¿"Mi lucha" como texto de estudio en los colegios? Sí, dice Josef Kraus, presidente de la Asociación Alemana de Profesores, en conversación con DW.
Publicidad
Desde 1945 no puede publicarse en Alemania el libro de Adolf Hitler “Mi lucha“. En 2016, sin embargo, expiran los derechos de autor que impedían una reimpresión de la polémica obra del líder nazi. El Institut für Zeitgeschichte (IfZ) en Múnich planea sacar a la luz una edición comentada del libro, en el que Hitler plantea su ideología y presenta su desprecio por los judíos. Al respecto DW conversó con Josef Kraus, presidente de la Asociación Alemana de Profesores.
DW: Señor Kraus, ¿por qué tendrían que leer los escolares un libro como “Mi lucha”?
Josef Kraus: Yo no soy en absoluto de la idea de que todo ese panfleto tenga que ser leído en la escuela. Lo que yo he recomendado es que en los cursos superiores se lean fragmentos del libro. Yo les prometo que se puede inmunizar a los jóvenes, hacerlos resistentes a los extremismos, cuando se les muestra cómo se preparó ideológicamente la catástrofe y los asesinatos en masa que tuvimos en la historia alemana entre 1933 y 1945. De esta forma se puede apelar al principio de "resistencia desde los comienzos". Por desgracia, no solo en Alemania, sino también en otros países, podremos encontrar a algunos dementes peligrosos que desean movilizarse contra etnias y grupos religiosos.
¿No cree que un estudiante de 16 años es todavía muy influenciable y que la lectura de "Mi lucha" podría tener un efecto indeseado?
Eso depende del profesionalismo y de la habilidad pedagógica del profesor. Y yo me fío de nuestros profesores, especialmente de los que enseñan Historia y Política y Ética y Religión. Por supuesto, es un tema sensible que es parte importante de nuestras clases de historia. Me encantaría que cada estudiante en Alemania, cada joven de 16, 17 o 18 años visitara, al menos una vez antes de abandonar la escuela, un campo de concentración y debatiera sobre el tema. No debe sobredimensionarse la propuesta de analizar “Mi lucha” en las escuelas. Yo me imagino que se podrían discutir dos o tres extractos durante dos o tres horas, integrados en una visión diferenciada del nacionalsocialismo.
¿Qué extractos del libro tiene en mente?
El libro tendrá una tirada de 4.000 ejemplares a un precio de 60 euros. Yo recomiendo a los 16 ministros de Educación del país que encarguen una versión especial, donde en 50, 60, 80 páginas se destaquen textos específicos, con fuentes y referencias cruzadas. Para los estudiantes, eso sería de mucha ayuda. Sería de especial importancia que se hablara de las partes del libro donde se expresa el odio a los judíos o donde Hitler claramente demuestra que tenía una gran guerra en mente.
¿No sería eso peligroso, especialmente en tiempos donde el populismo de derecha, así como el extremismo, se han visto fortalecidos?
Sería más peligroso si este libro simplemente se deja morir o se prohíbe, porque en la actualidad tenemos acceso a todo por internet. Por eso mismo creo que es tan importante que esto se converse en la escuela, bajo el manto de una mirada crítica y diferenciada. Ya sabemos, debido a otras obras prohibidas en la historia, que lo que está vetado genera una curiosidad especial, y los expertos pierden la posibilidad de influir en la comprensión de estas obras.
¿Y los judíos que viven en Alemania, no deberían sentirse ofendidos?
Conozco a muchos judíos, entre ellos el presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, que podrían presentar esta edición. La antigua presidenta, la señora (Charlotte) Knoblauch, estaba en contra de una edición comentada, pero había otros muchos a favor. Esto se puede discutir, claro. Yo creo que el interés de nuestros conciudadanos judíos de que hagamos frente a esta parte de la historia alemana es alto. Y esto no tiene que ver ni con propaganda ni con nostalgia, sino con inmunizar a nuestra juventud contra esta clase de extremismos. Y, por supuesto, me gustaría que los judíos contribuyan en este proceso y que, por ejemplo, sean invitados a asistir a estas clases.
Josef Kraus es, desde 1987, presidente de la Asociación Alemana de Profesores, del que forman parte cerca de 160.000 educadores en todo el país.
La II Guerra Mundial en Europa
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de Hitler invadieron Polonia. Los pueblos europeos lucharon unos contra otros hasta el 8 de mayo de 1945, día de la liberación de Europa del régimen nazi.
Imagen: AP
Invasión de Polonia
El 1º de septiembre de 1939, las fuerzas de la Wehrmacht de la Alemania nazi atacaron Polonia, según Hitler, para responder a los ataques de ese país, lo cual fue una mentira para justificar la invasión. Francia y Gran Bretaña, aliados de Polonia, también le declararon la guerra a Alemania, pero no se inmiscuyeron en los combates. También Italia, aliado de Alemania, se mantuvo en espera.
Ejército soviético ocupa Polonia
Polonia apenas contaba con medios militares para contraatacar a la Alemania nazi, que venció a las tropas polacas en cinco semanas. El 17/9/1939, el Ejército soviético ocupó el este de Polonia como resultado de un acuerdo secreto al que el Imperio Alemán y la URSS llegaron una semana antes del ataque alemán a Polonia.
Imagen: AP
Ocupación de Dinamarca
La Wehrmacht invadió Dinamarca en abril de 1940, usando ese país como trampolín hacia Noruega. Desde allí llegaban materias primas necesarias para la Alemania nazi en guerra. Gran Bretaña intentó interrumpir el abastecimiento enviando soldados a Noruega, pero allí los aliados también capitularon en junio. La campaña nazi hacia Occidente ya había comenzado.
Ocupación nazi de Holanda, Bélgica y Luxemburgo
El 10 de mayo de 1940, la Wehrmacht atacó a Holanda, Luxemburgo y Bélgica, países neutrales. Los ocupó en un lapso de pocos días sorteando la fortificación militar francesa.
Imagen: picture alliance/akg-images
Los nazis ocupan París
Los alemanes atacaron por la espalda a las tropas francesas y se dirigieron a París, que fue ocupada a mitades de junio. El 22 de junio de 1940, Francia capituló y fue divida en un territorio ocupado por la Alemania nazi y en la Francia de Vichy, gobernada por un gobierno títere del régimen bajo el mando del general Pétain.
Imagen: ullstein bild/SZ Photo
Ataque nazi a Gran Bretaña
Hitler bombardeó Gran Bretaña en el verano de 1940, dejando a ciudades como Coventry convertidas en cenizas y escombros. Al mismo tiempo, aviones nazis y británicos luchaban en el espacio aéreo del Canal de La Mancha, entre el norte de Francia y el sur de Inglaterra. La Royal Air Force venció a la Fuerza Aérea Alemana, y en 1941, los ataques nazis cesaron considerablemente.
Imagen: Getty Images
Invasión del sur y este de Europa
Luego de las derrotas contra Gran Bretaña, Hitler se dirigió hacia el sur, y luego hacia el este de Europa, llegando incluso hasta el norte de África, los Balcanes y la Unión Soviética.
Invasión de Yugoslavia
El 6 de abril de 1941, fuerzas alemanas, italianas, húngaras y búlgaras invadieron Yugoslavia, acabando con la rendición del ejército yugoslavo el 17 de abril y con la creación de un estado títere en Croacia y Serbia. También el 6 de abril, Alemania invadió Grecia desde Bulgaria.
Imagen: picture-alliance/akg-images
"Operación Barbarroja"
La "Operación Barbarroja", emprendida el 22 de junio de 1941, fue el nombre en clave dado por Adolf Hitler al plan de invasión de la Unión Soviética por parte de las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial. Esta operación abrió el Frente Oriental, que se convirtió en el teatro de operaciones más grande de la guerra.
Imagen: Getty Images
1942, punto de inflexión
Al principio, el Ejército Rojo de la URSS opuso apenas resistencia al ataque nazi, pero luego la Wehrmacht sufrió graves pérdidas, y se vio debilitada. Hitler dominaba casi toda Europa, parte de África del Norte y de la Unión Soviética, pero en 1942, el desarrollo de la guerra dio un giro decisivo.
Retirada de África
Italia, aliado de Alemania, entró en guerra en junio de 1940, y atacó a las tropas británicas en el norte de África. Hitler envió refuerzos en 1941. Luego de la batalla de El Alamain, en otoño de 1942, los alemanes emprendieron la retirada de África y capitularon el 13 de mayo de 1943.
Imagen: Getty Images
Campos de exterminio nazis
En el este de Europa, el régimen de Adolf Hitler erigió campos de exterminio como los de Auschwitz-Birkenau. Más de seis millones de personas fueron asesinadas por los nazis en estos campos de la manera más inhumana. En esos crímenes también participaron miles de soldados alemanes y oficiales de las SS.
Imagen: Yad Vashem Photo Archives
Los Aliados llegan a Italia
En el cuarto año de la guerra, la guerra cambió su derrotero: en el este, el Ejército Rojo se dispuso a contraatacar a los nazis, y las fuerzas occidentales aliadas llegaban a Italia, con lo cual los nazis se dieron a la retirada.
Batalla de Stalingrado
El 6 de enero de 1942, Stalin, confiado después de su victoria en Moscú, ordenó una contraofensiva general. El símbolo del giro que dio la guerra fue la capitulación de Stalingrado. Los alemanes vieron que la lucha no tenía sentido.
Imagen: picture-alliance/dpa
Invasión de Italia
Los aliados desembarcaron en Italia en septiembre de 1943, a lo que Hitler respondió invadiendo ese país.
En el este de Europa, el Ejército Rojo hacía retirarse a los nazis cada vez más. Asimismo, los aliados occidentales reforzaron su ofensiva y desembarcaron en Normandía, Francia, en la primavera de 1944.
Entrada de los Aliados
En el invierno boreal de 1944/1945 los Aliados logran romper la resistencia nazi en el oeste de Europa y se movilizan para atacar al régimen nazi.
Imagen: imago/United Archives
Capitulación del régimen nazi
El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi capituló sin condiciones. Hitler se había suicidado el 30 de abril de 1945. Europa se enfrentaba a los despojos y al horror que dejó la II Guerra Mundial, en la que murieron casi 50 millones de personas en Europa.