Migrantes de caravana empiezan a llegar a Ciudad de México
5 de noviembre de 2018
La caravana de centroamericanos que entró a territorio mexicano el 19 de octubre se reagrupará en Ciudad de México para decidir si continúa hacia Estados Unidos o toma otra decisión.
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Un grupo adelantado de la primera caravana de migrantes centroamericanos que recorre México para llegar a Estados Unidos está ya en Ciudad de México, mientras que el resto del contingente avanzaba hoy (04.11.2018) por Veracruz y Puebla, en el este del país.
Una vez en Ciudad de México, los migrantes decidirán si continúan hacia Estados Unidos o toman otra decisión, informó el sacerdote católico y activista mexicano Alejandro Solalinde. "La idea que tenemos nosotros es que se junten todos en Ciudad de México y parece que se va lograr aunque algunos ya se fueron al norte del país desde hace dos días pero son pocos, de Veracruz todavía faltan muchos y de Puebla llegan hoy en la noche y mañana lunes", contó Solalinde a medios este domingo.
División en dos grupos
Solalinde explicó que ya reunidos la mayoría de los 5.000 centroamericanos se van a dividir en dos grupos, en el primero estarán los que quieran ir a Estados Unidos "que necesiten ir" por reunificación familiar o por alguna otra razón.
"A ese grupo se le va informar todo lo que lo que está pasando en la frontera, la situación (el despliegue de seguridad que ordenó el presidente de EE. UU., Donald Trump ) para que ellos decidan con toda conciencia", apuntó.
El segundo grupo será de las personas que decida quedarse en el país ya sea "porque tiene familiares en alguna ciudad o estado de México o una oferta de trabajo, también se van a quedar". Mientras que los que no tienen familiares o conocidos en México y quieren quedarse a trabajar "ya hay ofertas concretas e incluso un fondo para dar trabajo, sobre todo a mujeres con niños".
La caravana empezó su recorrido con unas miles personas hace tres semanas en San Pedro Sula, Honduras, y fue sumando gente en el camino. Ahora tiene unos 5.000 integrantes, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses, entre ellos mujeres y niños.
Capacidad para 5.000 personas
En la capital mexicana los centroamericanos serán recibidos en el estadio Jesús "Palillo" Martínez, que se ubica dentro del complejo de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhiuca, a unos pasos del autódromo Hermanos Rodríguez, donde hace una semana se celebró el Gran Premio de México de Fórmula Uno, en el oriente de la ciudad.
Sobre ese tema, la titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez, dijo que este domingo llegaron unas 500 personas y en el transcurso del día esperan la llegada de otras 1.000 que vienen de Puebla. Asimismo, recordó que la capacidad de la instalación es de 5.000 personas.
FEW (dpa, EFE)
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.