Miles de personas apoyan al ex presidente polaco Walesa
28 de febrero de 2016
Contra el gobierno ultraconservador de PiS y a favor del exsindicalista Walesa miles de manifestantes se congregaron en Gdansk, donde en agosto de 1980 Walesa lideró la huelga a favor del sindicato "Solidarnosc".
Publicidad
"Quiero manifestarme contra el Gobierno y el pequeño hombre que está detrás", dijo la esposa del premio Nobel de la Paz, Danuta Walesa, en alusión al partido Ley y Justicia (PiS) liderado por Jaroslaw Kaczynski. "Si mi marido no hubiese hablado con los comunistas, no estaríamos hoy aquí", dijo Danuta. El exlíder sindicalista Lech Walesa es acusado de haber sido informante de los servicios secretos comunistas.
"Agradecemos a (Lech Walesa) por una Polonia libre", manifestó por su parte Radomir Szumelda, el líder regional del movimiento de protesta "Comité para la defensa de la democracia". Walesa es un símbolo de la derrota del comunismo. "Este símbolo no nos lo quitarán las actas ni las intrigas políticas", agregó.
¿Colaborador del régimen comunista que él mismo hizo caer?
Lukasz Kaminski, director del Instituto de la Memoria Nacional (IPN), comunicó recientemente del hallazgo de una declaración del servicio secreto auténtica firmada por Walesa que probaría que era informante.
En la casa del ex general Czeslaw Jan Kiszcza, fallecido en noviembre, se encontraron el expediente personal de Walesa y su declaración de compromiso a colaborar con los servicios secretos, señaló Kaminski citado por la agencia de noticias polaca PAP. En tanto, Walesa admitió haber cometido un "error", pero negó haber sido informante de los servicios secretos comunistas como afirman las acusaciones hechas públicas.
"No cooperé con la policía secreta, no acepté dinero, pero cometí un error", señaló Walesa, pero añadió que no revelará cuál fue ese error. "El hombre, el que lo hizo y quien puede esclarecer la verdad, aún vive y cuento con él", afirmó.
Walesa lleva años negando las especulaciones que circulan sobre su supuesta actividad como agente. Ya en 2000 fue absuelto por un tribunal de las acusaciones de haber sido un infiltrado. En la época comunista Walesa lideró el sindicato "Solidarnosc" y en 1990 se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Polonia, cargo que ocupó hasta 1995.
Walesa es considerado un crítico del nuevo gobierno nacional conservador dirigido por Kaczynski.
JOV (dpa, zeit)
Lech Walesa, ícono de "Solidaridad"
Consiguió doblegar al comunimo en Polonia. Hoy puede mirar hacia atrás consciente de que su liderazgo sindical ayudó a cambiar el mundo.
Imagen: Getty Images/Jasper Juinen
Rebelde, premio Nobel y expresidente
El antiguo líder del sindicato Solidaridad y posteriormente presidente de Polonia consiguió doblegar al comunismo polaco. Lech Walesa ha recibido incontables reconocimientos por sus logros políticos. El 29 de septiembre (de 2013) cumplió 70 años.
Imagen: picture-alliance/dpa
Instigador
Cuando en el verano de 1980 se disparó el precio de la carne, se desató una oleada de huelgas por toda Polonia. Walesa, que había trabajado como electricista en un astillero de Gdansk desde 1967 y que había pasado un tiempo en la cárcel por su activismo a favor del sindicalismo libre, estaba fichado por las autoridades. Aún así, el 14 de agosto se convirtió en líder del movimiento Solidaridad.
Imagen: picture-alliance /dpa
Solidaridad
Tras ocupar los astilleros de Gdansk, trabajadores de toda Polonia probaron suerte con esta táctica. Walesa era el único que negociaba con el Gobierno en nombre del recientemente fundado sindicato Solidaridad. Esta movimiento de trabajadores, sin parangón hasta entonces, pronto se convirtió en una organización independiente con más de 10 millones de miembros.
Imagen: Getty Images/Keystone
Con la bendición de la Iglesia
Tras décadas de gobierno comunista, la mayoría de los polacos seguía manteniendo su fe en la Iglesia católica, resistiéndose a adoptar el ateísmo promovido por el Estado. La influyente Iglesia polaca apoyó desde el principio las movilizaciones obreras. El obispo Henryk Jankowski se codeaba con Walesa, que había sido educado en la fe católica.
Imagen: Getty Images/Keystone
Una larga lucha
El 31 de agosto de 1980 concluyeron las huelgas masivas con un acuerdo entre el comité sindical y la delegación de Gobierno. Se pactó el derecho legal a la huelga, la fundación de un sindicato independiente, mejoras en el sistema social y la liberación de prisioneros políticos. En noviembre, un tribunal de Varsovia legalizó el movimiento Solidaridad.
Imagen: Getty Images/Keystone
De líder a prisionero
Hasta diciembre de 1981, Walesa dirigió el Comité de Coordinación Nacional de Solidaridad. Cuando, ese mismo mes, el líder del partido comunista y primer ministro Wojciech Jaruzelski decretó la ley marcial, Walesa fue encarcelado durante casi un año en una prisión cercana a la Unión Soviética.
Imagen: Getty Images/Keystone
1983: Premio Nobel de la Paz
En 1982, la revista Time declaró a Walesa como el "hombre del año". Tras esta distinción, llegaron otros reconocimientos. Cuando se anunció a Walesa como destinatario del Nobel de la Paz en 1983, el líder sindicalista pensó que el Gobierno comunista no le dejaría entrar de nuevo en el país si asistía a la ceremonia de entrega. Su esposa y su hijo de 13 años recogieron el Premio en Oslo.
Imagen: Getty Images/Afp
Dona el dinero del Premio Nobel
Cientos de creyentes fueron testigos de cómo Walesa dedicó el Premio Nobel a la Virgen Negra, en la ciudad de Częstochowa, al sur del país, uno de los lugares más importantes de peregrinación de la Iglesia católica. Walesa donó el dinero del galardón sueco a una fundación de ayuda a los necesitados.
Imagen: Getty Images/Afp
Pulso al Gobierno
En 1983, Walesa pidió permiso para volver a los astilleros de Gdansk, pero debió permanecer bajo arresto domiciliario hasta 1987. El movimiento Solidaridad continuó convocando huelgas en minas, astilleros y sector transportes entre 1981 y 1988.
Imagen: Getty Images/Afp/Marek Druszcz
El Papa
Walesa conoció al papa Juan Pablo por primera vez en julio de 1983, durante una visita del prelado a su país. Ocho años después, Walesa besó la mano del pontífice convertido en el primer presidente de la Polonia postcomunista. Lo hizo mientras sostenía en la mano la primera edición de la Constitución polaca, de 200 años de edad.
Imagen: Getty Images/Afp/Mike Persson
Retirarse con dignidad
A finales de 1995, Walesa había perdido el apoyo del pueblo polaco y no fue reelegido presidente. Pero todavía disfrutaba del aprecio del resto del mundo, incluyendo al Dalai Lama, que se arrodilló ante el hombre que logró grandes cambios en Polonia.
Imagen: Getty Images/Afp/Janek Skarzynski
Amistad germano-polaca
En Alemania se considera que Walesa allanó el camino de la reunificación. En el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, Walesa acudió como símbolo de la reconciliación entre Polonia y Alemania.
Imagen: Getty Images/Afp/Berthold Stadler
Un icono decadente
Hoy día se mira a Lech Walesa con actitud crítica, entre otras razones, por sus declaraciones discriminatorias contra los homosexuales. Una película del famoso director Andrzej Wajda, proyectada este año en el Festival de Venecia, presenta al exlíder no exento de defectos.
Imagen: Labiennale
Multitud de reconocimientos
El camino de Lech Walesa desde electricista a premio Nobel y presidente de Polonia ha sido largo. Actualmente cuenta con doctorados honoríficos y distinciones. Puede echar la vista atrás y recordar cuando, hace más de tres décadas, lideró a quienes buscaban un cambio político en Polonia.