Migrantes decidirán rumbo tras reunión con López Obrador
7 de noviembre de 2018
Representantes de la caravana anunciaron que explicarán su situación en el encuentro con el presidente mexicano, quien ha prometido visados de trabajo una vez haya asumido la Presidencia el 1 de diciembre.
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Miles de migrantes centroamericanos despertaron este miércoles (07.11.2018) en un complejo deportivo de Ciudad de México donde esperan a la reunión que mantendrán este jueves con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, antes de decidir si prosiguen su camino hacia Estados Unidos.
De acuerdo con Pueblo sin Fronteras, organización que acompaña a este masivo movimiento migratorio, en el complejo deportivo Magdalena Mixhuca, en el este de capital, se encuentran al menos 5.000 personas de la caravana que entró en México el 19 de octubre repartidas en carpas y tiendas de campaña. según informó el Instituto Nacional de Inmigración, la gran mayoría de esos cinco mil migrantes, rechazó las garantías y facilidades del plan "Estaás en tu casa" que ofrece el Gobierno mexicano para que se acojan a las medidas de protección internacional. Los migrantes "declinaron públicamente" adherirse al programa, afirma el INM en un comunicado.
Representantes de la caravana, entre los que se encuentra el exlegislador hondureño Bartolo Fuentes, anunciaron que explicarán su situación en un encuentro con López Obrador, quien ha prometido visados de trabajo para los migrantes una vez haya asumido la Presidencia el 1 de diciembre.
La ruta a seguir
Tras esta reunión, la caravana sopesará si se queda en México o si mantiene su travesía hacia Estados Unidos. En ese caso, también deberán escoger cuál ruta emprenden hacia suelo estadounidense, donde el presidente Donald Trump ha anunciado que impedirá su entrada.
Caravana: los que se quedarán en México
03:48
Desde la capital mexicana, los migrantes se encuentran a 1.200 kilómetros si se dirigen a Texas o a unos 2.800 kilómetros si su objetivo es California. La primera caravana, que en un principio estaba conformada por hondureños, a los que se sumaron migrantes de otras nacionalidades, comenzó a llegar a Ciudad de México este lunes tras recorrer los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Puebla.
En paralelo, otros tres grupos de migrantes, dos de salvadoreños y uno más de hondureños, han entrado a territorio mexicano, y muchos de sus integrantes han solicitado refugio a México y permanecen retenidos en la frontera sur, mientras que otros siguen su travesía hacia el norte.
ct/lgc (efe, El Nuevo Herald) (Última actualización a la 01:00 CET con el comunicado del INM)
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¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.