Se esperaba que fuera el salto del famoso sistema operativo a las tabletas y los teléfonos inteligentes. Pero Windows 8, presentado hace escasos meses a bombo y platillo, no convence a los usuarios. Sobre todo a los de computadora, que extrañan algunas funciones clásicas. Con una actualización, Microsoft intenta ahora salvar los restos del naufragio.