Microplásticos de carreteras también contaminan los océanos
14 de julio de 2020
Los investigadores señalan que un tercio de los microplásticos que se desprenden de vehículos en carreteras terminan cada año en los océanos transportados por el aire.
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Los microplásticos que se desprenden de vehículos en carreteras podrían contaminar los océanos tanto como los procedentes de los ríos, según un estudio publicado este martes (14.07.2020).
El trabajo publicado en la revista científica Nature Communications intenta por primera vez estimar la cantidad de plástico procedente del tráfico automotor (fricción de los neumáticos y uso de los frenos) que se dispersa en el aire y decanta en otro lugar gracias a las corrientes atmosféricas.
Los investigadores evaluaron la cantidad de estas partículas derivadas de la industria petrolera (etileno, propileno), producida por el transporte por carretera, combinada con simulaciones de la circulación atmosférica.
Según ellos, un tercio de estos microplásticos (entre 40.000 y 100.000 toneladas) terminan cada año en el océano, contra unas 65.000 toneladas de microplásticos son vertidos en el mar por los ríos.
No obstante, los expertos notan una falta de datos para validar sus modelos.
Estas emisiones de microplásticos proceden principalmente de América del Norte, Europa y Asia sudoriental.
Según el estudio, una parte importante de esta contaminación, transportada por el aire, es probable que termine en el Ártico, donde las partículas coloreadas, que absorben más rayos del sol que la nieve, podrían tener un impacto en el derretimiento del hielo.
rrr (afp/the guardian)
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Ocho maneras sencillas de ayudar al medioambiente en 2020
Desde bajarse del auto para privilegiar el uso de la bicicleta hasta exigir a los políticos que asuman sus responsabilidades. Nunca es tarde para hacer algo por el planeta.
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Viajar con responsabilidad
Caminar o andar en bicicleta para ir de un punto A a uno B es una de las formas más simples de reducir la huella de carbono y, de paso, hacer ejercicio, que tan bien nos viene. Y no usar aviones para ahorrar emisiones no significa quedarse aburrido en casa. Si se da la posibilidad, viajar en tre o usar un automóvil para cubrir los tramos que se puedan hacer por carretera son buenas alternativas.
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Focalizarse en la compra sostenible
Ser más responsables con lo que se compra puede ser de enorme ayuda para el planeta. Por suerte, hoy es más fácil que nunca acceder a productos ecológicos. Use su poder como consumidor para apoyar a tiendas ecoconscientes, compre artículos de segunda mano y trate, en general, de adquirir menos cosas. A veces basta con preguntarse si realmente necesitamos algo antes de echarlo al carro de compras.
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Reducir el desperdicio de comida
¿Sabía que casi un tercio de la comida que se produce anualmente en el planeta se pierde? Usted puede ayudar a reducir estas cifras desperdiciando la menor cantidad de comida posible. Cómase las sobras, sea creativo y súmele nuevos ingredientes a lo que quedó de ayer y comience a compostar si tiene espacio para ello. El compost es un excelente fertilizante que permite prescindir de los químicos.
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Apague y desenchufe
Si bien hoy estamos más conectados que nunca, el simple acto de apagar las luces, los computadores y pantallas cuando no se van a usar más puede ahorrar enormes cantidades de energía a largo plazo. Hágalo y pronto se dará cuenta también del descenso de la cuenta. Gaste menos y, de paso, ayude al planeta.
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¡Hable!
Si aún no lo hace, este año puede sumar su voz al creciente movimiento por la acción climática. Y eso no significa salir a las calles a protestar: presione a sus representantes locales para que tomen medidas ante la crisis ambiental. Manténgase informado y hable con amigos, colegas y vecinos acerca de lo que podemos hacer para ayudar al planeta. No subestime el poder de la conversación.
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Varíe su dieta
Seguramente todos podríamos tomar decisiones más saludables sobre nuestros hábitos alimentarios. Por ejemplo, cambiar a una dieta más basada en vegetales de seguro ayudará a combatir el cambio climático. La cría de animales para producir carne y lácteos es una de las mayores causas de deforestación y una fuente enorme de emisión de CO2. Comer más verduras tiene menor impacto en el medio ambiente.
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Vaya a la naturaleza
Este nuevo año, haga un mayor esfuerzo por salir de casa y explorar los maravillosos paisajes que nuestro planeta tiene para ofrecernos. Esto podría no tener un impacto directo en la lucha contra el cambio climático, pero es una manera de apreciar la belleza que nos rodea y recordarnos que debemos esforzarnos para protegerla.
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Reciclar, reciclar, reciclar
Hay razones para repetirlo una y otra vez: las devastadoras consecuencias que tiene la contaminación con plástico son cada vez más notorias, especialmente en nuestros océanos. Reciclar significa producir menos productos nuevos. Y se puede hacer incluso con ingenio: ¿por qué no convertir una vieja botella en una lámpara o un comedor para aves?