Pocas horas después de jurar su cargo como nuevo secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo viajó hoy a Bruselas para participar en un encuentro de la OTAN.
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"El trabajo que hagamos hoy aquí es sumamente importante", dijo Pompeo este viernes (27.04.2018) tras ser recibido por el secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, y reveló que el presidente estadounidense, Donald Trump, había deseado fervientemente que al encuentro en la capital belga asistiera un nuevo secretario de Estado.
Pompeo, de 54 años, fue director de la CIA y está considerado un "halcón" conservador. Sucede en el cargo a Rex Tillerson, que fue destituido en marzo por Trump. Stoltenberg declaró que su extensa experiencia le convierte en el secretario de Estado perfecto. Por su parte, el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, declaró: "El hecho de que venga a la OTAN inmediatamente después de su confirmación por el Senado es una buena señal."
Ni Pompeo ni Maas se manifestaron por el momento sobre el polémico tema del gasto militar. Trump reclama a Alemania invertir en defensa el dos por ciento de su producto interior bruto (PIB) antes de 2024.
Sin embargo, hasta ahora el Gobierno alemán sólo ha prometido un aumento al 1,25 por ciento hasta 2021. El año pasado, el presupuesto militar alemán se situó en el 1,24 por ciento de su PIB, según cifras de la OTAN.
Para alcanzar el objetivo del dos por ciento, Alemania tendría que aumentar su presupuesto para defensa más de 70.000 millones de euros (84.500 millones de dólares). Berlín argumenta que en 2014 los países de la OTAN únicamente acordaron moverse en dirección al dos por ciento.
Además, señala que en los últimos cuatro años ha incrementado notablemente su presupuesto militar, si bien esta subida no se aprecia tanto debido a que en el mismo periodo de tiempo también se registró un importante crecimiento económico.
Rusia toma medidas recíprocas a las de EE.UU
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Otro de los temas que se abordarán en Bruselas es el de las complicadas relaciones con Rusia. "Esperamos que en las preguntas importantes y en la solución de conflictos (...) haya aportaciones contructivas por parte de Rusia", dijo Maas y añadió que sin Rusia es imposible resolver políticamente muchas crisis.
Sobre la posible participación del Ejército alemán en la misión formativa de la OTAN para las fuerzas armadas iraquíes Maas se mostró reservado: "Tendremos que hablar sobre ello", dijo y recordó que el Ejército alemán ya está comprometido con Irak.
Los ministros de Exteriores también hablarán sobre esta misión de la OTAN, que tendrá lugar en julio. Stoltenberg anunció que esta previsto enviar a varios cientos de soldados a Irak.
En el orden del día de la reunión están también la situación en Afganistán, así como los avances de los países candidatos quieren pasar a formar parte de la OTAN, Macedonia y Bosnia-Herzegovina.
CP (dpa, efe)
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La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
Imagen: picture-alliance/dpa
Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
Imagen: U.S. Navy/Getty Images
Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.