Migrantes: víctimas del odio de Trump en días de elecciones
José Ospina-Valencia
2 de noviembre de 2018
En la antesala de las elecciones intermedias en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha cargado el clima político de miedo a los migrantes. Todo su odio es calculado, dice la prensa europea en alemán.
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Die Zeit, de Hamburgo: Trump, el alarmista
El diagnóstico común sobre la conducta de Trump contiene, a menudo, un error: el hombre es impredecible. Pero lo cierto es que su ideología y métodos son siempre los mismos: Trump siempre usa el miedo cuando quiere obtener algo.
Cuanto más se acercan las elecciones intermedias del 6 de diciembre, más demagógica es su campaña. Trump parece ser consciente de que puede perder. En un discurso sobre la "crisis de la frontera sur", Trump advirtió contra una "invasión" de inmigrantes que supuestamente llevarán crímenes, drogas y enfermedades a Estados Unidos. En dos videos relaciona directamente la actual "caravana de migrantes" con asesinos de policías, por ejemplo. No solo CNN describió esto como la campaña electoral más racista que se haya producido.
No es sorprendente que Trump esté difundiendo esas imágenes apocalípticas. Las elecciones intermedias son importantes para él, porque una victoria de los demócratas puede cortarle poder personal y tendría que hacer concesiones. Además de que una derrota indicaría lo que algunos funcionarios republicanos han sospechado durante algún tiempo: que Trump le hace más daño al partido, de lo que lo ayuda.
Su enfoque en inmigración y seguridad sigue una estrategia. Aún así, si la llamada caravana de migrantes no existiera, "los republicanos habrían tenido que inventarla", escribió el autor Rod Dreher en la revista The American Conservative.
Berliner Zeitung, de Berlín: "Operación Patriota Fiel”.
Una semana antes de las elecciones intermedias, Donald Trump endurece su retórica contra los centroamericanos que buscan refugio, y amenaza con capturarlos y encerrarlos en campamentos en la frontera, hasta que se decida sobre su petición de asilo.
El presidente de Estados Unidos no deja de hacer hincapié sobre la migración en estos días. Aunque la caravana de refugiados de Honduras, que partió hace dos semanas en dirección a la frontera con Estados Unidos, y que entretanto se ha reducido de unas 7.000 a unas 4.000 personas, Trump amenaza: "Mi gobierno no invertirá cientos de millones de dólares en edificios de concreto. Solo armaremos carpas, muy bonitas”.
Está previsto que antes del 6 de noviembre, 5.200 soldados lleguen a la frontera para reforzar la presencia policial. La cruzada contra los migrantes es denominada "Operación Patriota Fiel”. Los soldados no tienen permitido arrestar ni controlar a personas que cruzan la frontera ilegalmente. Sin embargo, deben relevar a las autoridades locales en logística. El Pentágono reubicaría tres helicópteros Black Hawk con sensores y equipos de detección de personas en la oscuridad. Para dificultar el cruce de la frontera, los soldados están tendiendo alambre de acero a lo largo de varios cientos de kilómetros. "Estamos en medio del mayor despliegue de tropas en la frontera con México desde hace décadas", dijo el general Terrence O'Shaughnessy.
La ONG "American Civil Liberties Union” (ACLU) acusa al Gobierno de Estados Unidos de maltratar a los migrantes: "Estas personas necesitan desesperadamente agua, pañales e instalaciones sanitarias, no unidades del Ejército", dice Shaw Drake. La portavoz de ACLU acusa a Trump de maniobras electorales a expensas de los inmigrantes. Muchos huyen de la violencia en El Salvador, Honduras y Guatemala, buscando solo una vida segura para sus familias. En lugar de criminalizar a estas personas, Estados Unidos debería reconocer su derecho a asilo.
Die Presse, de Viena, Austria: El papel de Trump en la generación de odio
El presidente se deja llevar por sus seguidores, por sus odiosos cánticos y los enfurece más con sus diatribas contra oponentes y medios de comunicación, los llamados "enemigos del pueblo”. Aunque pretende apelar a la unidad de los ciudadanos, causa exactamente lo contrario: la división del país. Los frutos de la ira se reflejan en el aumento del antisemitismo y los envíos de paquetes bomba. Tan pronto como Trump dijo, sin ninguna prueba de ello, que el inversionista judío George Soros era el presunto patrocinador de la marcha de los migrantes de América Central, este recibió una bomba. ¿Quién puede negar que existe una conexión entre el odio de Trump y los actos de violencia que generan su discurso?".
¿Por qué huir de Honduras?
Ante la ola de personas que emigran en busca de un futuro mejor, cabe preguntarse el porqué de esa difícil decisión. A continuación, algunas imágenes que narran el contexto en el que viven miles de hondureños.
Imagen: DW/Aitor Saez
Periferia de Tegucigalpa
Según datos oficiales, el año pasado se registraron 588 asesinatos en la capital hondureña. Es decir, que la tasa de homicidios cayó a 85,09 asesinatos por cada 100.000 habitantes. En un año Tegucigalpa pasó del cuarto puesto al 36 de las ciudades más peligrosas del mundo.
Imagen: DW/Aitor Saez
Patrullaje
Una camioneta de la policía patrulla las calles de la colonia 28 de marzo, "La 28", es uno de los diez barrios más peligrosos de Tegucigalpa. El crimen se ha reducido en esta zona gracias a la iniciativa de "Policía Comunitaria", que consiste en realizar actividades recreativas con los vecinos en lugar de hacer uso de la fuerza.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Casas locas"
Varios agentes acceden a una "casa loca", nombre con que se conoce a las viviendas que las Maras utilizan para torturar y ejecutar a sus víctimas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Lucha contra la corrupción policial
Otra de las claves de la disminución de la violencia fue la depuración de la Policía. Se separó del cuerpo policial a 4.500 agentes sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado.
Imagen: DW/Aitor Saez
Persecución a la extorsión
Las maras han transformado sus actividades criminales: del asalto y el secuestro al narcomenudeo y la extorsión. La Policía ha centrado esfuerzos en perseguir este último delito, que considera origen de otras formas de violencia. Algunas ONG, sin embargo, denuncian detenciones arbitrarias.
Imagen: DW/Aitor Saez
"Mara o muerte"
José, exmiembro de la Mara 18, borró de su cuerpo el tatuaje de la pandilla, pero no las secuelas por haber asesinado a ocho personas. Tras el asesinato de su hermano, se metió a la pandilla como única solución para proteger a su familia. Ahora quieren matarlo los familiares de sus víctimas, bandas rivales y su expandilla, castigo que aplican a aquellos que abandonan a “la familia”.
Imagen: DW/Aitor Saez
Refugio de expandilleros
Unos 80 expandilleros se esconden en el Proyecto Victoria, una de las pocas iniciativas de reinserción de ex mareros. Esta iniciativa se ubica en medio de la montaña con el objetivo de evitar que sean localizados por sus "exhermanos".
Imagen: DW/Aitor Saez
Mareros desde niños
Jesús entró a la Mara 18 cuando tenía tan sólo diez años. Todo empezó como un juego con tareas de vigilancia menores hasta que empuñó un arma. “No tengo miedo a la muerte... Si pensara que voy a morir, nunca estaría tranquilo”, asegura sobre la amenaza de salir de la pandilla.
Imagen: DW/Aitor Saez
Víctimas escondidas
A su hijo de 12 años lo violaron y golpearon durante dos años. Era la cruel forma en que la Mara de su barrio reclutaba a las personas. Cuando su madre denunció lo acontecido, la Mara los amenazó de muerte, motivo que los obligó a abandonar su hogar. Ahora la familia vive escondida en un hostal y sin poder abandonar la habitación desde hace seis meses.
Imagen: DW/Aitor Saez
Cuatro disparos
La agente Medrano se incorporó a la Policía con 20 años. En ocho años ha recibido cuatro disparos de bala. En una ocasión, tuvo que esconderse en un contenedor para salvar su vida. Aun así, no teme a las pandillas.
Imagen: DW/Aitor Saez
Los barberos de la Mara
Estos dos jóvenes abrieron su propia peluquería y al poco tiempo fueron obligados por la Mara de su barrio a ser sus barberos. Uno de ellos vivió una balacera con la policía mientras que le cortaba el cabello a un pandillero. Ahora su abuela los acompaña a todas partes como protección. “Si estoy yo, una anciana, no los van a matar”, dice.
Imagen: DW/Aitor Saez
Huir o morir
Los jóvenes rezan antes de emprender su viaje a Estados Unidos. Tuvieron que cerrar su peluquería por temor a los pandilleros. Debido a las amenazas, no pueden salir de su casa ni trabajar en otro lugar. “Quiero trabajar tranquilo, tener libertad y desde allí ayudar a mi familia”, aseguró uno de ellos sobre el motivo de su emigración.
Imagen: DW/Aitor Saez
Las mujeres, con mayor riesgo
Esta mujer llora al recordar las siete ocasiones en que ha tratado de llegar a EE. UU. En una de ellas la deportaron en la misma frontera estadounidense. Trata de huir de los maltratos de su exmarido y de la pandilla a la que este pertenece. En su último viaje se llevó a sus tres hijos pequeños, pero fueron detenidos por las autoridades mexicanas por una alerta migratoria de su propio exmarido.