La Fiscalía de Las Palmas investiga supuestos encuentros de isleños organizados en chats de WhatsApp para intimidar e incluso agredir a migrantes. Según la organización Cruz Blanca, uno de sus albergues fue apedreado.

Alrededor de 11.000 solicitantes de asilo se encuentran actualmente en las Islas Canarias, muchos de ellos concretamente en Gran Canaria, tanto en su capital, Las Palmas, como en el turístico sur de la isla. Según algunos lugareños, los migrantes amenazan la seguridad de los habitantes de la isla. El Gobierno español los contradice diciendo que, desde noviembre de 2020, solo hubo 45 delitos relevantes para la seguridad cometidos por migrantes.

El politólogo y experto en migración Javier A. González Vega, de la Universidad de Oviedo, dice sobre las protestas en la isla: "No creo que estos incidentes reflejen el sentir general de los canarios". Aparentemente, se trata de una minoría que eleva el tono y trata de hacer valer su propia ley. Hasta el momento, las manifestaciones de protesta contra la política migratoria apenas han reunido 150 participantes, aunque la sensación de inseguridad y la frustración parecen extenderse en parte de la población.

Hoteles habitados por migrantes              

Desde hace casi un año, el turismo está de capa caída en las Islas Canarias. Muchos hoteles cerraron y algunos alquilaron sus instalaciones a las autoridades para albergar migrantes llegados a las islas desde el norte de África. La distancia más corta es de 100 kilométros desde Marruecos y el Sahara occidental hasta Fuerteventura. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de dos mil personas llegaron al archipiélago canario solo durante el mes de enero de 2021. La mayoría procedía del Magreb, sobre todo de Marruecos. "Pocos tienen una razón válida para solicitar asilo", observa González Vega, por lo que apenas tienen perspectivas de obtener un permiso de residencia permanente en la UE.

La pandemia contribuye a la crisis

La situación es frustrante para los migrantes, pero también para los isleños, ya que, en lugar de recibir turistas que traen dinero e impulsan la creación de puestos de trabajo, llegan migrantes que hay que atender con dinero público. Gran parte del archipiélago está confinado debido a la pandemia, pero cada semana llegan cientos de personas sin controlar por mar. Algunos canarios echan una mano, la mayoría observa y unos cuantos no esconden su enfado. La sangre está llegando al río. El diario El País relata un incidente en el cual un marroquí hirió con un cuchillo a un español durante una pelea y después hubo un llamado entre canarios para perseguir y agredir magrebíes. A finales de enero circuló en redes sociales un video que mostraba una brutal pelea entre migrantes que se ganan algún dinero dando indicaciones de aparcamiento a los automovilistas. Varias personas dijeron al diario local La Provincia que nunca había habido problemas con esa ocupación hasta que los habitantes de un centro de acogida trataron de apoderarse del lugar. Suleimán Tribak, que regenta un negocio en la isla, dijo a La Provincia que temía que se produjeran daños en su tienda.

Fátima Louraibi, presidenta de la asociación sociocultural Mujeres Árabes y del Magreb, mostró su preocupación por la creciente estigmatización de personas de origen árabe. "Nos sentimos muy mal por todo lo que está pasando, pero no queremos que crezca el odio”, dijo Louraibi a La Provincia.

Rédito político

Por su parte, el partido populista de derecha VOX trata de sacar rédito político de la situación. El diputado andaluz de VoX Rubén Pulido tuiteó un video en el que podía verse a supuestos migrantes irregulares disfrutando de la piscina de un hotel a costa del contribuyente español. El comentario sarcástico de Pulido a las imágenes es: "Ahora disfrutemos de unas merecidas vacaciones en este glorioso país de acogida".

Según Twitter, el video no muestra ninguno de los hoteles en los que están alojados los migrantes. La agencia de noticias Efe, por su parte, asegura que no se permite el uso de las piscinas de las instalaciones hoteleras utilizadas para la acogida de los irregulares.

"VOX y sus seguidores aprovechan la situación para atizar el descontento y el resentimiento contra los migrantes", resume el politólogo González Vega.

Demandas a Madrid y Bruselas

Antonio Morales Méndez, presidente de la provincia de Gran Canaria, no aprueba los llamados a la violencia, pero eleva duras acusaciones contra la política migratoria del Gobierno central y la Unión Europea: "Ya basta de que los canarios, sus instituciones y su Gobierno sean ignorados y de que este país sea maltratado y los derechos humanos de los migrantes sistemáticamente violados". Desde hace tiempo, políticos y asociaciones civieles exigen apoyo de la península, pero, según critica González Vega, este se hace esperar y funciona a veces de forma paradójica: "Antes los migrantes sin documentos podían viajar desde las islas hasta la península y hacia otros países europeos, pero ahora se los retiene en el archipiélago aun teniendo documentación válida".

Algunos medios ya hablan de un nuevo "Moria" en Gran Canaria. Ese no es el caso todavía. Pero ¿qué pasará si siguen llegando migrantes y los hoteles vuelven a abrir para recibir turistas?

(ms/ers)