Aunque los Castro dejan la presidencia, por primera vez cubanos de la isla y el exilio coinciden: la elección del delfín de Raúl es una imposición que no cambiará nada la atrincherada política del castrismo.
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Miguel Díaz Canel es "el hombre”, dicen los cubanos en la isla. Su "cercanía a la gente”, el impacto popular que tuvo su período como Primer Secretario del Partido en Santa Clara, y su activa presencia como vicepresidente en las catástrofes durante los huracanes o en importantes eventos internacionales, ha sido parte de la estrategia de Raúl Castro para establecerlo como el candidato "ideal” para la dirección del país que, por primera vez en casi 60 años, no tendrá un presidente de apellido Castro. Esa decisión, como dice la oposición, "a dedo”, se confirmó cuando en las votaciones más recientes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Díaz Canel obtuvo el 92,85% de los votos, sólo superado por el propio Raúl, que fue votado por el 98,77 de los delegados.
Dentro de la isla, quienes siguen la línea de reformar el socialismo cubano desde las instituciones políticas, apuestan por Díaz Canel como "hombre del cambio”, desconociendo que su poder real estará limitado, en lo netamente político, porque Raúl Castro continuará hasta el 2021 (o al menos hasta que su salud se lo permita) al frente del Partido Comunista, órgano rector de la sociedad cubana, según establece la Constitución. En lo militar, por el control que sobre ese sector y sobre los servicios de inteligencia y seguridad nacional ostenta actualmente Alejandro Castro Espín, hijo de Raúl; y en lo económico por el monopolio del Grupo GAESA, que controla casi toda la economía minorista y el turismo. Por otro lado, la oposición en la isla y en el exilio lo considera una simple marioneta.
¿Quién es realmente Díaz Canel?
Aunque la mayoría de los cubanos lo consideran "el elegido” para esta nueva etapa, Díaz Canel ha ido demostrando en los dos últimos años que está dispuesto a servir al castrismo con una fidelidad absoluta. Con 57 años, su porte atlético y un muy estudiado histrionismo en los momentos en que se acerca a la gente, sobre este antiguo profesor universitario muchos cubanos dicen que "es un tipo chévere”, "que es un hombre amantísimo con su esposa Lis Cuesta”, "que hasta se toma traguitos de ron con la gente simple del pueblo”, e incluso que, a tono de las últimas modas deportivas en Cuba, "fue quien decidió trasmitir los partidos de futbol en vivo en la televisión” y que "es fanático del Barça”. Para otros muchos cubanos, sin embargo, es sólo una figuras decorativa en una estructura ideológica y política que, aseguran, continuará la herencia de Fidel y Raúl.
Curiosamente, Raúl saldrá de la presidencia el 19 de abril, fecha histórica para la isla, pues fue ese día la derrota de la invasión por Bahía de Cochinos, en 1961, considerada por el gobierno cubano como la "Primera Derrota del Imperialismo en América”. Pero esa fecha será también hsitórica para Díaz Canel, ya que cumplirá 58 años el 20 de abril, ya convertido en el primer presidente de la que todos los analistas consideran "la era neocastrista”.
Díaz Canel y el neocastrismo
La ideología del neocastrismo es el dinero. Sin embargo, durante su consolidación en la "era raulista”, han simulado un apego fanático a la ideología del "fidelismo” y, dando una marcha atrás a varias de las más importantes "aperturas” con las que Raúl Castro intentó maquillar la cara negra de la Revolución ante el mundo, han utilizado las estrategias represivas y propagandísticas tradicionales del castrismo como plataforma para mantener el apoyo de los sectores más conservadores del gobierno y de los partidarios fidelistas en el pueblo.
Una pieza elemental en esa nueva estrategia ha sido la figura de Díaz Canel en sus funciones de vicepresidente, cargo al que ascendió por su cercanía a Raúl en una meteórica carrera que lo llevó de ser segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas en 1990 a Primer Secretario del Partido en Villa Clara (1994) y Holguín (2003); de allí, a Ministro de Educación Superior en 2009, y a la vicepresidencia en 2013. Su actuación y sus discursos en los últimos tiempos muestran que, consolidada ya la sucesión de los neocastristas a los que él sirve, sus metas como futuro presidente son mantener la mano dura, la ausencia de diálogo con la oposición y la táctica de enfrentamiento con Estados Unidos que caracterizó el mandato de Fidel Castro.
Autor: Amir Valle (CP)
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Fidel Castro, el hombre y la revolución
Nació el 13 de agosto de 1926. A un tiempo celebrado como máximo líder y denostado como dictador, Fidel Castro Ruz ha marcado la vida de muchos de sus compatriotas, incluso tras su muerte, el 25 de noviembre de 2016.
Imagen: Reuters
Educación Jesuítica
Nacido el 13 de agosto de 1926 en el poblado cubano de Birán, nadie podía vaticinar, a sus catorce años, cómo discurriría la vida de Fidel Castro Ruz. Sin embargo, ya destacaba entre sus compañeros, sobre todo por su inteligencia y capacidad de oratoria. Esta foto data de 1940, la época en que estudiaba en el Colegio de Dolores, dirigido por los jesuitas, en Santiago de Cuba.
Imagen: picture-alliance/dpa/Jose Maria Patac
“Alumno sobresaliente”
Fidel Castro Ruz quería llegar lejos. Sus padres, inmigrantes gallegos, habían logrado labrarse una buena posición social. Así que Fidel disfrutó de una buena educación. En 1945 finalizó el bachillerato. En el anuario de su colegio se lo describe como un “alumno sobresaliente y buen deportista”. Cinco años más tarde se recibió de abogado.
Imagen: AP
Lucha contra Batista
En 1952 presentó su candidatura a diputado, pero el golpe de Estado de Fulgencio Batista frustró sus aspiraciones. Castro intentó combatirlo en tribunales, pero luego optó por la lucha armada. Fracasó con el asalto al cuartel Moncada, en 1953. Tras haber sido encarcelado, amnistiado y expulsado del país, retornó en 1956, en el yate Granma, e inició la lucha de guerrillas en la Sierra Maestra.
Imagen: AP
Triunfa la revolución
Tras victorias guerrilleras, Batista perdió el apoyo militar y huyó de Cuba. El 1 de enero de 1959, la revolución había triunfado. Días después, Fidel Castro hacía su entrada triunfal a La Habana. Al mes, fue nombrado primer ministro por el nuevo presidente, Manuel Urrutia, quien se vio forzado a renunciar por diferencias con Castro. Lo reemplazó Osvaldo Dorticós, quien afianzó el poder de Castro.
Imagen: AP
Playa Girón
La tensión entre EE. UU. y Cuba aumentó cuando las expropiaciones cubanas afectaron intereses estadounidenses. Washington impusó un boicot comercial, y el 3 de enero de 1961 rompió relaciones diplomáticas con La Habana. En abril, una expedición de cubanos apoyados por la CIA desembarcó en Playa Girón para derrocar al régimen cubano. La contraofensiva de Castro detuvo la invasión en tres días.
Imagen: AP
La crisis de los misiles
En 1960, Kruschev dijo: “No sé si Fidel es comunista, pero yo soy fidelista”. Moscú reanudó relaciones diplomáticas con La Habana. Y la Unión Soviética instaló bases de misiles nucleares en Cuba, lo que desencadenaría la llamada "Crisis de octubre" o “Crisis de los misiles”. Moscú cedió a la presión de Kennedy a cambio de que EE. UU. no invadiera Cuba y desmantelara sus bases nucleares en Turquía.
Imagen: imago/UIG
Cuba y América Latina
El episodio de Girón (internacionalmente conocido como Bahía de Cochinos) aceleró la proclamación del carácter socialista, marxista-leninista, de la revolución. Cuba terminó expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA). Y Castro, temporalmente aislado en el continente. Pero fue recibido en Chile por el presidente Salvador Allende (foto), luego derrocado por Augusto Pinochet en 1973.
Imagen: AFP/Getty Images
La hora de la Perestroika
La llegada al poder de Mijaíl Gorbachov, en Moscú, marcó el inicio de la era de la glasnost y la perestroika. La Cortina de Hierro comenzó a caerse a pedazos y el imperio soviético terminó derrumbándose. Cuba perdió a su principal aliado externo, sumiéndose en una aguda crisis. Miles de cubanos intentaron huir a Miami en precarias embarcaciones. Muchos vaticinaban el fin del régimen castrista.
Imagen: picture-alliance/dpa
Primera visita papal
Un decreto de Pío XII prohibía a los católicos el apoyo a los regímenes comunistas. En virtud del mismo, el Vaticano había excomulgado a Fidel Castro en enero de 1962. Pero las décadas pasaron y, luego del término de la Guerra Fría, llegó el momento del acercamiento: en 1996, Castro visitó al Papa Juan Pablo II y este le retribuyó la visita dos años más tarde, en un gesto considerado histórico.
Imagen: picture-alliance/AP/Michel Gangne
Jimmy Carter en Cuba
Desde que Estados Unidos impuso su embargo comercial, económico y financiero en 1962, hubo pocos momentos de distensión entre Washington y La Habana. Uno de los pocos signos en esa dirección fue la visita del expresidente estadounidense Jimmy Carter, en 2002, motivada por la intención de encontrar puntos de acercamiento. Tampoco sus buenos oficios provocaron cambios sustanciales en Cuba.
Imagen: Adalberto Roque/AFP/Getty Images
El nuevo rostro de la revolución
Desde los años 90, Cuba dejó de ser vista como un peligroso exportador de revoluciones. Con el estrepitoso derrumbe del bloque del Este, las ideologías de izquierda naufragaban. Pero en Venezuela llegó al poder un nuevo dirigente dispuesto a propagar la “Revolución Bolivariana”. Hugo Chávez, declarado admirador de Fidel Castro, le dio a La Habana un efectivo respaldo, también económico.
Imagen: picture-alliance/dpa/dpaweb
La entrega del poder
La enfermedad forzó a Fidel Castro a ceder el poder en 2006. Su hermano Raúl garantizaría que no hubiera vuelco radical en un sistema que, con avances en educación y salud, cobró un alto precio: falta de libertad política y represión. Mientras afloraban los primeros cambios, Castro se fue despidiendo de a poco, defendiendo su visión hasta el final, desde las páginas del diario oficial, "Granma".
Imagen: picture-alliance/dpa/Jose Goitia
La visita del papa Francisco
El papa Francisco visitó al otrora hombre fuerte de Cuba, Fidel Castro, después de una misa oficiada en la Plaza de la Revolución de La Habana, el 20 de septiembre de 2015. Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, confirmó que el encuentro “informal” tuvo lugar en la residencia de Castro y duró entre 30 y 40 minutos. Castro y el argentino Jorge Mario Bergoglio intercambiaron libros.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Castro
La era del deshielo
En diciembre de 2014, el presidente de EE. UU., Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, anunciaron que retomarían las relaciones diplomáticas entre ambos países. Obama visitó Cuba en marzo de 2016. Habían pasado 88 años desde la última vez que un presidente estadounidense pisara la isla. EE. UU. retiró a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo y el deshielo comenzó a afianzarse.
Imagen: Reuters/C. Barria
Fidel y Maduro
El expresidente cubano Fidel Castro volvió a mostrarse en público el 13 de agosto de 2016, para asistir a la gala cultural que que celebró su 90 cumpleaños en el teatro Karl Marx de La Habana. Acompañado por el mandatario cubano, Raúl Castro, y el venezolano, Nicolás Maduro, Fidel Castro fue recibido en el teatro por más de 5.000 espectadores, con aplausos y gritos de "Fidel, Fidel".
Imagen: Reuters/Cubadebate/I. Francisco
Fe de vida
Tantas veces anunciada y desmentida, pocos creyeron la noticia de su fallecimiento en un primer momento. No obstante, el 25 de noviembre de 2016, los bares empezaron a cerrar y las reuniones callejeras se dispersaron, al correr el rumor de su deceso. Durante años, Castro desmintió a quienes lo daban por muerto publicando fotografías o artículos de opinión, con una fecha actual y visible.
Imagen: Getty Images
Discreta pero omnipresente conmemoración
Según su propia indicación, aprobada por el Parlamento, en Cuba no hay estatuas ni bustos con la efigie de Fidel Castro. Su imagen es omnipresente en carteles políticos, pero no hay estadios, teatros, calles o condecoraciones con su nombre. Para conmemorarlo se supone que bastan su tumba y las múltiples alusiones diarias en la prensa e, incluso, en un nuevo proyecto de Constitución "fidelista".
Imagen: Martin Funck
Los restos del "Comandante"
Las cenizas de Fidel Castro, en vida "Comandante en Jefe" de las Fuerzas Armadas, reposan en la ciudad de Santiago de Cuba, dentro de una roca de granito gris, adornada con una placa de mármol verde oscuro y una incripción en relieve “Fidel”. El cementerio de Santa Ifigenia fue remodelado para alinear las tumbas de los líderes independentistas más importantes de la isla con la suya.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Vecchi
La sucesión
Analistas políticos sostienen que la muerte de Fidel Castro no ha influido sobre el curso de las reformas aplicadas en Cuba, ni para acelerarlas ni para retrasarlas, porque la dinámica de las mismas ya no estaba asociada a su figura cuando él se retiró de la política, una década antes. Su hermano y sucesor, Raúl, fue relevado por un dirigente más joven, Miguel Díaz-Canel, en febrero de 2018.