hacía tiempo que Ucrania debería haber cerrado el espacio aéreo sobre Donbass. Sin embargo, lo hizo cuando ya era demasiado tarde. Por eso, Kiev también tiene que aceptar cierta responsabilidad. ¿Pero a quién hay que responsabilizar por disparar el misil? ¿Quiénes fueron los autores de este posible crimen de guerra? Estas son preguntas que deben ser aclaradas.
Los Países Bajos, de donde procedían la gran mayoría de las víctimas, decidieron llevar a los responsables ante los tribunales aunque hasta ahora no haya ninguna orden de detención. El año pasado, investigadores internacionales presentaron un informe tras intensas indagaciones. En él se apunta a separatistas pro rusos y a Moscú. Al MH17 se le disparó con un misil ruso tipo Buk. También se conoce el lugar desde donde se disparó y se cree que los autores fueron posiblemente los separatistas pro rusos.
Poco antes ser disparado, el Buk había sido trasladado desde Rusia al este de Ucrania. Los investigadores pudieron seguir su ruta y aspiran incluso a identificar a numerosas personas. Sin embargo, todavía no se han dicho nombres.
Si se llega a iniciar un proceso, no solo sería un gran reto desde el punto de vista penal, sino también tendría una enorme dimensión política. Si los investigadores están en lo cierto, alguien habría ordenado en Rusia el envío del lanzamisiles al este de Ucrania, algo que no habría sido posible sin la cobertura política de Moscú. Si esas acusaciones se confirmaran en los tribunales, no solo se demostaría la corresponsabilidad de Rusia en el disparo, sino también su implicación en la guerra de Donbass.
La verdad tiene que salir a la luz
Hasta ahora, los dirigentes del Kremlin niegan cualquier participación. Rusia intenta desviar la culpa del disparo a Ucrania desde hace tres años planteando constantemente nuevas teorías, pero aún no ha presentado pruebas que lo demuestren. Por el contrario, critica las investigaciones realizadas por no ser imparciales. Y, sin embargo, fue la misma Rusia la que impidió una investigación independiente en el Consejo General de Naciones Unidas para determinar la autoría del disparo.
Todo parece reforzar la sospecha de que Moscú tiene algo que esconder. Y por eso hay que perseguir jurídicamente a los autores del disparo del misil. Puede que no sirva para facilitar las relaciones con Rusia, pero el Estado de Derecho no tiene otra opción que la de garantizar justicia a las víctimas del MH17 y sus familiares. Por eso, tanto los autores como los responsables políticos deberían comparecer ante los tribunales. Incluso aunque este proceso dure años, la verdad tiene que salir a la luz.
Crimea: ¿Qué ha pasado tras la anexión?
En marzo de 2014, Rusia se tomó Crimea ¿Qué ha cambiado allí desde entonces? ¿Qué ha pasado con las promesas de Putin? ¿Cómo es la situación de los derechos de las personas y la libertad de los medios?
Imagen: DW/R. Richter
La ocupación de Crimea
Vladimir Putin como héroe en grafitis y banderas rusas en vez de ucranianas. Así cambió el aspecto de las calles de Crimea desde la primavera de 2014. En cuestión de días, soldados uniformados ocuparon, sin insginias nacionales, el edificio gubernamental, el Parlamento de Simferópol y más tarde los cuarteles del Ejército ucraniano en la República de Crimea, Ucrania.
Imagen: DW/I. Worobjow
Referendo sobre la anexión a Rusia
A pesar de las protestas, el 16 de marzo tuvo lugar un referendo ilegal, según la Constitución ucraniana, para votar sobre la anexión de Crimea por parte Rusia. No se reconoció que la península se otorgó a Ucrania en 1954 por parte de la Unión Soviética. Entonces se acordó la adhesión de Crimea a la Federación Rusa.
Imagen: Reuters
Tártaros de Crimea sin derechos
Quien rechace la anexión es perseguido. Es lo que le ha sucedido, sobre todo, a los tártaros de Crimea: su representante, el Congreso del Pueblo Tártaro de Crimea, fue tachado en 2016 de organización extremista. Siguen teniendo lugar allanamientos y detenciones. Ya en 1944, los tártaros de Crimea fueron deportados como "enemigos del pueblo" por los soviéticos a Crimea.
Imagen: picture-alliance/dpa
Solo televisión rusa
En 2014 se desconectaron todos los canales de televisión ucranianos y, desde entonces, solo se puede ver la televisión rusa análoga. El canal independiente de los tártaros de Crimea, ATR, sigue emitiendo desde Kiev. También se prohibieron otros medios de comunicación.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea no reconocen la anexión de Crimea por parte de Rusia. Aplicaron sanciones y prohibieron a sus ciudadanos comprar inmuebles y empresas en Crimea. Tampoco se permite la importación de productos desde Crimea.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/A. Polegenko
Esperando a que Putin cumpla sus promesas
Quien votó a favor del referendo, espera que Putin cumpla sus promesas: la construcción de un puente que conecte a Crimea con Rusia, un gasoducto y centrales energéticas. Y que solucione los problemas sociales. Pero, la realidad es otra: los sueldos no son compatibles con la subida de los precios. Solo en redes sociales y medios independientes se informa sobre las protestas locales.
Imagen: DW/R. Richter
Todo queda entre amigos
La construcción del puente desde Kertsch a la península rusa va a toda marcha. La construcción por valor de alrededor de 3,7 millones de euros está siendo supervisada por el ruso oligarca y amigo de Putin, Arkadi Rotenberg. Se han planeado cuatro carriles y dos vías de ferrocarriles. A finales de 2019, el puente deberá estar terminado.
Imagen: picture-alliance/Tass/V. Timkiv
Redistribución a favor de los empresarios rusos
Los pequeños empresarios en Crimea sufren por la redistribución de propiedades en Crimea a favor de los empresarios rusos. Radio Liberty publicó que la cifra de pequeñas empresas se redujo de 15.000 en 2014 a 1.000 en 2016. También los propietarios de inmuebles en la costa tienen problemas, porque los juzgados pueden declarar sin validez los documentos firmados antes de la anexión.
Imagen: DW/A. Karpenko
Turismo, de capa caída
Durante la temporada de baño, las playas de Crimea están accesibles al público. Sin embargo, la afluencia de turistas se ha reducido en un 30% en los últimos tres años. Las conexiones ferroviarias se interrumpieron, los vuelos son demasiado caros y por las sanciones de la UE, los cruceros ya no visitan la costa de Crimea.
Imagen: DW/A. Karpenko
Los ganadores: los pensionisas con pasaporte ruso
Desde la anexión, solo los ciudadanos de Crimea con pasaporte ruso pueden comprar tarjetas SIM para celulares. Pero con pasaportes expedidos en Crimea no se puede obtener visa ni para la UE ni para EE.UU. Los que han salido ganando con la anexión son los pensionistas con pasaporte ruso. Su pensión se elevó al nivel ruso. Las mujeres reciben la jubilación con 55, en vez de 65. (rmr)