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Migración, tema candente: Alemania desea deportar más rápido

25 de octubre de 2023

Las personas que tienen que abandonar el país deberían poder ser deportadas más rápidamente. ¿Qué planea el Gobierno alemán?

Personas bajando de un avión recién llegado Alemania.
Alemania quiere deportar a más personas con mayor rapidez en el futuro.Imagen: Michael Kappeler/dpa/picture alliance

El Gobierno alemán está bajo presión. La migración -el creciente número de inmigrantes y refugiados y el bajo número de deportaciones- preocupa a la gente en Alemania. Además es un tema con el que los populistas de derechas pueden ganar puntos.

El canciller alemán, Olaf Scholz , del partido socialdemócrata SPD, anunció recientemente una política de asilo más dura. "Debemos deportar a gran escala a quienes no tienen derecho a permanecer en Alemania", dijo Scholz a la revista Spiegel. No puede ser que los procedimientos de deportación se alarguen a menudo durante años, añadió el canciller. Por su parte, la ministra del Interior, Nancy Faeser, también del SPD, quiere acelerar las cosas con un proyecto de ley que el gabinete federal ya ha aprobado. 

Alemania ha acogido a más de un millón de personas sin solicitud de asilo procedentes de Ucrania, gente que necesitaba alojamiento y sus hijos plazas en guarderías y escuelas. El año pasado, además, solicitaron asilo en Alemania unas 244.000 personas; este año podrían ser 300.000.

¿Quién puede ser deportado?

En entrevista con DW, el experto en migración Gerald Knaus habla de una "ofensiva de deportación, que el acuerdo de coalición de los partidos gobernantes ya preveía, centrada en delincuentes y personas peligrosas". Según Knaus, los planes del ministerio del Interior también afectan a las personas cuyas solicitudes de asilo han sido rechazadas o que ni siquiera han solicitado asilo.

Según cifras de Interior, a finales de septiembre de 2023 había en Alemania unas 255.000 personas obligadas a abandonar el país. Alrededor de 205.000 de ellas, sin embargo, tienen una Duldung o estatus tolerado.

Esto significa que, aunque en teoría están obligados a abandonar el país, no pueden ser deportados por motivos legales. Lo que se aplica, por ejemplo, a originarios de países considerados no seguros, a personas enfermas,  a quienes hayan iniciado una formación profesional o a personas que carecen de documentos. Las repatriaciones tampoco son posibles si los países de origen se niegan a aceptarlos.

¿Qué va a cambiar en las deportaciones?

El proyecto de ley de la ministra del Interior alemana otorga más poderes a las autoridades y a la Policía, que deben ejecutar estos procedimientos. En el futuro, las deportaciones ya no se anunciarán. También está previsto que los agentes de policía puedan entrar en las habitaciones de las personas a repatriar. 

Los extranjeros obligados a abandonar el país también podrán ser retenidos durante más tiempo en un llamado "centro de detención" antes de ser deportados y, si una persona no puede presentar un pasaporte, las autoridades competentes también podrán registrar teléfonos móviles o casillas de correo para determinar su identidad.

Preocupación por vulneración a derechos humanos

Organizaciones de derechos humanos como Pro Asyl consideran que la detención es inhumana. Y aseguran que se producen una y otra vez lesiones o suicidios. Para algunos políticos de los Verdes y del SPD, la decisión del gabinete de Scholz va demasiado lejos y la califican de "inhumana" en algunos de sus puntos. En cambio, para la coalición conservadora CDU/CSU, las medidas previstas no son suficientes. El proyecto de ley pasará ahora a votación parlamentaria, donde se esperan nuevas enmiendas

El experto en migración, Gerald Knaus, cree que las medidas previstas tienen sentido, en principio, pero cree que son mucho más importantes los acuerdos migratorios para que los países que acojan a sus ciudadanos de regreso. Se sabe que el Gobierno de Scholz negocia con Georgia, República de Moldavia, Kenia, Uzbekistán y Kirguistán sobre este tema.

Knaus cita como ejemplo negativo algunos países de África. Por ejemplo, Alemania acogió hace años a muchas personas de Nigeria y Zambia. A la mayoría de ellos no se les ha concedido asilo. "Pero sus países de origen no los aceptan de vuelta". Lo mismo ocurre en Irak. En este sentido, las normas más estrictas previstas en materia de expulsión son sólo un primer paso y difícilmente un elemento disuasorio: "¿El objetivo es reducir la inmigración irregular en Alemania? Si es así, hay muchas razones para dudar de que la nueva medida tenga éxito", vaticina Knaus.

(mn/ms) 

 

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