Miles de refugiados a la intemperie tras incendio en Lesbos
20 de septiembre de 2016
El incendio siguió a las protestas por la precaria situación en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, así como a una pelea entre grupos de refugiados, y calcinó decenas de tiendas de campaña.
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El fuego obligó a entre 3.000 y 4.000 refugiados, casi la totalidad de los alojados en el campamento, a abandonarlo huyendo a diversos lugares de la isla. De momento no han podido regresar, ya que "se están reparando los daños causados", dijo una fuente del Ministerio de Migración.
Según la oficina de la Agencia de la ONU para los Regugiados, ACNUR, en Grecia, entre 40 y 50 tiendas podrían haber quedado destruidas, lo que se traduce en que entre 800 y 900 personas habrían quedado sin techo.
Entre los migrantes que esperan fuera de Moria, cuya actividad normal, según la misma fuente del Ministerio, se restablecerá "en dos o tres días", hay 150 menores no acompañados que, al parecer, no fueron realojados en centros juveniles como se había informado anteriormente.
La policía detuvo a 18 refugiados sospechosos de estar implicados en los hechos, aseguró la prensa local, aunque nueve de ellos fueron puestos en libertad sin cargos, mientras los otros nueve serán procesados.
Tensión entre los refugiados
"Desde la mañana ya había tensión", explicó Pablo Lustres, responsable de la ONG Remar en Moria, que aseguró que los incidentes "se veían venir". Por la mañana un grupo de refugiados se manifestó por la situación precaria en la que viven, y a la hora de la comida, explica Lustres "hubo un intento de que no se distribuyera".
Posteriormente varios grupos de sirios y afganos comenzaron varias peleas en el campo, tras lo que "se quemaron contenedores" lo que, ayudado por el viento que soplaba en Lesbos pudo ser la causa de la expansión del fuego. Finalmente los bomberos, tras cuatro horas de trabajo, consiguieron extinguir las llamas sin que nadie resultara herido.
El alcalde de Lesbos, Spyros Galinos, teme que la situación pueda agravarse en vista de las circunstancias caóticas tras este incendio. "No sé si será hoy o dentro de dos días, pero si la situación no se calma rápido vamos a vivir más incidentes y más graves", dijo el regidor en declaraciones a la radio Parapolitika FM.
"En vista del campamento abarrotado era una cuestión de tiempo que eso sucediera", dijo Galinos, quien aseguró que ha pedido ayuda a Atenas en reiteradas ocasiones. "No puede ser que sólo unos 15 municipios en toda Grecia acarreen con todo el problema de los refugiados".
Tensión entre los habitantes
Desde hace días también ha crecido la tensión entre los habitantes de Lesbos tras extenderse la sospecha de que el Gobierno trata de abrir otro campo más en la isla, que en estos momentos acoge a más de 5.700 migrantes en unas instalaciones preparadas para 3.500.
El domingo el alcalde de la isla, Spyros Galenós, pidió a las organizaciones no gubernamentales que operan en el campo de refugiados municipal de Kara Tepé que abandonen las instalaciones acusándolas de "colaborar" en la instalación del supuesto nuevo campamento.
Además, el lunes, militantes del partido neonazi Amanecer Dorado agredieron a tres estudiantes hiriendo una de ellas, voluntaria en Moria. En las últimas 24 horas han llegado a Grecia 65 migrantes, 38 a Lesbos y 27 a Quíos, lo que deja el número de refugiados en Grecia en 60.395.
RML (efe, dpa)
El campo de refugiados de Moria
Los refugiados que llegan a Lesbos son enviados a Moria, para ser registados. Debido a las largas colas, las malas condicios higiénicas y la falta de recusos, algunos lo consideran el peor campo de refugiados del mundo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Refugiados y refugiados
Al llegar a Lesbos, los refugiados son separados. Los sirios son enviados al campo de Kara Tepe, donde la mayoría dispone de un alojamiento sólido. Los de otras nacionalidades son llevados al campo de Moria, el primer centro para el registro de personas que dejaron sus países huyendo de la miseria. Allí, los refugiados duermen en carpas o a la intemperie, a la espera de poder viajar a Atenas.
Imagen: DW/D. Cupolo
Demasiada gente
El hacinamiento causa a menudo fricciones, como en esta cola para la comida. De acuerdo con un informe de la ONU, el campamento fue concebido para 410 personas. Sin embargo, hay allí entre 2000 y 4000 refugiados, dice Fred Morlet, que coordina el trabajo de los voluntarios en Lesbos. "Desde el principio faltaron recursos y ahora éste se ha convertido en el peor campo de refugiados del mundo".
Imagen: DW/D. Cupolo
Escasez de alimentos
Ramona Brongers, fundadora de la fundación Live for Lives, comenzó a trabajar con su ONG en Moria después de haber visto un llamado de auxilio en internet. "Preparamos 1.500 raciones al día, pero nunca basta para dar comida a todos", cuenta. Y agrega: "Ayudamos como podemos, pero los problemas son enormes y las organizaciones más grandes no asumen la responsabilidad".
Imagen: DW/D. Cupolo
"Dormir entre la basura"
Brongers relata que sus 36 voluntarios se vieron superados por las labores de aseo y recolección de desperdicios. "Mire a su alrededor, la gente duerme en la basura", dice Brongers. Acota que "es imposible mantener este lugar limpio; siempre estamos al borde de una epidemia". Hace poco se reportó un brote de sarna en el campo de Kara Tepe.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falta de motivación
Morlet reprocha la actitud de los encargados del campamento. "Los funcionarios todas luces no está motivados y a veces no vienen a trabajar, lo que implica que los refugiados no son registrados, mientras sigue llegando más y más gente. Dos horas de dilación significan un desastre humanitario".
Imagen: DW/D. Cupolo
Caminante descalzo
"Caminé de Pakistán a Turquía sin zapatos", dice Fiaz Uddah (al centro), quien espera que llamen su número. "Dormimos así, en estas cajas de cartón. No tenemos mantas", dice por su parte su amigo Israr Ahmed. Y añade: "Hacemos esto porque no queremos que nuestros hijos vivan como nosotros".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Quién decide?
Arshid Rahimi, un afgano veinteañero de Ghazni, dice que su madre lo forzó a partir después de que su padre y su hermana fueran asesinados durante un ataque talibán contra una escuela cercana a su casa. "Mi vida se veía amenazada por los talibán, pero aquí la gente dice que he venido por razones económicas", señala, y pregunta: "¿Quién decide si soy un refugiado o no?"
Imagen: DW/D. Cupolo
"Se parece a Guantánamo"
Algunas familias pueden quedarse en las carpas de Moira, que son escasas, pero Morlet compara el campamento con una prisión. "Con cercos y alambrada de púas, se parece a Guantánamo", comenta. No obstante, predice que el número de refugiados no se reducirá. "Hay quienes dicen que el invierno los frenará, pero el mar es más calmado en invierno", apunta.
Imagen: DW/D. Cupolo
En manos de Dios
"Cuando estaba a bordo del bote en que vine hacia acá, en medio del océano, comprendí que estamos solos, en las manos de Dios", dice Pejman Usefi, un afgano que vivía en Irán. "Si Dios decide salvarte, entonces te salvarás. Así es como veo mi situación en este campamento".